Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 23 de enero de 2003
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Espectáculos

Producto neto de la capirucha, firmó en diciembre pasado con la disquera Universal Music

Tomás Nomás sigue buscando recuperar las historias citadinas

"En la calle te encuentras con gente tan sencilla y tan grande, que nunca será reconocida pero que es chingona", dice En 12 años de carrera ha realizado tres discos, con sus propias canciones

JUAN JOSE OLIVARES

Tomás Nomás es un cantautor urbano, un híbrido de Chava Flores y Tin Tan. Es un creador de canciones sociopolíticas que describen la realidad del asfalto de la ciudad más grande del mundo. Ha desarrollado no sólo un concepto musical, sino también un contexto de comedia en sus presentaciones que lo hacen ser un chouman, que en diversas ocasiones se ha presentado en bares, reclusorios, cabaretes y plazas públicas.

El artista cuenta con tres producciones discográficas: Homenaje chido a la capirucha, Ño que ño, y el reciente, que le valió firmar contrato con la trasnacional Universal, Tomás Nomás en calientito, "con el que intenciono que el disco le guste al niño, la señora, al abuelito, al papá y a la mamá".

Algunas de las canciones de Tomás Nomás tienen nombres como El punto g, El sexapil, Chundo, El rey del parabrisas, La prieta punk y Sección de no fumar, entre otras.

Habla de su peculiar nombre: "No me gustaba porque todos en la familia eran Tomases. También me jodió eso de la canción de Tomás, qué feo estás. Luego lo acepté por la reacción que provocaba en la gente cuando me preguntaban: 'se llama Tomás, Tomás qué', así, nomás, Tomás Nomás", relata el artista en entrevista realizada desde lo alto de un edificio.

Mi primer alimento, desde la primera canción fue la calle

Tomás ha participado en teatros de revista y en el largometraje Las delicias del poder. Dice quien en sus presentaciones junto con su grupo Los de Atrás se disfraza de pachuco, con una traje de jerga, que se considera una narrador de los personajes de la calle: "yo mismo soy uno, porque siempre he andado en la calle; conozco el DF de sur a norte, de oriente a poniente; conozco todos los conectes, a los dealers de CU, Tepito, la Buenos Aires, como cuando en las tortas y en los tamales te vendían el guato. Mi primer alimento, desde la primera canción que hice fue la calle, pero no tenía la técnica, como no pensaba que esto pudiera ser un modo de vida, lo hice siempre como juego. Sacaba las historias de la gente de la calle. Me empecé a hacer popular en la prepa y en el barrio por esas canciones que hacía de los personajes de la calle. Veía cómo tenían éxito las canciones de esos personajes. No obstante, luego de 12 años de que me dedico a esto, me di cuenta de que componer puede ser sencillo, pero si tienes un compromiso y una visión y quieres hacer algo, tienes que leer poesía, literatura, ver teatro, cine, tienes que estar abierto a todo."

Esa convivencia directa con la calle le ha valido a Tomás explotar agudamente al ser humano en sus distintos estratos socioeconómicos, explotando su propia imagen de cómic, para interactuar con el público que lo ve ytomas_nomas_rg3 escucha, trasgrediendo los límites que impone un escenario.

-ƑSe perdió eso de narrar historias citadinas?

-Cada vez lo vemos menos. Por ejemplo, Pedro Infante cantaba las rolas de Chava Flores, ahora Alejandro Fernández no cantaría mis canciones. Como que su estatus que tienen ellos es... Bueno, se ha perdido, además de que el humorismo en las canciones es tratado muy a la ligera: si no caen en la parodia, caen en el albur corriente y termina siendo de mal gusto. En las cantinas he escuchado canciones de gente que hace comedia y humorística, porque en el bar con la peda ya todo te parece gracioso. Con esas canciones nunca va a pasar nada. No me he querido quedar en el chiste porque el humorismo da para más. Es un medio con el cual entras a la gente, sin que se den cuenta, los penetras.

Luego de 12 años y de tocar puertas, finalmente Universal aceptó promoverlo. En Sony le dijeron que sólo podía vender en el Distrito Federal. "Me dieron la clave, porque si nada más vendo en el DF, con eso tengo. Los agradecimientos en el disco deberían ser para esa gente que nunca te peló."

-ƑQué es lo mejor de componer sobre la calle?

-Poder ver atrás de los personajes. Muchas de las canciones las termino en los peseros. He sido callejero, aunque recientemente me he clavado en mi cuarto de azotea, las cuales me han encantado; casi siempre he vivido en éstas, que es para lo único que me podía alcanzar cuando empezaba en este cotorreo.

"La parte de tocar en lugares la dejé por estar componiendo. Si no tuviera a mi mecenas Roberto Ruiz, quien produjo el primero y el segundo discos, no sé qué haría.

Dice el cantautor que la ironía que usa en su letras es para sanearse. Además "con los niños tengo mucho pegue porque canté mucho tiempo para los chavos gratuitamente; trabajé en lo que hoy es el Instituo de Cultura, cuando era el Departamente de Acción Social y Cultural; trabajaba en prensa. Dejé de hacer canciones sobre reflexiones de la vida porque no me respondían nada. De mujeres dejé de hacer porque dije: pinches viejas, no se merecen una rola. Entonces empecé a hacer canciones de sapos, de piedras, de azoteas, y de ahí salieron las de los niños."

Muchos de los artistas como Tomás, cuando son poco conocidos, viven el desencanto de cantar ante público escaso.

"Es traumatizante que vayan tres o cuatro a verte. Yo como me acustumbré a tocar entre amigos, en cercanía con la gente, me explayo; cuando toco que hay poca gente me permite explayarme y la poca que me escucha, alcanza a captar mi onda, me siento a gusto. Una vez, cuando iba a actuar en un centro cultural, llegué y no había nadie; canté solo, triste, pero me gustó cantarle a los fantasmas."

Tomás Nomás ingresó a un taller de compositores en Televisa con Amparo Rubín, donde descubrió que lo suyo era el ambiente artístico. "Hasta los 33 años voltié a ver y no tenía un amigo, ni un trabajo fijo, no había terminado la carrera, no era músico, ni escritor... nada. Cuando entré con Amparo Rubín me empezó a ir bien con dos o tres de mis cancioncitas, y me di cuenta que si me aceptaba como soy, tendría una mina. Ahora, cuando hago una canción seria, si no la lloro, no sirve; lo mismo con la canción humorística, porque si no me hace reír, no es buena. Hay canciones que me he tardado 10 años en hacerlas. La onda cumbianchera se me da porque mis papás son tabasqueños."

Cuenta Tomás, entre muchas experiencias, que fue un hippie reprimido. "Como no tenía para sleeping bag, me iba con mi bolsa de plástico a Huautla, con mis cuates los sapos locos, con un pandero de juguete, una lira de Paracho, una armónica de juguete. Como no teníamos para los discos de los grandes roqueros, cantábamos canciones de José Alfredo Jiménez y Agustín Lara."

"Para el futuro -comenta-, pienso que tocaré en lugares masivos, donde la gente es medio popofona, y adonde me voy a ir a burlar de ellos sin que se den cuenta. En la calle te encuentras a gente tan sencilla y tan grande, gente que nunca será reconocida pero gente que es chingona."

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