Con una serie de actividades, el Templo Mayor conmemora el hallazgo de Coyolxauhqui
A 25 años de que emergió la diosa Luna
La exposición El rescate de un mito, iconografía en torno al monolito, se inaugura el 20
MONICA MATEOS-VEGA
Hace 25 años, la diosa de la Luna emergió de la tierra para deslumbrar con sus atributos a los descendientes de aquellos que labraron su imagen destazada en una roca de más de ocho toneladas.
Para celebrar el hallazgo de la monumental escultura de Coyolxauhqui, la cual ha maravillado a propios y extraños, el museo del Templo Mayor inaugurará el 20 de febrero la exposición El rescate de un mito, la cual estará conformada por toda la iconografía moderna que ha generado el conocimiento del monolito desde 1978 a la fecha.
Además, el 15 de febrero se llevará a cabo la mesa redonda Memorias de un hallazgo, coordinada por Raúl Arana, en la que se recordará lo acontecido la madrugada del 21 de febrero de hace 25 años, cuando un grupo de trabajadores de la compañía Luz y Fuerza del Centro, al realizar obras de mantenimiento en la esquina de las calles Guatemala y Argentina, en el Centro Histórico, se toparon con "una piedra con grabados".
Alrededor de la pieza (cuya circunferencia mide 3.25 metros) se encontraron algunas ofrendas y fragmentos de otra escultura de Coyolxauhqui, que probablemente era más grande que la hallada.
Ese material se exhibe en la sala Mexica del museo del Templo Mayor, recinto que fue creado precisamente a raíz de la aparición de la pieza y donde se ofrecerá el próximo 22 de febrero la conferencia Identidad de una diosa, a cargo de Felipe Solís, director del Museo Nacional de Antropología e Historia. El primero de marzo Eduardo Matos Moctezuma hablará acerca del antes y después de la ciudad de México en relación con la aparición de la Coyolxauhqui.
Dedicados a los niños, se impartirán durante febrero los siguientes talleres: Coyolxauhqui en tercera dimensión (grabado), En busca de la Luna (rally) y La Luna vista por los niños (concurso de dibujo).
Antes del hallazgo del monolito se conocían muy pocas representaciones de la deidad. Sus características provenían sobre todo de la historia relatada por fray Bernardino de Sahagún, el cual describe el combate a muerte que libró Coyolxauhqui con su hermano Huitzilopochtli, ambos hijos de Coatlicue.
El culto a la diosa de la Luna se practicó durante mucho tiempo en Coatepec. El mito representa la transición eterna del día a la noche y viceversa. Los poderes diurnos son representados por Hutzilopochtli, el sol, en lucha constante contra los nocturnos, Coyolxauhqui, la luna, y los Huitznahua, las estrellas.
La escultura que se encontró en 1978 está tallada en piedra volcánica de color rosa claro y conserva restos de pintura azul, ocre, rojo y negro. Unos cascabeles adornan las mejillas de la cabeza cercenada. Los brazos y las piernas están separadas del tronco. De las partes mutiladas brotan huesos y caen gotas de sangre. Las cuatro extremidades tiene serpientes anudadas, las cuales, según los investigadores, poseen un significado mágico. Su tronco desnudo, en el que destacan sus pechos, viste solamente un cinturón, también en forma de serpiente.
La fractura transversal que el monolito presenta fue ocasionada por la presión que recibió del exterior (autos y tranvía) cuando estaba enterrada.
La exposición El rescate de un mito. Coyolxauhqui 25 aniversario se inaugura el 20 de febrero y cerrará el 27 de abril. Para inscripciones en los talleres infantiles llamar al Area de Servicios Educativos del museo del Templo Mayor, teléfono 55 42 47 84.