JAZZ
Antonio Malacara
Magos Herrera
LA VOZ DE Magos Herrera surge suave y directa, delicada, aunque su propia ductilidad y su muy evidente técnica musical la mantienen a salvo de los cándidos ornamentos de aparador; y esto, para nuestra fortuna, la convierte en una de las cantantes mexicanas más completas y disfrutables de los tiempos recientes... si tus gustos y tus intenciones van dirigidos a la música pop en la más digna de sus acepciones.
HOY VIERNES, MAGOS presenta su tercer disco solista, País maravilla (Suave, 2002) en la sala Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (Río Churubusco y Calzada de Tlalpan), acompañada por cuatro excelentes músicos locales de jazz: Miguel Villicaña (piano), Agustín Bernal (contrabajo), Gabriel Brofman (guitarra) y Alex Kautz (batería); además de las percusiones brasileñas de Eder Barrosa y Pedrinho. La cita es a las 19:30 horas.
LA PRIMERA INTERROGANTE para este concierto surge con la ausencia de Ken Basman, guitarrista canadiense radicado en San Miguel de Allende que ha trabajado constantemente al lado de Magos Herrera, en vivo, en estudio y como arreglista, desde la grabación de Orquídeas susurrantes (Opción Sónica, 2000). Nadie nos pudo dar una respuesta, pero bueno, nos queda bastante claro que la dotación instrumental convocada para esta noche es de primera.
Y LA QUE colaboró en el disco lo es también, por supuesto, pues además de los ya mencionados, en el tema Son cotidiano aparecen Antonio Sánchez, en la batería; Osmany Paredes, en el piano, y Guillermo Paredes, padre de Osmany, en las congas. Este tema en particular, de marcadas raíces cubanas, resalta entre los demás porque es donde los músicos pueden improvisar un poco más, transportando automáticamente la dinámica a los terrenos del jazz. Carlos Tovar en las voces y Gabriel Hernández en los teclados son otro buen ingrediente. Sin embargo, el resto de la producción mantiene un tratamiento mucho más convencional, girando todo alrededor de la amable voz y las bien logradas composiciones de Herrera.
A DIFERENCIA DE Orquídeas susurrantes, donde Magos intercala piezas de su propia cosecha con temas de Amaury Gutiérrez, Pedro Carvalho y Margarita Fernández, entre otros, en esta ocasión todas las canciones son de ella, compartiendo créditos en dos o tres ocasiones con Ken Basman (Ƒpor qué no viene Ken?), Pedro Moraes, Pablo Raphael y Lynette Herrera.
EL BOLETIN DE prensa que nos llegó sobre País maravilla da inicio con el párrafo de una reseña publicada en el New York Times, donde Evangeline Kim afirma que la música de Magos Herrera tiene influencias de deep soul, bossanova y hip-hop. Nosotros podríamos agregar que acuden también el nordestino, la samba, el son montuno y los guiños al jazz y al funk, todo ello fusionado en un mestizaje de fina elaboración, pero que el dichoso hip-hop no aparece por ningún lado, en absoluto... tal vez la Evangeline andaba pacheca o no se ha dado cuenta que esa manera instantánea y seca de arrastrar las palabras para cantar se ha dado en Latinoamérica desde hace muchos ayeres; además de que Magos no recurre mucho a estas inflexiones.
EN PAIS MARAVILLA, la canción contemporánea de Magos Herrera ratifica su raigambre brasileiro y su poder interpretativo, sin perderse en academicismos gastados o visceralidades de artificio. Está sabroso, pues. Tal vez pudo haber tenido mayor fortuna en el diseño del booklet y el rigor selectivo de las fotografías. Pero está muy sabroso.