CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
El marrano panista
A MITAD DE la semana pasada, Ciudad Perdida reveló que cuando menos dos importantes miembros del Partido Acción Nacional se hallaban involucrados en un escándalo interno, al exigir cuotas económicas a los militantes de ese organismo para crear lo que se ha dado en llamar un fondo para el apoyo de la candidatura del secretario de Gobernación, Santiago Creel, a la Presidencia de la República.
DIJIMOS ENTONCES QUE la historia apenas se iniciaba y sí, el fondo de esta historia, que por lo pronto ya cobró las aspiraciones de Jorge Galván y Antonio Aviña, quienes han sido suspendidos en sus derechos, puede crecer mucho más.
AUNQUE LA LIDERESA del grupo parlamentario panista en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Patricia Garduño, asegura que ella nunca fue citada por la comisión de orden que se encarga de lavar los trapos sucios del PAN en la oscuridad de la casa, nadie en el PAN-DF ha podido negar la construcción de un gran marrano para el apoyo electoral del secretario de Gobernación.
LAS COSAS SE han ido complicando porque no sólo se trata de una asociación civil, cuyo nombre es Desarrollo Ciudadano AC, sino de una serie de políticos panistas que podrían haber hecho uso de ese marrano para impulsar sus candidaturas en este año.
SE TRATABA DE que hoy se sirvieran de él para que más tarde lo engordaran a favor de las aspiraciones de Santiago Creel, quien llegaría a la candidatura presidencial con el marrano bien crecido y gordo.
POR ESO SE ha negado -es lo único que se ha podido desmentir- que exista venta de candidaturas en el PAN-DF y en sentido estricto eso no ha sucedido. Lo que pasó es que el diseño financiero de este fondo pretendía que muchos cooperaran y algunos fueran los beneficiados por las aportaciones. En caso de un triunfo real, todos los socios obtendrían algún beneficio.
SIN EMBARGO, ALGUNOS entendieron que con sus cuotas ya habían comprado la postulación y cuando fueron desengañados, protestaron por los manejos de la asociación, que, según ellos, los había timado.
LA COSA ES que el asunto toca la más alta esfera del panismo y aunque Santiago Creel diga que no sabe nada del asunto -a fin de cuentas de muy pocas cosas se entera-, José Luis Luege, el jefe del partido en la capital, ya aceptó que hay cosas turbias en el trabajo de Galván y Aviña.
NADIE CREERA QUE el secretario de Gobernación se hallaba ajeno a la gestación y posterior engorda del marrano del 2006 porque lo hacía la gente del círculo más cercano a Luege y Luege juega, sin duda, en el primer equipo de Creel.
MIENTRAS, AL INTERIOR del PAN, hay silencio. Ya se empiezan a dar las postulaciones para los cargos de elección popular y plurinominales sin que se haya aclarado quiénes sí se beneficiaron de la engorda del marrano y qué tanta responsabilidad tienen Santiago Creel y José Luis Luege en este asunto que empieza a oler a podrido.
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