El grupo promueve su más reciente producción:
Rock cabezón para chavitos
Tocamos para divertir a los niños, no para educarlos:
Yucatán a Go Go
El adulto tiene la creencia de que a los infantes hay
que enseñarles todo, pero ellos son muy inteligentes, aseguran
Lamentan que haya pocos grupos que atiendan y diviertan a los peques
ARTURO CRUZ BARCENAS
A los niños, la mayoría de la gente les
quiere enseñar y enseñar, desde los papás hasta los
maestros, hermanos, tíos, los adultos. "Todo el tiempo, por eso
nosotros no queremos tocarles y cantarles para enseñarles nada;
que quede claro: no somos didácticos. Cuando los chavos nos
vean, lo que esperamos es que se diviertan y se quejen y les hagan caso.
No porque están chiquitos no tienen derechos. Muchos están
cansados del caldo de pollo que a diario les da su mamá", expresaron
los cuatro integrantes de Yucatán a Go Go, grupo concebido en el
norte de la ciudad de México hace tres años.
Se asumen, "sin albur", como hacedores de rock para niños
o, mejor dicho, creadores de "rock cabezón para chavitos".
Han creado una mitología en torno al rock. Según ellos, los
mayas inventaron el rock. Ahí están los relieves de figuras
en las estelas, donde los personajes hacen como que bailan. "Si giramos
en tercera dimensión esas figuras, y las movemos, realmente están
bailando rock", dijeron Ramón A Go-Go, voz; Alejandro Bule-Bule,
bajo; Roberto Kamikaze, guitarra, y Mario Cabestany, batería.
Protesta contra el caldo de pollo
La infancia de los yucatecos defeños fue agradable.
"La recordamos. Yo me acuerdo que lo único que deseaba era echar
relajo, aventar piedras, romperlo todo", dijo uno de ellos, que prefirió
guardar el anonimato (es el más joven de estos músicos).
Los infantes -seres a los que recién nacidos el poeta Huerta les
llama "polimorfos maravillosos"-, al acabar las presentaciones se dirigen
con Mario y le preguntan dónde pueden aprender a tocar la batería.
"Para
nosotros, los niños son personas inteligentes. No son los tarados
a los que todo el tiempo hay que estarles corrigiendo la plana.''
Estos yucadefeños cabezones, cual debe, llegan
armados con retroguitarras, retropedales y retroamplificadores forrados
con auténtico peluche microbusero; se han presentado desde las cocheras
de sus casas hasta el Zócalo capitalino, pasando por teatros, plazas
y antros de rock, como el Multiforo Alicia. Sus composiciones abarcan los
ritmos punk, disco, funk, rock sesentero y el a go-go, ese que bailaban
los abuelos.
Señalan a sus conciertos como auténticos
recreos, esos espacios entre el blablablá académico
y disciplinario, en los cuales los chipotes pueden dar rienda suelta
a su libertad, a contradecir las órdenes de "No empujo, no corro,
no grito". Como forma de protesta ante el caldo de pollo, los menores comen
chicharrones con salsa y montones de crema. Eso, los Yucatán lo
plasmaron en su nuevo videoclip, titulado Pollito, donde se habla
de la problemática infantil que causa el tener que comer carne de
ave en todas las presentaciones posibles: en caldo, tacos, mousse,
agua de pollo, camarones de pollo, flan de pollo, paletas de pollo... hasta
la náusea.
El video está sangrón. Lo aceptan los de
Yucatán, quienes promueven su disco Rock cabezón para
chavitos, bajo el subsello de Sony, Discos Termita. Fueron conducidos
por Alejandro Marcóvich, director de Termita. Recibieron el apoyo
de Rita Cantalagua (Café Tacuba), Armando Vega-Gil (ex Botellita
de Jerez) y Güili Damage (ex Los Ezquisitos). Marcóvich tocó
el violín y la guitarra.
En entrevista en las oficinas de su casa disquera, mientras
desayunaban comida chatarra, señalaron: "Todo empezó
porque nos llevamos muy bien con los Patita de Perro. Ibamos a verlos y
de ahí surgió la idea de formar el grupo. Nos gusta el ambiente
de los conciertos para niños, los lugares donde actúan los
Pata, ¡Qué Payasos!, Perico, como los espacios del Centro
Nacional de las Artes, y porque no hay muchos grupos para niños.
Queremos vivir de la música y buscamos un género donde podamos
tener alguna trascendencia, tanto musical, como cultural.
"Hacer música para niños te permite inventar,
crear, hablar de cosas que no se han dicho. Esto involucra a los papás,
que pueden ser jóvenes o mayores. Nos da un parámetro muy
amplio."
Los niños no han cambiado
-¿Cómo son los niños de ahora?
-Son iguales que hace 20 años. Sí tienen
más acceso a medios de comunicación, pero en esencia son
idénticos a los de hace 50 años. Todos se divierten con los
mismos juegos. Nosotros jugábamos caballazos y a los de ahora igual
les gusta. Sí, los de ahora hablan de ciertos temas, porque hay
apertura, pero a nuestros veintitantos años los niños que
conocemos son iguales y se comportan igual que nosotros cuando fuimos niños.
Los Yucatán eran niños "cábulas",
los cuales se agarraban a resorterazos en la calle. "Esas vivencias las
escribimos en nuestras canciones. Nuestras infancias fueron divertidas,
plenas. El rock representa la vitalidad, la energía que tiene un
niño. Francisco Gabilondo Soler, Cri Cri, y Los Hermanos
Rincón hicieron cosas más de fábula y querían
enseñarle a los niños lo que debían hacer. El adulto
tiene la creencia de que al niño hay que enseñarle a hacer
todo. No se dan cuenta de que los chavos son como esponjas y absorben
todo. El niño desde que está pequeñito está
observando. Sí necesitan un poco de atención, pero sin atosigarlos".
Señalaron que en la casa los niños son vigilados,
pero en "la escuela sus cuates los echan a perder. Todos nos vamos criando
según la gracia y obra de Dios. En ese sentido, en relación
con el rock, los niños son despapayosos hasta el fondo. Cuando
éramos niños, nosotros sólo estábamos buscando
qué cosa romper, qué cosa quemar, a quién molestar
o algo con qué experimentar.
''Rompimos vidrios y tocamos timbres de las casas y nos
echamos a correr. La energía reprimida se libera con el rock. Con
nosotros bailan y van para arriba, para arriba. Hemos tenido que parar
los conciertos para tranquilizarlos, pues no tienen límite. No se
miden. Se pueden lanzar desde el escenario, como si estuvieran eslameando.
Se avientan al suelo. No se miden, como los grandes."
Se abocarán a hacer música para niños,
pero han trabajado en el ámbito cultural, en festivales, museos,
plazas públicas. "A los niños les aburre que les digan qué
hacer. Se les puede contar todo de otra manera, sin protocolos. Hay cosas
que les aburren, como algunos cuentacuentos o guiñoles.
"Estamos porque se tome la opinión de los niños.
No porque tengan menor estatura carecen de algo que decir. El rock para
nosotros es un espacio de expresión para ellos, para respetar su
identidad. Vamos a trabajar para ellos, porque hay pocos grupos que los
atiendan y los diviertan. Haremos mucho rock cabezón, yucateco",
finalizaron.