Inversión para la infraestructura del país
Instan constructores al gobierno a aplicar $223 mil millones este año
VICTOR CARDOSO
La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) urgió al gobierno federal a aplicar casi 223 mil millones de pesos autorizados para este año por el Congreso de la Unión como inversión fiscal y financiada para mejorar la infraestructura del país.
El candidato a la presidencia y actual coordinador nacional del sector Seguridad Pública de la CMIC, Jorge Videgaray Verdad, dijo que el año pasado dejaron de ejercerse alrededor de 43 mil 693 millones de pesos en obras de infraestructura.
Destacó la necesidad de agilizar las licitaciones del programa de carreteras federales concesionadas y otros proyectos gubernamentales, al tiempo que exhortó al sistema financiero para "asumir el compromiso" de reactivar la economía mediante la liberación del crédito para financiar proyectos productivos de infraestructura.
Dijo que la liberación del crédito bancario y de los recursos presupuestales autorizados para este año tendrá un impacto positivo en la industria de la construcción, la cual en 2002 logró, pese a la desaceleración económica, un crecimiento de 1.7 por ciento. Sin embargo, el saldo positivo no fue suficiente para remontar la caída de 4.5 por ciento registrada en 2001, indicó.
Con base en los pronósticos realizados para este año, tanto por los proyectos de obra con recursos fiscales y financiados, así como inversiones del sector privado, se estima que el sector de la construcción podría llegar a mantener la tendencia positiva de crecimiento y llegar incluso a 3 por ciento, en línea con lo proyectado para la economía nacional en su conjunto. "Esto permitirá mantener la planta productiva, la capacidad instalada, que actualmente se encuentra subutilizada en 39.5 por ciento, y el empleo entre las empresas constructoras", indicó.
Pero para eso la CMIC considera necesario el estímulo a la inversión privada, nacional y extranjera mediante acuerdos gubernamentales, en tanto se concretan las reformas fiscal, energética y laboral.
Y aunque el futuro de esta industria se observa positivo, aún no supera la crisis, "una de las más severas en la historia", provocada por la falta de crecimiento y por los efectos de la transición a la globalización.