Tácito llamado a espiar vecinos y conocidos
para reportar cualquier actividad sospechosa
Al Qaeda atacará de nuevo a EU, advierte el
gobierno de Bush
Anuncio de mayor alerta combinado con llamado a mantener
la calma provoca confusión
Autoridades intensifican la vigilancia; un mayor número
de guardias custodia sedes militares
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 7 de febrero. El gobierno
de George W. Bush anunció hoy a la nación que existe un "alto
riesgo de un ataque terrorista" contra los estadunidenses aquí y
en el exterior, y ordenó a la policía, las fuerzas de seguridad,
así como a las autoridades estatales y locales, intensificar la
vigilancia; además, colocó más guardias en 425 instalaciones
militares en todo el país.
"Recientes informes indican una probabilidad incrementada
de que Al Qaeda intentaría atacar a estadunidenses en Estados Unidos",
declaró a la prensa el procurador general, John Ashcroft, alimentando
el cada vez mayor clima de inseguridad en el país ante los aprestos
para la guerra.
El gobierno, agregó Ashcroft, cuenta con "inteligencia
específica" de fuentes múltiples de que Al Qaeda está
contemplando atentados contra edificios de departamentos, hoteles y otras
instalaciones poco resguardadas del país.
Esta es la segunda ocasión desde el 11 de septiembre
de 2001 que el gobierno federal ha elevado el nivel de amenaza de amarillo
a anaranjado en su código de colores. Esta tarde, autoridades federales
iniciaron consultas con representantes de gobiernos estatales y locales,
expertos en salud pública y empresas privadas sobre los pasos a
adoptar para incrementar la protección ante un posible atentado.
Crece el temor
Por
lo pronto, el gobierno federal incrementó la seguridad en edificios
públicos, instaló nuevos puestos de inspección en
aeropuertos y colocó más agentes en áreas consideradas
de alto riesgo.
El anuncio se hizo en momentos en que los niveles de temor
en el país se han incrementado sustancialmente. Durante semanas
recientes, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y la Agencia Central
de Inteligencia han reiterado que las amenazas contra Estados Unidos se
han elevado dado el contexto internacional.
El propio Bush advirtió ayer que Saddam Hussein
tiene la capacidad de lanzar naves a control remoto desde embarcaciones
cercanas en las costas de Estados Unidos para atacar lugares a "cientos
de millas" dentro del país, mientras que la FBI advirtió
que Hussein ya tiene a sus "agentes" en esta nación, los cuales
podrían realizar ataques.
Ashcroft expresó que la información de inteligencia
indica que los ataques podrían ser programados para coincidir con
la conclusión del Hajj, festejo religioso musulmán, el 15
de febrero. Pero analistas locales se preguntan las razones para el anuncio
de esta nueva alerta, si en verdad es por la existencia de amenazas específicas
de Al Qaeda, en respuesta a los preparativos de guerra contra Irak, o si
sólo son parte de la estrategia para ayudar al gobierno de Bush
a generar mayor apoyo para su enfrentamiento contra Hussein.
Y en parte, estas dudas provocan las mismas preguntas
de siempre. Una vez anunciada la alerta, no hay mucho que la ciudadanía
pueda hacer, más allá de preocuparse. Ni Ashcroft ni el titular
del Departamento de Seguridad de la Patria, Tom Ridge, dieron detalles
específicos de lo que deberían hacer los estadunidenses o
sus autoridades locales, y sólo ofrecieron generalidades sobre mayor
presencia de fuerzas de seguridad pública en represas, edificios
y puentes. La penúltima vez que se elevó el nivel de alerta
de amarillo a anaranjado, la mitad de las ciudades reportaron que nada
hicieron absolutamente diferente bajo las nuevas condiciones.
Hoy, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, hizo
una declaración casi contradictoria: mayor alerta, nada cambia.
"Continúen con sus vidas normales y nosotros haremos todo lo que
podamos para protegerlos", dijo en su mensaje a la ciudadanía al
anunciarse la nueva alerta. "No es mucho más peligroso hoy de lo
que era ayer".
Las autoridades en Nueva York informaron que no había
una amenaza específica a la ciudad y que la gente "no debía
preocuparse". Ofrecieron un número de teléfono para reportar
cualquier actividad sospechosa. Al mismo tiempo, incrementaron las inspecciones
de vehículos en puentes, mientras que el gobernador del estado informó
que una unidad de la Guardia Nacional especializada en detección
de agentes químicos, biológicos y radiactivos había
sido desplegada en la Gran Manzana.
Charles Rangel, representante federal de Nueva York, se
quejó de que estas alertas logran poco, ya que nadie sabe qué
hacer. "Nadie tiene la menor idea de lo que significan los colores" en
el código nacional de nivel de amenaza, afirmó.
Para los ciudadanos como individuos, las instrucciones
de hoy del director de la FBI, Robert Mueller, fueron estar más
atentos a "actividades sospechosas".
Tanto Mueller como Ashcroft invitaron, de hecho, a los
ciudadanos a espiar a sus vecinos y conocidos y reportar cualquier actividad
sospechosa a la policía o a la FBI. Ashcroft señaló
que la participación activa de los ciudadanos podría evitar
algunos atentados terroristas.
Pero Ashcroft no dejó duda de que habría
nuevos atentados. "Al Qaeda atacará a Estados Unidos", afirmó.
En tanto, Ridge recomendó a las familias discutir planes de contingencia
que incluyan decidir puntos de reunión en caso de un atentado.
Al mismo tiempo, Ridge insistió en que no había
necesidad de cambiar planes para viajar dentro del país ni de cancelar
la asistencia a actos públicos.
Llaman a reservar víveres
A la vez, el Departamento de Seguridad de la Patria recomendó
que los hogares se preparen y comiencen a reservar alimentos y agua en
caso de un ataque, y asegurarse de que cuentan con lámparas y radios
operados por pilas para el caso de que fallen todos los otros medios de
comunicación.
Mientras el gobierno advierte a Irak que está a
punto de ser atacado, todo indica que Estados Unidos ya se encuentra bajo
ataque. Pero en este lugar donde ahora hay una "alta probabilidad" de que
se convierta en un campo de batalla, no hay por qué preocuparse.
La vida, insisten, sigue "normal".