Será largo y horrible el conflicto, vaticina ex inspector
Mandela, dispuesto a viajar al Pérsico para impedir la guerra
DPA, REUTERS Y AFP
Bagdad, 5 de febrero. La organización estadunidense Mujeres por la Paz realizó hoy una manifestación en Bagdad contra la guerra, mientras el ex presidente sudafricano Nelson Mandela dijo que si la Organización de Naciones Unidas (ONU) lo aprueba, está dispuesto a viajar a Irak para ayudar a im-pedir un conflicto bélico, en tanto que un ex jefe de inspectores de armas del organismo mundial pronosticó que en el país árabe ha-brá una guerra "larga y horrible".
"Veo bombardeos aéreos masivos que comenzarán a finales de febrero", dijo Scott Ritter, ex jefe de inspectores de armas, du-rante una conferencia de prensa en Tokio.
"Veo tropas de infantería cruzando Irak en grandes cantidades a principios de marzo, y no creo que esa guerra termine pronto", añadió, señalando que probablemente los militares estadunidenses atacarán con o sin una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
"Este será el tipo de guerra que enfrentaremos en Irak. Será larga, horrible y, por tanto, estamos abriendo una caja de Pandora que irá mucho más allá de Irak y podría extenderse a toda la región", advirtió ante la prensa el ex marine.
Ritter, apodado Cowboy por los funcionarios de la ONU y los diplomáticos destacados en Bagdad debido a sus brutales métodos de inspección, renunció a su puesto en agosto de 1998, tras alegar falta de apoyo de la ONU y Estados Unidos a sus métodos, que indignaban a los iraquíes.
El ex inspector, que de todos modos se ofreció a combatir junto a los estadunidenses, es actualmente uno de los críticos de la administración del presidente George W. Bush, al afirmar que la política corrompió el proceso de inspecciones.
Ritter también reiteró sus críticas al actual jefe de inspectores, Hans Blix, por su "engañoso informe al Consejo de Seguridad de la ONU", y dijo que las pruebas que él presentó eran viejas.
De su lado, el líder antiapartheid Nelson Mandela informó que había tratado de po-nerse en contacto telefónico con el presidente iraquí, Saddam Hussein, para exhortarlo a cooperar con los inspectores de Na-ciones Unidas.
Según el ex mandatario sudafricano, el gobierno de Hussein quiere que visite Bagdad, pero "si Irak me quiere allí, debe obtener el permiso de Kofi Annan (secretario general de la ONU). Entonces iré".
El premio Nobel de la Paz, de 84 años, acusó a Bush y al primer ministro británico, Tony Blair, "por actuar al margen de Naciones Unidas. No voy a hacer lo que hacen ellos y viajar a Irak sin el permiso" del organismo mundial.
Mandela también dudó sobre las presuntas pruebas presentadas hoy por el secretario de Estado estadunidense, Colin Powell, al Consejo de Seguridad.
"Vamos a escuchar a Hans Blix (jefe de inspectores de armas de la ONU) y a Mohamed el Baradei (jefe de la agencia de armas nucleares). Vamos a escucharlos a ellos solamente".
Según el diario alemán Berliner Morgenpost, el ex presidente estadunidense Jimmy Carter, también premio Nobel de la Paz, podría viajar a Bagdad.
De su lado, líderes religiosos de Europa, Estados Unidos y Medio Oriente se reunieron este miércoles en Berlín para orar por la paz y establecer una posición común para tratar de impedir una acción militar estadunidense contra Irak.
El Consejo Nacional de Iglesias de Estados Unidos, que participó en la reunión, patrocina una campaña en la televisión por cable estadunidense. "Irak no nos ha hecho daño. La guerra sólo creará más terroristas", dice el obispo Melvin Talbert, de la Iglesia Metodista Unida, en el mensaje transmitido en esa campaña.
Por su parte, en Bagdad 10 integrantes de Mujeres por la Paz desplegaron ante el Ministerio de Informaciones una pancarta en la que se podía leer: "Ninguna sangre por el petroleo iraquí".
El grupo fue fundado hace ocho meses y se manifiesta regularmente bajo el lema de pink alerta (alerta rosa) ante la Casa Blanca en Washington.
Por último, las agencias humanitarias con sede en Ginebra temen que se produzca el éxodo de cientos de miles de iraquíes hacia los países vecinos, y tomaron las medidas necesarias para hacer frente a esa crisis, aunque carecen de previsiones exactas sobre la guerra que se anuncia.
En el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados la cifra de desplazados, que se maneja de manera interna para emprender una planificación de los socorros, es de 600 mil personas.