ITACATE
Marco Buenrostro y Cristina Barros
Cocinando la vida/ I
EN LA HISTORIA reciente de la cocina mexicana, Chepina Peralta ocupa un lugar particular, pues ha combinado sus capacidades de comunicadora con las de cocinera. Por años tuvo programa de televisión y de radio; actualmente continúa en su labor en radio Acir con el programa Cocinando la vida.
Y ESO HA hecho Chepina, cocinar su vida. Se casó muy joven y sin que le gustara cocinar. Entre los recuerdos de infancia y adolescencia evoca las cocinas de sus abuelos maternos en Oaxaca, donde pasaba las vacaciones de fin de año; también recuerda que alrededor de su madre, en la ciudad de México, ella y sus hermanas preparaban tamales oaxaqueños. De esa época es también la inolvidable doña Chole, que hacía unos sabrosos bisteces bajados en metate. Y en relación con la cocina en aquellos años, no mucho más.
EN CAMBIO, LE encantaba el baile y la actuación; al casarse estudió oratoria. Fue entonces cuando le comentaron que buscaban un ama de casa para hacer un programa de televisión de 15 minutos. De pronto se encontró en un estudio; ahí le pidieron que actuara haciendo un guiso, que en realidad había sido previamente elaborado. Al verla, el productor decidió sin dudarlo que había encontrado al personaje. Intentaron cambiarle el nombre, pero optó por el diminutivo del suyo: Josefina, unido al apellido del padre de sus hijos; surgió Chepina Peralta.
AHI EMPEZO UNA interesante historia. Obtuvo su licencia de locutora después de estudios que le llevaron meses, pues además llevaba su casa y tenía cinco hijos; el programa era diario. Las mujeres se identificaron pronto con esa mujer cálida tan semejante a ellas y empezaron a llegarle cartas. Decidió aprender cocina; no podía mentir a quienes le depositaban su confianza.
AL ESTUDIAR GASTRONOMIA, Chepina descubrió algo importante: era indispensable saber nutrición. El doctor Gabriel Escobar Cabos le abrió las puertas de este nuevo camino, y la directora de dietistas de endocrinología de hospital de La Raza la inició en el estudio de la nutrición; supo de la diabetes. El doctor Héctor Bourges, del Instituto Nacional de la Nutrición, fue otro de sus guías, así como el doctor Manuel Campuzano, quien la acercó a la comunidad de obesos.
CHEPINA VALORO LA fuerza de su palabra por el arraigo que ya tenía en el público, y quiso usarla para servir. Invitó a médicos a su programa, aconsejaba a las madres acerca de la mejor manera de alimentar a la familia y respecto de la relación familiar; como escribió algún crítico, Chepina da consejos sabiamente envueltos en una receta que todos se comen.
EN SUS PROGRAMAS unía sus vocaciones: la actuación (que estudió con José Luis Ibáñez, por quien siente gran afecto), la comunicación y su posterior cercanía con la cocina y la alimentación. Mientras se preparaba, seguía con sus programas. Ha hecho 7 mil 200 programas en televisión y un sinnúmero en la radio.
[email protected]