ƑLA FIESTA EN PAZ?
Leonardo Páez
Declaraciones
A ALGUNOS SIRENITOS del promotor de la Plaza México, cuyo mediocre desempeño en 10 años logró convertirla en sede permanente del Centro de Capacitación para Empresarios Taurinos de Lento Aprendizaje (Cecetla), causó escozor que en la columna del lunes 20 llamara a los actuales ases del toreo "ases-inos de una profesión otrora heroica".
SIN EMBARGO, LA realidad arroja hechos por demás confirmadores. Cada año, los llamados deportes de alto riesgo cobran decenas de víctimas, y en otros convencionales como el ciclismo, el boxeo y lo que sea el automovilismo, el número de muertes entre sus practicantes deja mal parado al arte del toreo, habida cuenta de que excepcionalmente algún lidiador fallece a causa de una cornada.
EL CONCEPTO DE que los toreros "se juegan la vida" delante de los toros quedó más como lugar común que como realidad inherente al desempeño de tan obsoleta actividad, y desde luego desprovista de un mínimo sentido promocional que despertara siquiera el morbo en los públicos. ƑPor qué?
PORQUE APODERADOS, EMPRESARIOS y ganaderos -en ese orden- decidieron, de unos 50 años para acá que, en aras de un espectáculo más predecible, moderno, "divertido y artístico", el toro de lidia debía ganar en toreabilidad o docilidad, afinando su embestida a costa de disminuir su bravura y emoción. No mejoró la técnica en los arrojados matadores, sino que fue disminuido el peligro en los toros, cuyas defensas, para colmo, son habitualmente manipuladas, a ciencia y paciencia de autoridades y crítica.
POR ESO NO tienen desperdicio las amplias cuanto reveladoras y autocomplacientes declaraciones (23 de enero) del promotor de la Plaza México a Miguel Angel García, del diario deportivo Esto.
DE ENTRADA, Y cuando no tiene ni un año que fue nombrado presidente del equipo de futbol Veracruz y ya cumplió 10 intentando promover la fiesta de toros en la Plaza México, confiesa que para él es más importante el futbol que los toros "un millón de veces".
AL REFERIRSE AL juez de plaza y al árbitro, sostiene convencido que el segundo "lleva un proceso natural en cuanto a su formación, aunque algunos llegan igual de pendejos a la primera división", mientras que el primero "es un mal necesario". Y abunda: "En los toros el jefe de Departamento (quiso decir de Gobierno del DF) pone un cuate en la comisión taurina y éste, a su vez, pone (de juez) a quien cree, sin tomar en cuenta a las empresas taurinas".
SI BIEN "HA habido muy buenos jueces, pero los han quitado porque dan orejas" (por órdenes suyas, le faltó añadir). Pero confiesa en despliegue de claridad: "No sé ni qué es la comisión taurina, pero se mete de más" (cuando la actual ni apoyo ha tenido por parte del gobierno de la ciudad).
OBSESIONADO POR AUTORREGULARSE pero sin poder hacerlo en el futbol, el promotor incurre en la enésima contradicción al argüir: "En la cancha se depende más de los resultados. En los toros el gobierno marca las reglas; en el futbol lo hace la Federación". (Es decir, el responsable de sus nulos aciertos taurinos es el gobierno, y la responsable de sus potenciales aciertos futboleros será la Federación.)