Desde hace 20 años imparten prescolar, pero carecen de reconocimiento de la SEP
Peligran centros de atención comunitaria
Existe el riesgo de que a los menores atendidos se les niegue el acceso a primaria
ANGELES CRUZ
Los centros de atención comunitaria operan desde hace 20 años. Además de guardería, imparten educación prescolar y benefician a casi 13 mil familias de bajos ingresos, la mayoría con jefatura femenina. Sin embargo, debido a que este sistema no está reconocido por la Secretaría de Educación Pública (SEP), carece de certificados oficiales, por lo que el próximo ciclo escolar los menores no podrán elegir primaria.
Leticia Sánchez, presidenta de la Coordinadora Popular de Madres Educadoras (Copome), aseguró que lo anterior ocurre a pesar de que el gobierno no tiene la capacidad de atender la demanda de preescolar en el país. De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en México hay 4 millones 526 mil 826 niños y niñas de entre cuatro y seis años, de los cuales poco más de 3 millones acuden a algún jardín de niños oficial, es decir, hay un déficit de 24.4 por ciento.
Comentó que de acuerdo con las bases de la convocatoria emitida por la SEP para las inscripciones al nivel básico de educación que tendrán lugar en febrero, uno de los requisitos es presentar el certificado de prescolar; ''ya nos han dicho en varias primarias que sin ese documento no recibirán a los niños".
Comentó que el año pasado ocurrió algo similar, aunque el certificado no estaba entre los requisitos. En los hechos, ''nuestros hijos fueron enviados a los turnos vespertinos o planteles más alejados''.
Conforme a las reglas de la SEP, los pequeños ingresan a la escuela de su elección, pero bajo ciertos criterios, entre ellos que algún hermano ya esté inscrito ahí, la cercanía con su domicilio y la capacidad de la institución.
Leticia Sánchez aseguró que a partir de que el gobierno de la República determinó que la educación prescolar sea obligatoria, se incrementó el riesgo de desaparición de los centros de atención comunitaria, y con ello de que se desconozca la importancia que tienen para las madres de familia de escasos recursos económicos. Para muchas de ellas, señaló, son la única posibilidad para dejar a sus hijos y así poder trabajar.
El decreto presidencial publicado en noviembre de 2002 deja fuera del sistema educativo formal a los centros de atención comunitaria, debido a que para poder emitir un certificado, deben estar incorporados a la SEP. Es decir, deben contar con educadoras tituladas en la Normal de Educadoras y edificios con características específicas.
Resulta, explicó Leticia Sánchez, que los centros comunitarios funcionan sin apoyos económicos oficiales y al tratarse de niños pobres, algunos de ellos no pagan ninguna cuota. La dirigente de esas instituciones admitió que los planteles pueden tener carencias, pero lo más importante es que resuelven la problemática de las madres solteras que deben trabajar para la manutención de su familia.
Además, mencionó, en los centros comunitarios las madres se desempeñan como maestras, para lo cual han recibido capacitación de la SEP y en otros casos han cursado un diplomado en la Universidad Iberoamericana. Los albergues tienen un horario de 12 horas de atención y proporcionan alimentos a los niños desde los seis meses hasta cinco años 11 meses.
Sánchez planteó la necesidad de que las autoridades gubernamentales tomen en cuenta a estas escuelas y que ajusten la normatividad o les otorguen el apoyo que necesitan para cumplir con las reglas oficiales.