Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 29 de enero de 2003
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Política

Son norma imperecedera de nuestra política exterior, afirma el Presidente

Insólita mención de Fox en la Corte de La Haya a principios juaristas

Es la primera vez que en un foro internacional el mandatario mexicano se refiere a ellos

JUAN MANUEL VENEGAS ENVIADO

La Haya, 28 de enero. Por primera vez en su mandato, en un foro internacional, el presidente Vicente Fox recurrió a principios juaristas para apuntalar las relaciones diplomáticas de su gobierno. Precisó que el apotegma sobre el respeto al derecho ajeno, así como la libre determinación de los pueblos y la no intervención en los asuntos internos de los Estados, ''es norma imperecedera de nuestra política exterior''.

En sesión solemne de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, el mandatario señaló, por otra parte, que la alternancia mexicana otorga hoy al país la posibilidad de que su voz sea escuchada ''con mayor atención'' en el concierto de las naciones, ''sin que se le pueda acusar de predicar afuera lo que no cumple dentro''.

El presidente de la Corte, Gilbert Guillaume, recordó que la ''tradicional'' política exterior mexicana ''ha adquirido prácticamente la envergadura de una escuela, lo que no puede sino despertar la admiración''.

En la Gran Sala de la Justicia del Palacio de la Paz ya no estaba, claro, Jorge Castañeda Gutman, quien en dos años al frente de la diplomacia mexicana se empeñó en ''adecuar a los nuevos tiempos'' el modelo que sustentaba históricamente las relaciones internacionales del país y que, hoy en La Haya, primero fueron reconocidas por Guillaume y luego refrendadas por Fox.

Ideal permanente de nuestra convivencia interna

''Hace ya más de un siglo, uno de los más grandes estadistas de mi país, y de América, Benito Juárez, afirmó que entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz... en esa frase resumió un ideal permanente de nuestra convivencia interna, así como una norma imperecedera de nuestra política exterior'', definió Fox desde las primeras líneas del mensaje con el que se presentó en la Corte de La Haya.

Con esos argumentos, expuso, México cree en la fuerza del derecho, ''y no en el derecho de la fuerza'', por lo que seguirá promoviendo e impulsando el diálogo y la conciliación como vías para la solución de controversias y el mantenimiento de la paz mundial.

En ese compromiso con el respeto a las instituciones y el reconocimiento al derecho como ''regla fundamental de convivencia'', el titular del Ejecutivo planteó, incluso, dos propuestas y compromisos para fortalecer el papel de la Corte Internacional de Justicia: primero, impulsar la iniciativa entre todos los países para incrementar el monto de los recursos asignados a esta corte, ''de manera que continúe cumpliendo su mandato con eficiencia''; y segundo, apoyar la idea de que se otorgue al secretario general de Naciones Unidas la posibilidad de solicitar opiniones consultivas a los magistrados de La Haya.

De lograrse esto último, precisó Fox, se permitirá a países y organizaciones que forman parte del sistema de Naciones Unidas que, por la vía consultiva, ''cuenten con elementos sólidos para enfrentar cuestiones que generen importantes divisiones''.

En tal sentido hizo un llamado a la comunidad internacional a mantener y fortalecer la confianza en las instituciones judiciales, festejando la creación de la Corte Penal Internacional de Roma, que ''marca un hito en la historia al poner de manifiesto la responsabilidad individual y el rechazo absoluto a la impunidad por la comisión de crímenes de genocidio, de lesa humanidad, de agresión y de guerra''.

No obstante -y al igual que lo hiciera el juez Guillaume-, Fox advirtió que si bien la creación del nuevo tribunal internacional debe contar con todo el apoyo de los Estados, de igual forma habrá que analizar el riesgo de que la multiplicación de estas instancias judiciales afecte la unidad del derecho internacional. Al respecto, propuso ''realizar una evaluación que permita evitar una situación paradójica, en la que la elección de foros o la dispersión de la jurisprudencia pueda ser un factor que agrave las diferencias entre países, en lugar de resolverlas''.

A la sobriedad de la sesión y majestuosidad del Palacio de la Paz, enclavado en el centro de la ciudad de La Haya -que goza de los mejores niveles de vida para sus habitantes-, el mandatario mexicano correspondió con un mensaje de lectura pausada y con énfasis en los puntos que le interesaba destacar.

Y así, frente a los 15 jueces que integran el máximo tribunal de Naciones Unidas, luego de refrendar los principios juaristas de la diplomacia mexicana, afirmó que, con base en éstos, su gobierno busca desempeñar un papel activo en la definición del nuevo orden mundial, aprovechando su posición como país ''puente entre culturas, entre regiones y su tradicional política exterior''.

Además, puntualizó que ''gracias a la legitimidad proporcionada por la alternancia democrática, México sabe que hoy su voz es escuchada con mayor atención en todos los foros, sin que se le pueda acusar ya de predicar afuera lo que no cumple dentro... y en ese sentido, mi país tiene un mayor compromiso para impulsar un sistema internacional basado en normas de observancia universal''.

Por su parte, el presidente de la Corte Internacional de Justicia hizo ver a Fox que, como Presidente de México, ''representa a un pueblo que ha tenido, que continúa teniendo y continuará teniendo en el futuro un papel destacado en la edificación de una sociedad internacional fundada en el respeto mutuo, la voluntad de paz y la justicia''.

El pueblo mexicano -añadió el juez Guillaume- ha sido reconocido por promover un modelo de relaciones internacionales que tienen como eje los principios de la no intervención en los asuntos internos de los Estados, la libre determinación de los pueblos y la solución pacífica de las controversias. ''Ese modelo, que ha adquirido la envergadura de una escuela, no puede sino despertar la admiración''.

Al término de la sesión solemne, Guillaume invitó a Fox y a su esposa, Marta Sahagún, a una reunión privada con todos los jueces de la corte, que duró cerca de 15 minutos.

Cabe señalar que ni en la sesión ni en la reunión privada se abordó la reciente denuncia que el gobierno de México presentó contra Estados Unidos por probables violaciones a la Convención de Viena, en el apartado sobre notificaciones consulares por los 154 ciudadanos mexicanos sentenciados a muerte en ese país.

Tanto el embajador mexicano en los Países Bajos, Santiago Oñate Laborde, como el presidente Fox, explicaron que ese no era el motivo de la sesión, por lo que no era apropiado ni correspondía al protocolo que el mandatario lo abordara.

Por otra parte, en una conferencia magistral que ofreció en la Universidad Erasmo de Rotterdam, y en una reunión que tuvo con el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, en la Casa de los Estados del Parlamento de los Países Bajos, el presidente Fox fijó la posición de México en el caso de Irak, ante la inminencia del ataque estadunidense.

''La actividad diplomática que estamos realizando, con los otros miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, va en la idea de que es precisamente esta instancia la que debe ofrecer el camino y las soluciones que tienen que ver con el conflicto. Queremos la vía institucional y multilateral, por eso estamos trabajando a fin de que los inspectores de las Naciones Unidas tengan tiempo suficiente para presentar un informe objetivo, amplio y concluyente, antes de tomar cualquier decisión''.

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