EU es "honorable, ejerce el poder sin conquista y se sacrifica por extraños", afirma
Llama Bush a una guerra sagrada contra Irak en nombre de la paz y la libertad
Pide a ONU convocar a sesión el 5 de febrero para que Powell presente pruebas contra Hussein
JIM CASON Y DAVID BROOKS
Washington, 28 de enero. El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, proclamó esta noche una guerra sagrada en nombre de la paz, la libertad, y Dios ante las amenazas y desafíos que enfrenta su país.
"Muchos retos, en el exterior y en casa, han llegado en una sola temporada. En dos años, Estados Unidos ha pasado de una sensación de invulnerabilidad a un reconocimiento de riesgo... de agrias divisiones en asuntos pequeños a unidad calmada ante grandes causas. Avanzamos con confianza, porque este llamado de la historia ha llegado al país indicado", declaró.
Estados Unidos, agregó, "es un país fuerte y honorable en el uso de nuestra fuerza. Ejercemos el poder sin conquista, nos sacrificamos por la libertad de extraños... La libertad que apreciamos no es el regalo de Estados Unidos al mundo, es el regalo de Dios a la humanidad... ponemos nuestra confianza en el Dios del amor detrás de toda la vida, y toda la historia".
Con estas palabras concluyó Bush su informe presidencial a la nación. Así intensificó sus esfuerzos por convencer a un pueblo renuente a creer que el régimen de Saddam Hussein representa una amenaza, y a la vez ofreció una serie de iniciativas de política económica diseñadas para exhibir su preocupación por la estancada economía nacional.
El mensaje sobre el estado de la unión, in-forme anual presidencial requerido por la Constitución, es tal vez el discurso más im-portante que presenta un presidente aquí. Casi todo mandatario en la historia del país goza de un incremento en los niveles de aprobación pública después de este rito.
Este año Bush utilizó su discurso, trasmitido en vivo por todas las cadenas nacionales de televisión, para persuadir a un electorado sin apuro de ir a la guerra y del "grave peligro" representado por Bagdad.
"El dictador de Irak no se está desarmando, está engañando", afirmó. "Ha mostrado un desprecio absoluto por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la opinión del mundo", y detalló las decenas de miles de armas biológicas y químicas que Irak tenía en el pasado y sobre las cuales aún no ha rendido un informe completo y creíble.
En respuesta a demandas de diversos sectores de mayores pruebas de las acusaciones estadunidenses, exhortó al Consejo de Seguridad de la ONU a convocar a una sesión especial el 5 de febrero donde el secretario de Estado, Colin Powell, las presentará, con base en información de inteligencia, sobre las armas ilegales aún presentes en Irak y los vínculos del régimen de Saddam Hussein con grupos terroristas.
Bush no dejó duda de que esa podría ser la última sesión del Consejo de Seguridad an-tes de una guerra para derrocar a Hussein: "Todas las naciones libres tienen interés en prevenir ataques repentinos y catastróficos. Estamos pidiendo que se unan a nosotros y muchos lo están haciendo. Sin embargo, el curso de este país no depende de las decisiones de otros. Sea cual sea la acción requerida, la acción necesaria, defenderé la libertad y la seguridad del pueblo estadunidense".
Y sostuvo que esta actitud está en la tradición estadunidense: "La amenaza no es nue-va, el deber de Estados Unidos es familiar... Las ambiciones del hitlerismo, militarismo y comunismo fueron derrotadas por la voluntad de un pueblo libre, por la fuerza de grandes alianzas y por el poderío de Estados Unidos".
Regímenes fuera de la ley
Hoy, señaló, "el peligro más grave enfrentando por Estados Unidos y el mundo... son regímenes fuera de la ley que buscan y tienen armas nucleares, químicas y biológicas". "Estos podrían utilizar tales armas para el chantaje, terror y homicidio masivo".
En este contexto también mencionó los casos de Corea del Norte e Irán, aunque indicó que en estos últimos casos la diplomacia sería el arma principal.
También usó el discurso para defender su manejo de la guerra contra el terrorismo, catalogando la lista de miles de supuestos terroristas detenidos o asesinados, y sostuvo: "la guerra sigue adelante y estamos ganando".
Bush declaró que había ordenado a la Agencia Central de Inteligencia, la Oficina Federal de Investigaciones y los departamento de Defensa y de Seguridad de la Patria crear un nuevo centro de inteligencia supersecreto, que coordinará la información gubernamental recaudada en torno al terrorismo dentro y fuera de este país.
Para subrayar el punto de las amenazas que enfrenta Estados Unidos, el presidente pronunció su discurso desde una ciudad que parecía estar bajo virtual estado de sitio.
Helicópteros y aviones militares patrullaron el espacio aéreo cerrado sobre Washington, la policía local informó del despliegue sin precedentes de más agentes alrededor del Congreso en el que Bush hablaba y más policías fueron enviados desde municipios colindantes para fortalecer esta presencia.
El recién inaugurado Departamento de Seguridad de la Patria elevó el nivel de amenaza de naranja a amarillo, mientras que las autoridades ampliaron al doble la zona de
"no volar" alrededor de esta capital.
El Servicio Secreto solicitó a los camarógrafos no usar lámparas que normalmente fi-jan sobre el convoy presidencial cuando viaja desde la Casa Blanca al Capitolio, para no facilitar la tarea de un potencial francotirador.
Aunque legisladores, jueces de la Suprema Corte, el alto mando militar y la mayoría del gabinete acudieron a escuchar el discurso, el presidente siempre selecciona a un miembro de su gabinete para que permanezca en su hogar (este año, al parecer, estará en un bunker secreto) en caso de un ataque catastrófico, a fin de que sobreviva un miembro del gobierno. Este año ese privilegio le tocó al procurador general John Ashcroft.
La economía, el otro gran tema
Pero la seguridad nacional no fue el único tema principal de este informe presidencial. Bush dedicó la primera mitad de su ponencia a los "retos" domésticos que enfrenta el país. Como lo han comentado varios observadores, en su informe del año pasado subrayó que su meta principal serían los "empleos". Pero en lugar de crear más, durante el último año se han perdido otros 700 mil.
No recordó esa promesa, pero se enfocó en el tema: "Nuestro primer objetivo es claro: debemos tener una economía que crece lo suficientemente rápido como para emplear a cada hombre y mujer que desea un empleo".
Agregó Bush que "los empleos son creados cuando la economía crece, y la economía crece cuando los estadunidenses tienen más dinero para gastar e invertir".
Esa es la razón, sostuvo, por la cual es fundamental que el Congreso apruebe 600 mil millones de dólares en reducciones de im-puestos para estimular la economía. Insistió en que esta reducción ayudaría a todos los estadunidenses inmediatamente.
El presidente también promovió otros dos puntos de su agenda política, ofreciendo servicios de salud para los ancianos a cambio de una mayor privatización del sistema, y argumentó en favor de canalizar fondos federales de asistencia pública mediante organizaciones religiosas caritativas.
Minutos después de concluir el mensaje, las primeras reacciones sobre las propuestas de mejorar el sistema de salud, crear más empleos y castigar a ejecutivos empresariales criminales, registradas por CBS, fueron muy positivas.
Sin embargo, según CBS, la reacción a las declaraciones del presidente sobre la guerra fueron menos entusiastas, pero indicó un incremento de 10 puntos en el apoyo para una guerra contra Irak. Dios nos salve.
