"Esta guerra se tiene que ir al demonio", exclamó
el vocalista de Limp Bizquit
Maná gana el premio al mejor disco de rock latino
en la entrega de los Grammys
Sheryl Crow portó un colguijo con el símbolo
de la paz Homenajes a Bee Gees y al vocalista de The Clash Norah Jones
fue la triunfadora de la noche con cinco galardones
JORGE CABALLERO Y AGENCIAS
La ceremonia de la 45 entrega del premio Grammy, que se
celebró en el Madison Square Garden de la ciudad de Nueva York,
fue para Norah Jones, quien se llevó los galardones más importantes:
mejor artista nuevo, álbum pop vocal femenino, canción del
año (Don't know why), producción del año y
álbum del año por su Come away with me.
La
nota la dio el vocalista de Limp Bizquit, Fred Durst, quien al entregar
el premio a los Foo Fighters por mejor interpretación de hard rock,
dijo: "Esta guerra se tiene que ir al demonio" lo cual acarreó aplausos
tímidos. A su vez, Sheryl Crow portaba un colguijo con el símbolo
de la paz y la leyenda No War (no a la guerra) en el tapí
de su bajo.
Bruce Springsteen obtuvo tres Grammys en la ceremonia
previa a la gran gala en el Madison Square Garden, en la que se dirimieron
92 de las 104 categorías, incluidas las siete de la música
latina. El cantante de 53 años se hizo con los premios a la mejor
canción de rock, el mejor disco de rock y la mejor interpretación
de rock masculina, confirmando las predicciones de que éste es el
año del Jefe.
La leyenda del rock Lou Reed, ex líder de la banda
Velvet Underground, engalanó la ceremonia al hacer su aparición
para entregar el primer premio a mejor interpretación pop, dúo
o grupo con voz, que fue para No Doubt por la canción Hey baby.
Al guitarrista de 22 años John Mayer le fue otorgado
el Grammy en la categoría de interpretación pop masculina
por su rola Your body is a wonderland. El de mejor álbum
de rap fue otorgado a Eminem por su producción The Eminem Show;
el rapero, en su clásico estilo irónico, agradeció
a los Backstreet Boys y a su mentor Doctor Dre. El mejor álbum country
fue para las Dixie Chicks por su producción Home. Sheryl
Crow resultó la mejor voz femenina de rock por su interpretación
a la canción Steve McQueen.
La velada la condujo Dustin Hoffman y las actuaciones
las abrieron Simon and Garfunkel; siguió No Doubt con una actuación
cuasi acústica; posteriormente estuvo Norah Jones, quien al piano
interpretó una de sus melodías Don't know why; inmediatamente
después Mark Anthony, quien dijo: "No estaría aquí
sin Tito Puente" y presentó a Vanessa Carlton, quien también
al piano interpretó una de sus canciones acompañada con orquesta.
Otra
de las intervenciones importantes de la noche fue la participación
de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, que hizo un homenaje a
Leonard Bernstein y Bruce Springsteen, quien recibió una prolongada
ovación de pie por parte del auditorio, en el cual la cámara
enfocó a Peter Gabriel, Dustin Hoffman y Lou Reed.
El rapero Nelly junto con Kelly Rowland cantaron Hot
in Herre y Avril Lavigne arrancó también aplausos. Otra
de las actuaciones sobresalientes fue la de Eminem con el tema principal
de su película 8 Mile.
Pero todas las actuaciones en vivo palidecieron ante el
homenaje que se rindió al líder de The Clash, Joe Strummer,
recientemente fallecido; el tributo fue manufacturado nada menos que por
Bruce Springteen y Elvis Costello, quienes cantaron uno de los clásicos
himnos punks London calling, y al término del tema se llevaron
la más grande ovación de la noche.
A Bono, vocalista de U2, se le dio el Grammy Music Care
por su lucha a favor de la condonación de la deuda externa a los
países pobres, sobre todo africanos. La noche también estuvo
salpicada de nostalgia con un homenaje a los Bee Gees hecho por N'Sync.
Al término de la actuación de los jóvenes, los dos
integrantes vivos de Bee Gees recibieron un Grammy al mérito y lo
dedicaron al tercer integrante recientemente fallecido, su hermano Maurice
Gibb.
Los mexicanos de Maná, con su disco Revolución
de amor, y Los Bacilos, grupo establecido en Miami, con su Caraluna,
fueron distinguidos ayer en Nueva York con los Grammys a los mejores discos
de rock y pop latinos, respectivamente.
Maná, que ha vendido a lo largo de su carrera 16
millones de discos, optaba a los premios con Revolución de amor,
su primer álbum en estudio desde Sueños líquidos
(1997); en este disco participan Carlos Santana y el panameño Rubén
Blades, que también obtuvo un premio ayer, concretamente al mejor
álbum de música tradicional del año por su trabajo
más reciente, Mundo. En la categoría de mejor obra
latina de rock y alternativo competían Un día normal,
de Juanes; Kinky, con su disco debut del mismo nombre, Emigrante,
de los Orishas, y Un paso a la eternidad del Sindicato Argentino
Del Hip Hop.
Bacilos, banda integrada por el colombiano Jorge Villamizar,
el brasileño André Lopes y el puertorriqueño José
Javier Freire, se consideran representantes de la escena underground
de Miami y competían con su segundo disco.
En
la lista de mejor álbum pop concurrían, además, Moreno
de Jorge Moreno, Bohemio enamorado de Donato Poveda, Sin bandera
de Sin Bandera y Un mundo diferente, de Diego Torres.
Por su parte, el octogenario cubano Bebo Valdés
y su trío, acompañados de Israel López Cachao y Carlos
Patato Valdés, obtuvieron el Grammy al mejor disco tropical tradicional
del año por El arte del sabor.
La negra tiene tumbao, de Celia Cruz fue distinguido
con el Grammy al mejor disco de salsa del año, y Latino,
del grupo Manía, con el de mejor disco de merengue.
Lo dijo el corazón, de Joan Sebastian, obtuvo
el Grammy al mejor disco mexicano, y Acuérdate, de Emilio
Navaira, el premio al mejor disco texano.