Raiders y Bucaneros medirán sus estrategias
de ataque y defensa en la final de la NFL
El Súper Tazón, distractor de los preparativos
bélicos contra Irak
El espectáculo será visto por unos 800
millones de televidentes en 28 idiomas En el Qualcomm Stadium de San
Diego, California, estarán 71 mil espectadores, aproximadamente
DPA Y AFP
San Diego, 25 de enero. Esta tarde los estadunidenses
olvidarán algunas horas la posible guerra en Irak y el mal estado
de la economía nacional; centrarán su atención en
la edición 37 del Súper Tazón, que este año
disputarán Raiders de Oakland y Bucaneros de Tampa Bay en la final
de la liga nacional de futbol americano profesional (NFL).
La
denominada Súper Semana, atiborrada con detalles previos a la batalla
de San Diego, ha servido para que los estadunidenses se olviden momentáneamente
de los preparativos bélicos y de las masivas manifestaciones contra
la guerra, pues no hay duda que este encuentro es la quintaesencia del
"espíritu estadunidense", tan propio del país como el pastel
de manzana y los desfiles del 4 de julio.
Suena irónico, pero mañana también
se exhibirán algunas de las doctrinas clásicas que los militares
estadunidenses pueden aplicar en la anunciada guerra contra Irak: la conquista
del territorio mediante un despliegue meticuloso de gran fuerza, planeada
estratégicamente y supervisada por directores técnicos o
generales en las líneas laterales.
El partido empezará a las 15:25 horas locales y
será transmitido en 28 idiomas. Se calcula que lo verán alrededor
de 800 millones de televidentes, y sólo 71 mil serán testigos
directos de lo que ocurra en el Qualcomm Stadium de esta ciudad.
Muchos de esos aficionados adquirieron localidades de
segunda mano a precios exorbitantes, y dado que la reventa está
prohibida, sólo algunos revelaron que pagaron hasta mil 600 dólares
por asientos, que cuestan 120.
Como pocas veces en la historia del Súper Tazón,
la batalla será entre la mejor defensiva de la Conferencia Nacional
(NFC), los Bucaneros, y el mejor ataque de la Americana (AFC), los Raiders.
En Las Vegas, los apostadoresse inclinan mayoritariamente
por el triunfo de Oakland, aunque el domingo pasado se equivocaron al dar
como eventual triunfador a las Aguilas de Filadelfia, que cayeron ante
Bucaneros 27-10.
Estará también el duelo particular entre
los entrenadores. Jon Gruden, de Bucaneros, quiere demostrarle al dueño
de Raiders, Al Davis, que se equivocó el año pasado, cuando
lo transfirió a Tampa. A Davis no le gustaba el esquema ofensivo
de Gruden y decidió darle el mando al asistente de éste,
Bill Callahan.
Es
también el juego millonario para los publicistas, aunque los equipos,
ganen o pierdan, se llevarán también lo suyo. Por hora efectiva
de trabajo, cada jugador, ya sea que juegue o se quede en la banca, recibirá
63 mil dólares, y 35 mil cada perdedor.
Pero lo más preciado para los campeones será
obtener el anillo del Super Bowl, pues además de su valor, es algo
que les hace subir enormemente los bonos a la hora de negociar un nuevo
contrato.
El equipo campeón recibirá el trofeo Vince
Lombardi, consistente en un ovoide labrado en plata de unos tres kilogramos
de peso, y que recibe su nombre en homenaje al legendario entrenador de
los bicampeones de 1971, los Empacadores de Green Bay, cuando todavía
no se disputaba el Super Bowl.