Mario Miranda Pacheco sugiere hurgar en lo local para hacer aportes al pensamiento

La globalización, acicate para ''defender la autenticidad cultural'' latinoamericana

Participó en la coordinación del libro La filosofía mexicana entre dos milenios

ARTURO JIMENEZ

La globalización es quizá el acicate más importante para, en este comienzo de milenio, ''defender nuestra autenticidad cultural", y de ese modo la filosofía latinoamericana, y la mexicana como parte de ella, podrán adquirir una mayor fisonomía propia para ''detener la ola de pensamiento metropolitano que está llegando con la tendencia globalizadora".

Sin embargo, no se trata de que la filosofía mexicana se oponga a la universal, sino de ''hurgar en lo local" para hacer aportes al pensamiento mundial. Por ejemplo, para el siglo XXI la filosofía mexicana tendrá que enfrentar los grandes problemas que aquejan a la sociedad, como la inseguridad y la libertad, entre muchos otros.

Habla en entrevista Mario Miranda Pacheco, coordinador, con Norma Delia Durán Amavizca, del libro recién publicado La filosofía mexicana entre dos milenios (editado por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM), volumen que ''glosa" lo que en la actualidad se reflexiona en México y que se virtió primero en un coloquio con el mismo título en Cuernavaca, efectuado en marzo de 2000, a partir de un proyecto emprendido en 1998 por el filósofo Rafael Moreno, ya fallecido.

Con textos de autores que todavía no tienen ''nombres de relumbrón", sino que la mayoría son profesores jóvenes o becarios, este libro se ubica en la tradición de filosofía mexicana o realizada en México desarrollada por pensadores como Antonio Caso, Samuel Ramos, José Vasconcelos o el mismo Rafael Moreno.

Miranda Pacheco abunda sobre los dos temas mexicanos ya mencionados: ''La inseguridad no es sólo un tema policiaco, de política estatal, pues plantea muchos problemas de carácter moral, político, educativo, de conducta, que necesitan ser abordados con mucha seriedad."

Y acerca de la libertad dice: ''Ya no se puede discutir sobre libertad en términos abstractos, absolutos, como se habló durante el siglo XIX, en una especie de impostación metafísica de ella. Para hablar de libertad tenemos que hablar de los derechos humanos, de nuestras grandes contradicciones y conflictos sociales. Dónde y cuándo está la libertad y para quién es".

Superado ya el debate de si el concepto debería ser ''filosofía en México" o "filosofía mexicana", Miranda Pacheco asume este último y precisa: ''Podemos llamar filosofía mexicana a toda la reflexión de carácter filosófico que se cumple en México. Como todo país moderno y actual, está sometido a las influencias más diversas del pensamiento universal de la filosofía, que es sobre todo europea y, en las décadas recientes, estadunidense.

''La elaboración del pensamiento filosófico en México responde a esas tendencias, pero también se esfuerza en colocar una reflexión genuina, autónoma, sobre problemas que aquejan tanto al acontecer mundial como a los sucesos de la comunidad mexicana, de la cultura nacional".

Menosprecio de Europa y EU

Entre los ejemplos de aportes de la filosofía mexicana a la universal, Miranda Pacheco menciona la cuestión educativa, en la que hay ''una reflexión suficiente, fortalecida en la concepción del humanismo, la libertad y de una reforma de carácter espiritual que necesita el país por medio de un razonamiento filosófico preciso.

Otras aportaciones son la crítica de filosófos mexicanos como Luis Villoro y Adolfo Sánchez Vázquez, quienes hace unas décadas comenzaron a tener más presencia internacional, ''bastante apreciable".

Y como un aporte de la filosofía latinoamericana menciona la reflexión, desde hace unas cinco décadas, acerca de la dependencia. ''La situación dependiente de nuestros países ha generado un pensamiento muy crítico en relación con el pensamiento metropolitano. Ya difícilmente se lo acepta a fardo cerrado.

-ƑCómo han visto los filósofos europeos y estadunidenses a estas filosofías no centrales o diferentes?

-Con cierta grima y dolor, diría que nos tienen cierto menosprecio. En sus encuentros, discusiones y publicaciones apenas mencionan a unos cuantos valores del pensamiento latinoamericano. Pero de manera paulatina se abre un espacio mayor y llegará un momento en que el pensamiento de América Latina tendrá tanta vigencia como el de Francia, Alemania o Gran Bretaña.