Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 12 de febrero de 2003
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Sociedad y Justicia
Análisis de experta

El pacto de Vamos México y SNTE, un precedente peligroso

CLAUDIA HERRERA BELTRAN

La alianza entre el sindicato magisterial y la fundación Vamos México crea un "precedente peligroso para la educación" en México y deslegitima a la de por sí debilitada dirigencia del gremio, afirma Aurora Loyo, estudiosa del tema y académica del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.

Para la coautora de libros como Los actores sociales de la educación y Estructura del sindicalismo docente en América Latina, este acuerdo, que comprende la difusión de 23 millones de ejemplares de la Guía de padres, se hizo a la vieja usanza: "fue un pacto de cúpulas, excluyente y a espaldas de los maestros".

También considera lamentable el papel de la SEP en estos hechos, porque el titular de la dependencia, Reyes Tamez Guerra, asistió a la firma del pacto silenciosamente, pero aceptando con su presencia la apertura de las escuelas los fines de semana, tal como habían decidido Vamos México y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

"Yo le preguntaría al secretario de Educación si a cualquiera que tenga una asociación civil y quiera aportar algo a la educación lo va a acompañar al Auditorio Nacional a una ceremonia y le va a abrir las escuelas los fines de semana", plantea.

Además critica la forma como se estableció el pacto: "la señora Marta Sahagún de Fox tiene todo el derecho de tener una asociación civil y de tratar de ayudar de la forma que ella crea conveniente, pero no a partir de actos cortesanos. No es válido que a partir del poder que ella tiene como cónyuge del Presidente se haga una ceremonia que pretenda tener un valor simbólico nacional".

Loyo, especialista en el SNTE y en sindicatos docentes de América Latina, asegura que hay varios aspectos cuestionables en el acuerdo que se firmó el pasado 2 febrero. El primero es que no fue transparente, ya que hasta ahora se desconoce en qué consiste el convenio de colaboración con Vamos México.

El segundo aspecto que, augura, va a provocar el rechazo de los maestros es que el SNTE suscribió una alianza con la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF). "Es una falta de respeto a la base magisterial firmar una acuerdo con la UNPF, que históricamente se ha opuesto a la educación laica y al magisterio de escuelas públicas", afirma.

Esta decisión, insiste, va a tener un costo alto para la dirigencia del SNTE, "que de por sí en los últimos años se ha deslegitimado mucho. No soy antisindicalista y creo que el SNTE es una organización importante, pero creo que a nadie le conviene un sindicato debilitado en el que las dirigencias se alejan cada día más de los maestros".

Dice que aunque al SNTE y particularmente a Elba Esther Gordillo le conviene tender puentes con el Presidente de la República y con organizaciones como la UNPF -que siempre han querido la desintegración del sindicato-, Gordillo va a pagar facturas con los maestros que no están de acuerdo con este tipo de alianzas.

Por otra parte, explica que las autoridades educativas pierden terreno con esta alianza, porque rompe con el Acuerdo Nacional por la Calidad de la Educación, que se firmó en agosto del año pasado y que se había presentado como la gran apuesta para promover la participación social.

Pero esa participación no se ha dado, sino que ahora se pretende impulsar con acuerdos que reviven las prácticas del pasado, acuerdos cupulares, poco transparentes y guiados por los intereses particulares de los dirigentes, añade.

En su análisis sobre la escuela mexicana, la especialista considera que necesita abrirse a la sociedad -ese fue el argumento del acuerdo SNTE-Vamos México-, pero aclara que no de la forma en que se pretende hacer, con pactos corporativos en los que participan organizaciones de padres de familia que no tienen representatividad.

Refiere que después de la Revolución Mexicana la escuela se ha mantenido cerrada para evitar su politización. "Se ha buscado que el sistema educativo se mantenga al margen de las luchas políticas y por eso las escuelas a veces parecen prisiones, porque no permiten la entrada de otros actores sociales", agrega.

Por eso señala que hay razones para buscar abrir las escuelas a la participación social, pero dice que esto debe ser de forma reglamentada y transparente. "Si se hace como lo promueven el SNTE y Vamos México la escuela se vuelve a contaminar, y en esas condiciones es mejor que los planteles sigan cerrados", afirma.

En opinión de la investigadora, la SEP tiene que mostrar mayor apertura a la participación social, pero tratando de incorporar a nuevos actores, no a los de siempre, que generalmente agrupan a pequeños grupos de presión como la UNPF.

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