Esta es una guerra para salvar vidas en Brasil, señala

Lanza Lula el programa Hambre Cero, su mayor promesa de gobierno

AFP Y REUTERS

Brasilia, 30 de enero. El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, lanzó este jueves el proyecto Hambre Cero, la mayor promesa social de su gobierno, para acabar con la "vergüenza nacional" que padecen 46 millones de personas que viven con menos de un dólar por día en la 11 potencia económica del mundo.

"Nuestra guerra no está destinada a matar a nadie, es para salvar vidas", dijo Lula en una ceremonia en el Palacio de Planalto, en la que participaron cerca de 500 personas, desde representantes del campesino Movimiento de los Sin Tierra hasta miembros de la Federación Brasileña de Bancos.

El proyecto, que contará este año con un austero presupuesto equivalente a unos 500 millones de dólares, estará integrado por un conjunto de acciones simultáneas que se llevarán a cabo a lo largo de los próximos cuatro años.

Hambre Cero combina "de un modo nuevo lo urgente con lo estructural. Es necesario dar el pez y enseñar a pescar", declaró el ex obrero metalúrgico, quien fue víctima del hambre durante su infancia.

"Es mucho más que un programa de donación de alimentos", insistió en respuesta a las críticas que ha suscitado el plan, que se pondrá en marcha con dos proyectos piloto en las nordestinas localides de Guaribas y Acaua, donde más de 700 familias empezarán a recibir 50 reales de ayuda (unos 14 dólares) mensuales en los próximos días, mediante una tarjeta magnética para comprar alimentos. Los organizadores esperan ampliar los beneficios a 1.5 millones de familias para finales de año en un millar de municipios afectados por la sequía.

En el contexto de estas críticas, la coordinadora de Pastoral de la Infancia, Zilda Arns, advirtió que el proyecto no debe reducirse al "asistencialismo", sino que su meta debe ser "reducir la exclusión social", y consideró que "los recursos se gastarían mejor enseñando a las familias a plantar, elegir los alimentos y hacer una huerta".

La economista Sonia Rocha, de la Fundación Getulio Vargas, atacó la idea de repartir una tarjeta magnética o vales, porque "la mayoría de las personas que pasan hambre son niños, porque están desprotegidos en el ámbito familiar".

Lula, quien al asumir el primero de enero aseguró que si al término de su mandato todos los brasileños podían comer tres veces al día "habrá cumplido la misión de su vida", respondió que "esas donaciones de emergencia son necesarias, pero todos sabemos que no acaban con el problema".

El programa prevé tres tipos de acciones: estructurales, destinadas a las causas más profundas del hambre y la pobreza; específicas, para atender directamente a las familias que no se alimentan adecuadamente; y locales, que podrán ser llevadas a cabo por las alcaldías y la sociedad civil.

La idea de Lula parece estar calando en la sociedad brasileña. La supermodelo Gisele Bündchen donó 14 mil dólares al programa, mientras varios productores agropecuarios y otros sectores han prometido comida, y la Asociación Nacional de Diarios dijo que se pondrá a disposición del gobierno para divulgar la campaña publicitaria de Hambre Cero.

Lula también anunció la creación del Consejo Nacional de Seguridad Nacional (Consea), en el cual están representados tanto el gobierno como varios sectores de la sociedad civil, cuya misión será ayudarlo a formular políticas de seguridad alimentaria.

El politólogo brasileño Marcos Coimbra, director del Instituco Vox Populi, vaticinó que las elecciones de 2006 "ya están resueltas", y que Lula tendrá un segundo periodo de gobierno.