Armando Partida revisa la obra de tres generaciones
Reúne libro a dramaturgos mexicanos del siglo XX
RENATO RAVELO
En el teatro que se hace en México se ha puesto a un lado la acción dramática, sostuvo Luis Mario Moncada. ''Eso se hace evidente en que, salvo ciertas excepciones, está ausente el teatro de personaje". Durante la presentación de los libros de Armando Partida Se buscan dramaturgos, Olga Harmony lamentó ''que el enorme trabajo no haya tenido una correspondencia con el cuidado en la edición", y puso como ejemplo que cuando el autor se refiere al teatro de Fernando Arrrabal, por el apellido, éste se escribió en minúscula, como si fuera sinónimo de barrio.
Desafío de origen
Para David Olguín, con los dos volúmenes, de 45 entrevistas y un panorama crítico, se cuenta con la primera integración ''general de los dramaturgos mexicanos de la segunda mitad del siglo XX. La gran apuesta de Partida es explicar, ponerle nombre a los cambios". Difirió, sin embargo, como también lo hizo Harmony, de que su generación sea ''autista", pues ''creo que hacemos una dramaturgia con un férreo individualismo, como una de sus principales características".
Miguel Angel Pineda calificó el proyecto como ''un desafío de origen. Desde 1985 considero que un buen periodista es capaz, con la experiencia, de transitar a la crítica y llegar a la investigación y el ensayo. El caso de Partida es inverso, porque siendo académico, regresa con las herramientas del reportero a tejer esa gran telaraña".
Raúl Falcó, moderador de la mesa que se efectuó en el Palacio de Bellas Artes, opinó que la ocasión de reunirse a discutir acerca de las generaciones y sus nombres, inédita en el medio teatral, debiera ser más constante por enriquecedora.
Moncada celebró el análisis del discurso de tres generaciones de dramaturgos, desde los precursores con Leñero hasta lo que llama la Novísima Dramaturgia: ''Creo que la característica de esa generación es romper con la corriente aristotélica, y en su lugar se opta por ser estructuralista, que luego se convertiría en una dramaturgia con compromiso para llegar a esa apuesta instrospectiva, minimalista y sin ese compromiso social". Lamentó, sin embargo, el retraso en la aparición de los dos volúmenes, ya que las entrevistas fueron hechas entre 1993 y 1994.
Partida explicó las diversas causas que impedían la salida del texto, así como la prioridad de otros proyectos, y deploró el descuido del impresor. Citando a Harmony, dijo: ''Espero que se terminen pronto los mil volúmenes para corregirlos".