Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 24 de febrero de 2003
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Mundo
"Menos guerra y más ecología" le reclaman al jefe del gobierno español durante la marcha

Miles de afectados por el Prestige exigen la renuncia de Aznar

Cien días después "nuestras playas siguen contaminadas y el derrame de combustible no cesa"

"Somos gente de mar y venimos a exigir solución para nuestro futuro", señalan pescadores

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid, 23 de febrero. A cien días del hundimiento del buque petrolero Prestige, que derramó en las costas gallegas, cantábricas, vascas, asturianas, portuguesas y francesas 77 mil toneladas de combustible, provocando la peor catástrofe ecológica en la historia de Galicia y España, decenas de miles de personas, sobre todo gallegos, reclamaron hoy en Madrid "soluciones" y la dimisión del gobierno gallego y central, cuando aún sigue llegando petróleo a esas costas.

La manifestación se da en momentos en que el entusiasta apoyo del presidente del gobierno español, José María Aznar, a la política belicista de Estados Unidos, le cuesta al gobernante no sólo críticas de la oposición, cuando el líder socialista José Luis Rodríguez Zapatero dijo hoy que Aznar se comporta como "capataz" de George W. Bush y que su intención es "ponerse en primera línea de apoyo a Bush, rompiendo el consenso europeo", sino también de la prensa conservadora.

Así, El Mundo consideró que Aznar "se ha desmarcado de nuestros principales socios europeos, del mundo árabe con el que tradicionalmente había tenido una magnífica relación y de las naciones de Latinoamérica, recelosas de los planes de Bush". Un sondeo publicado en el diario revela además que en las elecciones municipales de mayo, el gobernante Partido Popular está casi dos puntos por debajo del Partido Socialista Obrero Español, y que la imagen de Aznar es mala según 40 por ciento de los entrevistados, frente a 31 por ciento que lo apoya.

Las calles del centro de Madrid han sido escenario en las últimas semanas de gigantescas manifestaciones de protesta contra el gobierno: si la semana pasada dos millones de personas expresaron en esta capital su rechazo a la guerra contra Irak, este domingo una multitud indignada exigió "dimisiones" y "responsabilidades políticas" por el desastre del Prestige.

Aunque también hubo llamadas contra la guerra en las consignas, entre las que destacaban: "Aznar, menos guerra y más ecología"; "El del bigote, que limpie el chapopote"; "esto nos pasa, por un gobierno facha" , "Aznar, cobarde, Galicía está que arde".

Millón y medio de personas, según la Plataforma Nunca Máis que convocó a la marcha, "algo más de cien mil" de acuerdo con el gobierno, protestaron por la "incompetencia" del Ejecutivo, al que acusaron de poner en marcha una "campaña de criminalización" contra esta asociación de afectados por el derrame.

"Nosotros venimos de una tierra de marineros, somos gente de mar y exigimos una solución para nuestro futuro", explicó una de las cientos de pescadoras gallegas que llegaron a Madrid para denunciar que las "playas siguen contaminadas" y que todavía es latente la amenaza de las 40 mil toneladas de combustible almacenadas en la proa y la popa del buque, hundido a unos 3 mil 700 metros de profundidad.

El Prestige, un buque con bandera de conveniencia, se hundió en noviembre tras partirse en dos. El derrame tiñó de negro la Costa da Morte y las Rías Altas y Baixas de Galicía, pero también llegó a la cornisa cantábrica, con lo que Asturias, Cantabria, el País Vasco y el sur de Francia también se convirtieron en víctimas del desastre.

Expertos, opositores y el propio capitán del Prestige sostienen que la decisión del gobierno gallego de alejar el barco de la costa cuando aún estaba a flote, en lugar de llevarlo a puerto para proceder a su limpieza, provocó la catástrofe.

Y al suceder ésta, el gobierno brilló por su ausencia. El mayor peso de la limpieza de las costas y del mar lo ha tenido la sociedad civil (más de 200 mil personas han formado el ejército de voluntarios), que se ha organizado en torno a las Cofradías de Pescadores que han intentado evitar que el petróleo siga llegando a sus costas, muchas veces con métodos rudimentarios.

Precisamente fueron los pescadores gallegos afectados los que decidieron, a cien días del siniestro, recorrer mil 400 kilómetros en un día para exigir la renuncia de varios miembros del gobierno, entre ellos el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga; el vicepresidente primero del gobierno español, Mariano Rajoy; el ministro de Fomento, Francisco Alvarez Cascos; el de Medio Ambiente, Jaume Matas, y la comisaria europea de Transporte, la española y también miembro del derechista Partido Popular (PP), Loyola de Palacio.

En un ambiente festivo, con el sonido de las gaitas y los tambores, la multitud repitió por las calles de Madrid: "nunca máis", convertido en auténtico grito de guerra de los gallegos, pero también asturianos, vascos, cantábricos y madrileños. "Queremos conocer la verdad, exigimos responsabilidades", decía la pancarta de la cofradía de pescadores.

Desde las bocinas de un enorme camión montado como buque encallado se recordaba que, mientras el buque se hundía, Fraga y los ministros de Fomento y Medio Ambiente se encontraban de cacería.

La manifestación -a la que acudieron representantes sindicales, de organizaciones no gubernamentales y de todos los partidos políticos, con excepción del PP- formó durante más de cuatro horas una columna de banderas de Nunca Máis desde la Puerta del Sol hasta la estación de Atocha.

Un mar de almas

"Aquí os traemos este mar de almas contra esta burla negra", manifestó uno de los voceros de la Plataforma, que pidió dos minutos de complicidad a los centenares de miles de personas: uno, de silencio "para pensar en el mar herido" y otro minuto "de abucheo para este gobierno incompetente".

Los actores Juan Diego Botto y Luis Tosar leyeron el comunicado de la Coordinadora de Madrid de Solidaridad con Galicia, en el que señalaron que el desastre del Prestige es "un hito más en una larga lista de desastres", ocasionados en gran parte por la "falta de medidas preventivas", al tiempo que denunciaron "la escasez de recursos, la incompetencia del gobierno y la manipulación informativa".

Pero consideraron "particularmente indecente la campaña de criminalización contra la Plataforma Nunca Máis", y pidieron que se declare a Galicia zona de catástrofe para que lleguen los recursos necesarios.

Un voluntario catalán que tomó la palabra explicó: "nosotros no llevamos ninguna bandera política, lo que nos mueve es nuestro amor a la naturaleza y por eso queremos denunciar que es falso que la costa esté limpia. Falta mucho para eso. Y basta ya de que el gobierno intente acabar con este movimiento solidario, por eso gritamos nunca máis".

Francisco Iglesias, patrón mayor de la cofradía de O Grove, quien estuvo en huelga de hambre por la falta de respuesta del gobierno, señaló por su parte que "la catástrofe sigue ahí, nuestras costas siguen contaminadas por ese maldito chapopote y venimos a exigir que nos devuelvan nuestro mar limpio. Queremos seguir siendo pescadores, mariscadores, percebeiros y no eternos recolectores de chapopote, que es a lo que nos hemos dedicado los últimos meses".

Ester Rivas, de Cabo de Cruz, preguntó indignada: "¿Qué pasa con la limpieza de los fondos marinos, con la construcción de buques anticontaminantes, con la cobertura social digna para los afectados?". Después de agradecer el apoyo del pueblo madrileño y de pedir un aplauso para los pescadores que luchan contra la marea negra, explicó: "No estamos dispuestos a soportar más desprecios, más manipulación y más mentiras, como hemos venido haciendo desde el 11 de noviembre".

Ante la campaña del gobierno contra Nunca Máis, contra la cual el propio Fiscal del Estado ha presentado una querella, se explicó que esta Plataforma es "una organización cívica, abierta, democrática y formada por afectados de, como decimos ya nosotros, el mayor atentado que se ha hecho contra el planeta. Queremos vida, no guerra, por la democracia: Nunca Máis."

Por último, el escritor gallego Manuel Rivas, a quien presentaron como "eterno agitador de almas", manifestó en el comunicado final que su exigencia es "la apertura de una investigación y depuración de responsabilidades por la actuaciones del gobierno español y de la Xunta de Galicia.

"Los voluntarios, ellos son los que han limpiado las playas y las costas contaminadas en Galicia, pero traemos aquí a Madrid una nueva denominación de origen: cien por ciento dignidad. Ya que nos mueve la exigencia moral y ética, por eso decimos nunca máis al tráfico de mercancias peligrosas, queremos proteger nuestros mares. El gobierno ha actuado tarde, mal y a rastras, ya que cuando se ha logrado algo ha sido gracias al empeño del pueblo gallego", concluyó.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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