Confusión en Berlín
Desconcierto foxista por "las formas" del canciller alemán
JUAN MANUEL VENEGAS ENVIADO
Berlin, 29 de enero. El inicio de la visita de Estado del presidente Vicente Fox Quesada a Alemania devino en breve historia de cómo la suspensión de una conferencia de prensa provocó interpretaciones de todo tipo: desde la descalificación a "las formas" de un jefe de gobierno (el canciller alemán Gerhard Schroeder) hasta los señalamientos de "desaire" y "ofensas" en el extranjero al mandatario mexicano.
La historia fue así: Schroeder y Fox tuvieron ayer una reunión de trabajo y almorzaron en el piso ocho del edificio de la Cancillería Federal de Alemania. Al término, según se convocó a los medios mexicanos y alemanes, ambos darían una conferencia de prensa.
Hasta ahí todo iba bien. Casi a las 14 horas (tiempo local) salieron al encuentro de la prensa los dos gobernantes. Habló primero el alemán y luego el mexicano, pero cuando llegó el momento de las preguntas, Schroeder decidió, intempestivamente, suspender la sesión.
"Gracias damas y caballeros. Les sugiero a los periodistas alemanes que yo regrese después de haber acompañado a mi invitado al automóvil. Entiendo que hay el deseo de escuchar algunas observaciones sobre el discurso del presidente estadunidense (George W. Bush) sobre el caso de Irak y quiero satisfacer este deseo, pero les pido que comprendan que primero tengo que despedir a mi invitado", explicó el canciller alemán ante la sorpresa evidente de Fox.
La confusión creció cuando, efectivamente, el jefe del gobierno alemán regresó para atender a los periodistas de su país. "ƑPor qué no quiso que estuviera Fox?", empezaron las preguntas de los enviados mexicanos. Una empleada de la Secretaría de Relaciones Exteriores asignada a apoyar a la delegación foxista en Berlín, intervino para aclarar la situación: "no es un asunto de ofensa contra el Presidente de México. El canciller ya lo ha hecho así: hace poco lo hizo con los chinos y también con Bush".
Especulaciones y aclaraciones
Como las especulaciones e interpretaciones siguieron a lo largo del día, ya casi por la noche, en una conferencia de prensa, el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Ernesto Derbez, "aclaró" el tema. Llevaba información recabada entre "la oficina de protocolo de la cancillería alemana, los periodistas de ese país y el jefe de la oficina de prensa" de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Tres fueron las justificaciones que se dieron: primera, que esa es una "actitud típica" del canciller Schroeder; segunda, que tenía una enorme presión de la prensa alemana para que abordara el tema del mensaje de Bush, y sabiendo que no podía evitar las preguntas, "evitó colocar en una posición incómoda al presidente Fox", y la tercera es que consideró que había dejado claro en su mensaje inicial la relación entre ambos países y la importancia de su nexo con el mandatario mexicano.
Esas tres cosas sucedieron "nada de que fue un desaire, ni mucho menos", puntualizó Derbez, dando por concluida la breve historia de las "interpretaciones" en la gira de Fox por Alemania.