LaVolpe no cambiará las cosas, pero lo
que piense y haga repercute en el equipo, dice
El triunfo de la selección depende de la humildad,
asegura Octavio Rivas
La designación de un timonel es como la elección
del presidente del país, afirma el sicólogo
JORGE SEPULVEDA MARIN
Los resultados que obtenga la selección mexicana
de futbol dependerán directamente de la humildad con la que actúe
y la sistematización con la que sea dirigida por el técnico
Ricardo LaVolpe, estimó el especialista en comportamiento humano,
Octavio Rivas.
De cara al primer partido que enfrentará el representativo
nacional este martes ante Argentina, país del estratega nacional,
el médico cirujano explica que toda proporción guardada,
la designación de un técnico nacional de futbol es como la
elección del presidente del país, en tanto que "no va a cambiar
el estado de las cosas por arte de magia, pero lo que sienta, piense y
haga repercutirá en todo el entorno".
Ejemplificó
con una telaraña, al decir que si se jala un hilo, se moverá
toda la estructura, para bien o para mal. Lo mismo le ocurrirá al
técnico LaVolpe, porque cada acción que tome repercutirá
en todo el equipo y en la gente interesada en el futbol, la gran mayoría
en este país.
Con la experiencia de 26 años con selecciones del
país y otros clubes profesionales, agrega que, como nadie es perfecto,
LaVolpe deberá conformar un eficiente equipo multidisciplinario
que colabore en la mejor ejecución del plan de trabajo.
Detalla que todo líder debe tomar en cuenta, para
favorecer su desempeño, algunos aspectos fundamentales. Tener don
de mando, pero sin complejos, porque se puede ser un excelente estratega,
pero si se piensa como Hitler o deja vacíos de poder, no podrá
avanzar.
El siguiente es el estilo de liderazgo y de los seguidores.
Puede crearse un grupo sumiso o toparse con otro que no respete las reglas,
ante los cuales deberá imponer orden y disciplina en los mejores
términos posibles, porque no debe olvidar nunca que a él
le cobrarán las cuentas.
Que no le suceda como al ex técnico nacional Raúl
Cárdenas, cuando en las reuniones previas les explicaba a los jugadores
lo que debían hacer, pero en la cancha hacían todo lo contrario,
de allí que Nacho Trelles explicara -en broma- que sus triunfos
se dieron gracias a que le daba a los seleccionados las instrucciones al
revés.
Otro precepto sería tomar en cuenta la cultura
del grupo, porque no es lo mismo ser erudito que analfabeta, ya que de
eso dependerá el que entiendan y se identifiquen todos con los objetivos,
las metas y busquen lograrlos armónicamente.
Los dos aspectos finales tienen que ver con escoger a
amigos aunque no sean capaces, y satanizar a los demás, porque esto
seguramente generará conflictos que pueden agravarse y crear severos
problemas que darían al traste con el mejor plan de trabajo, apunta.
El mal carácter de LaVolpe
Recuerda que el mal carácter que mostró
en el pasado LaVolpe seguramente ahora lo ha modificado, pero como todo
ser humano está expuesto a estallar -"por no tomar en cuenta los
puntos ciegos de sí mismo, los que tenemos, pero no conocemos"-
luego de un mal resultado, de una pregunta incómoda o de cualquier
situación adversa que se pudiera presentar, de allí que requerirá
de un especialista en el manejo con los medios de comunicación,
para evitar esos exabruptos o suavizarlos.
"Las personas con ese perfil tienden a confundir humildad
con humillación y creen que, con tantito que cedan, todos los van
a pisotear. Será porque se les olvida que la grandeza de los hombres
se mide por su sencillez, como le ocurrió a Martin Luther King,
por ejemplo."
-Se podría ya definir el estilo del estratega nacional
como paternalista, autoritario...
-No lo podría hacer tajantemente, pero creo que
puede ser paternalista en el sentido de que dirá que las reglas
las pone él, pero cuando se rompe el equilibrio podría convertirse
en autoritario; cualquiera de ambas detendrá el desarrollo de la
armonía en el grupo.
Quizá podría recordar LaVolpe que, en sus
inicios, cuando fue el tercer portero en el equipo de César Luis
Menotti y no entraba en la alineación, siempre estuvo presente para
cooperar con el plantel. Eso es, justamente, humildad.
Por su trabajo al lado de seleccionadores nacionales,
como Raúl Cárdenas, Ignacio Trelles y Miguel Mejía
Barón, entre otros, Rivas recomienda la aplicación de sociogramas,
donde cada jugador escriba en una hoja los nombres de sus compañeros
y los una con líneas continuas o punteadas, según su cercanía
con ellos.
Ya una vez ocurrió que a un centro delantero se
le olvidó poner a su compañero de línea y por allí
empezó a descubrirse por dónde no andaban bien las relaciones
internas de aquella selección, recuerda.
Como sea, termina, lo mejor será que todo le funcione
como lo tiene planeado Ricardo y que los directivos, cuerpo técnico
y sus jugadores lo apoyen. Si no, de eso platicaremos luego.