El petróleo, sólo un elemento más, opinan expertos
Dominación mundial, meta de EU con su cruzada bélica
ROSA ELVIRA VARGAS
Tres estudiosos del panorama internacional, Guillermo Almeyra, Fernando Sánchez Cuadros y Alfredo Jaliffe, coinciden en que la inminente guerra de Estados Unidos contra Irak tiene que ver con la dominación mundial. Apoderarse del petróleo de aquel país y del que posee el resto de productores es sólo un elemento de la "nueva cruzada" de la "banda texana" que encabeza George W. Bush.
Un público ávido de elementos de análisis y reforzar sus convicciones por la paz se reunió el lunes en la Casa Lamm, en una más de las mesas de discusión que organizan esa institución y La Jornada.
Durante más de tres horas se siguió con atención a los tres ponentes quienes, además de dar interpretaciones a la atmósfera prebélica, ofrecieron un cúmulo de información sobre las razones, impulsos y preparativos hacia la guerra de Washington y sus aliados.
Guillermo Almeyra expuso: "La guerra contra Irak no es sólo por el petróleo, es por la dominación mundial; no va únicamente contra ese país, se dirige al resto de las naciones productoras, como Arabia Saudita, Irán, Indonesia, Nigeria, Venezuela y México".
La intención es reducir a 5 o 4 dólares el precio del barril de petróleo para reanimar la economía de Estados Unidos, "o mejor dicho, para reducir los costos por producto sin bajar los precios y, por consiguiente, elevando las ganancias''.
Sánchez Cuadros, especialista del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos, ubicó una vinculación "de la guerra colonial imperialista que el sionismo sostiene contra el pueblo palestino con la guerra que Estados Unidos se propone emprender contra Irak, como inicio de la recolonización de la región".
Esta, documentó, viene antecedida de la guerra contra Afganistán, emprendida so pretexto de los ataques del 11 de septiembre de 2001, "cuya autoría, en todo caso, no está claramente definida, y hay muchos elementos que muestran que se habría tratado de una conspiración de la banda texana en el poder para dar paso a su demencial programa de conquista al inicio del tercer milenio".
Con gran soberbia, afirmó Sánchez Cuadros, ese grupo sólo discurre hoy sobre la oportunidad y las condiciones del ataque contra los musulmanes. Para ello se han asido al ataque contra las Torres Gemelas, que encendió el imaginario del pensamiento dominante y sus voceros para establecer el peligro en el que se encontraría Occidente, amagado por los representantes "del oscurantismo y enemigos de la libertad".
ƑCivilización contra barbarie?
En la versión de los defensores del statu quo, los problemas del mundo se reducen a la maniquea confrontación entre civilización y barbarie, en la que Occidente, por supuesto, representa todo lo bueno, sano y digno de ser salvado de la historia del hombre, y las aportaciones de otras culturas al progreso de la humanidad y el desarrollo de la ciencia son ignorados.
Alfredo Jaliffe también duda que Osama Bin Laden haya estado detrás de los ataques a Nueva York y Washington en septiembre de 2001, pero alertó: "La percepción en Europa sobre quienes profesan el islamismo no es la misma que se tiene en Estados Unidos". Enseguida hizo un amplio análisis de lo que significa, en términos incluso económicos, la relación de algunas naciones como Alemania y Francia con los países de Oriente, mientras que los estadunidenses han llevado su infraestructura pública a la insolvencia.
En definitiva, dijo el analista y académico, "estamos en los prolegómenos de 1913" por las comparaciones que pueden hacerse con el inicio de la Primera Guerra Mundial. Además existe una fractura en la OTAN y también una de facto en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde por cierto, los cinco miembros permanentes son, junto con Israel, los principales exportadores de armas.
En ese sentido opinó Almeyra: "Ha muerto el sistema multilateral y lo que ello representa en términos de legalidad internacional y mediación. Hoy se impone la ley del más fuerte. Al romperse además la alianza de Estados Unidos con los países fuertes de Europa y la OTAN, y dejar clara la pretensión de someterlos, se tiene un conflicto interimperialista".
Esta guerra, apuntó el articulista de La Jornada, está unida a la reducción de los espacios democráticos en Estados Unidos y es el primer conflicto bélico sin consenso, ya que incluso casi la mitad de la población de ese país lo ha rechazado.
Almeyra se refirió también a los "terribles" efectos que esta guerra traería a México: caída de los precios del petróleo, despidos masivos de indocumentados que están hoy en Estados Unidos y menos ingresos por remesas, más racismo antimigrante y menor ingreso de capitales.