Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 31 de enero de 2003
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Mundo

La Casa Blanca daría la "bienvenida" a un eventual exilio de Saddam Hussein

EU podría lanzar el ataque contra Irak el 15 de febrero o el 3 de marzo

El clima, factor clave; en abril el calor y las tormentas de polvo complicarían una ofensiva

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 30 de enero. Los periodistas que cubren la Casa Blanca y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han inaugurado un fondo de apuestas sobre la fecha en que Estados Unidos lanzará su campaña militar contra Irak, y los mejores intelectos de la profesión tratan de adivinar si la guerra comenzaría a mediados de febrero, poco después de concluir el festejo musulmán de Eid Al Adha, o a principios de marzo, cuando las fases de la luna estarán en su momento más oscuro.

Complicando estos argumentos, hay una fracción de medios locales -respaldados por el usual coro de "fuentes anónimas" y "analistas militares"- que cree que el gobierno de George W. Bush todavía espera que el incremento bélico pueda provocar un golpe militar o una solución mediante el exilio negociado de Saddam Hussein.

Pero existe consenso en un punto: el objetivo de Estados Unidos no es sólo el desarme de Irak, sino el derrocamiento del régimen de Hussein. "Esto aún podría ocurrir pacíficamente", afirmó un alto funcionario de la Casa Blanca a la prensa esta semana. "Hussein podría desaparecer".

En público, los funcionarios de la Casa Blanca insisten en que están dispuestos a aceptar un proceso de inspecciones "vigoroso" por parte de la ONU, pero nadie en Washington ha encontrado a un funcionario que crea que esto rendirá los resultados deseados por Estados Unidos. Además, ya está más que anunciado que para Estados Unidos esta es la "fase final" del esfuerzo diplomático y, como lo repitió hoy el presidente Bush, "esto es un asunto de semanas, no de meses".

Hablando en otro lugar hoy, el vicepresidente Dick Cheney no dejó mucha duda de que ya no se trata de diplomacia, sino de guerra. "No permitiremos que un dictador brutal con vínculos con el terror y un historial de agresión descabellada domine Medio Oriente y amenace a Estados Unidos".

Y sostuvo que "enfrentar la amenaza representada por Irak no es una distracción de la guerra contra el terror pues, por el contrario, es absolutamente crucial para ganar la guerra contra el terrorismo".

La opciones parecen haberse reducido a un golpe y/o exilio o una invasión militar. La revista Time informó la semana pasada que los sauditas y los egipcios trabajaban para convencer a Hussein de la solución del exilio. Ambos gobiernos desmintieron la versión, pero funcionarios estadunidenses siguen expresando su apoyo a esta opción.

Este jueves el presidente Bush dijo que "daríamos la bienvenida" a una decisión de Hussein de exiliarse. El secretario de Estado, Colin Powell, ha reiterado que "ayudaríamos, estoy seguro, a buscar un lugar adonde se pueda ir".

Las apuestas

El momento más probable para un golpe o el exilio sería justo antes de que las tropas estadunidenses lleguen a Irak, y es por eso que algunos de los sabios periodistas en la Casa Blanca y en la ONU están apostando sobre el día en que arranca la prometida acción militar.

Las fechas bajo consideración incluyen el 15 de febrero, el día que marca el fin del festejo musulmán Eid Al Adha. Cualquier ataque antes de esa fecha ofendería a Arabia Saudita y a otros países musulmanes de la región, que estarían en el grupo de "aliados" de Estados Unidos (Jordania acordó esta semana permitir la presencia de tropas estadunidenses en su territorio, aunque supuestamente con límites).

Los que dicen que será el 15 señalan también que está citada una sesión del Consejo de Seguridad de la ON para el 14 de febrero (šaguas!, Día del Amor y la Amistad, San Valentín) para escuchar un informe de los inspectores.

Hace una semana, en las apuestas entre los periodistas también se jugaba el 20 de febrero, pero esa fecha parece cada día menos viable, porque se necesita más tiempo para organizar el apoyo internacional.

Las encuestas estadunidenses indican que una mayoría apoyaría la acción militar contra Irak sólo si es apoyada por la comunidad internacional, y hasta el momento, Bush no ha logrado eso. Hoy la Casa Blanca se complació cuando el Wall Street Journal publicó una carta de ocho gobernantes europeos en apoyo a la guerra, pero hasta los ingleses han sugerido que Bush debería ofrecer una última oportunidad a Irak antes de atacar, tal vez un plazo de 60 días para cumplir con las demandas del desarme completo.

No es un secreto que Bush le informará al primer ministro británico, Tony Blair, este fin de semana, que 60 días es mucho tiempo, pero algunos especulan que podría dar un ultimátum a Hussein con un plazo de 30 días. Tal ultimátum, si es hecho a mediados de febrero, dejaría como fecha de la invasión a mediados de marzo. (Claro, como ya lo ha reconocido el Pentágono, los militares y la CIA ya tienen fuerzas especiales operando en el norte de Irak, pero nadie está contando esto como el inicio de la invasión).

Otro problema que complica el calendario es que a pesar de toda la movilización de tropas estadunidenses al golfo Pérsico, el Pentágono dice que no podrá colocar en el sitio a los entre 150 y 200 mil efectivos que se necesitan hasta finales de febrero. Por obvias razones de seguridad, el Pentágono no divulgará cuándo llegarán todas las fuerzas, pero un mapa presentado por CNN indica que hasta el momento se están desplegando unas 120 mil en esa parte del mundo, con 65 mil ya colocadas.

Un factor clave, señalan los estrategas militares, es el clima. Ahora, las temperaturas en Irak oscilan por ahí de los 29 grados (razón por la cual se lanzó la primera Guerra del Golfo en febrero). Pero las temperaturas en los desiertos pueden alcanzar 50 grados centígrados en julio, y en algunas carreteras hasta 66 grados.

Melody Higdon, experta en clima del ejército de Estados Unidos, declaró al Wall Street Journal que las temperaturas a mediodía en Irak pueden alcanzar esos extremos aun a mediados de abril. Otra complicación para los estrategas es que la temporada de vientos en abril también puede generar tormentas de polvo que limitan la visibilidad, destruyen equipo e interfieren la comunicación y la precisión de bombas guiadas por láser. "Mientras más sofisticado es el sistema, más es afectado por el polvo", explicó Higdon.

Los funcionarios estadunidenses insisten en que pueden luchar en cualquier tipo de clima. "Muchas batallas se han ganado en el calor del verano", sostuvo Powell recientemente. Pero tropas enfrentando el calor con sus trajes especiales cubriendo completamente sus cuerpos para defenderse de ataques bioquímicos, no es algo en lo que se tiene mucha experiencia.

Con todo esto, algunos estrategas militares sugieren que la mejor fecha para un ataque militar sería alrededor del 3 de marzo. Si, tal como ellos esperan, la acción militar se realiza de manera rápida y las fuerzas estadunidenses ocupan Bagdad en 40 días, habrán evitado lo peor de los vientos y el calor.

Además, el 3 de marzo es luna nueva, noche de mayor oscuridad. Los estrategas señalan que el primer ataque de la Operación Tormenta del Desierto en 1991 fue lanzado en una noche sin luna, como ocurrió también cuando comenzó la guerra terrestre en Afganistán.

Para no perder lo poco que hay, La Jornada está apostando sus pesos al 20 de febrero y, también, al 3 de marzo.

Pero también está colocando veladoras a una paloma.

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