Miles de adultos en plenitud disfrutaron emotivas
canciones mexicanas y latinas del ayer
Sentimientos y añoranzas inundan el Zócalo
la noche del sábado
Jorge Saldaña recreó su famoso y extinto
programa Nostalgia, en acto organizado por el Gobierno del DF
Agradecemos al pueblo que nos alimenta el alma, dijo la californiana Anwen,
del trío Cascada de Flores
JAIME WHALEY
Una nube nostálgica se cirnió sobre el Zócalo
capitalino la noche del sábado, al continuar este año los
programas semanales que ahí presenta el Instituto de Cultura de
la Ciudad.
Miles de personas de la antes conocida tercera edad y
que hoy, en el argot político vigente se les denomina adultos
en plenitud, adoptaron una actitud de laxitud al rememorar tiempos idos,
pues el elenco del programa se prestaba a ello; es más, para eso
estaba.
El
tablado del escenario, en la esquina norponiente de la amplia plancha de
concreto, fue decorado como una cómoda sala con sus sillones en
los que los artistas se aposentaron y hasta una mesita de centro colocaron.
El anfitrión fue un hombre que, en su tiempo, desató
polémicas en la llamada pantalla chica, medio del que actualmente
está practicamente proscrito, y que ahora, en amena emisión,
se le puede sintonizar en el 760 de la amplitud modulada todas las mañanas,
a partir de las 10, en trasmisión directa desde su natal Banderilla,
allá, a orillas de Xalapa. Sin mayores preámbulos lo mencionaremos:
Jorge Saldaña.
El locutor recreó su famoso, y para algunos añorado,
programa Nostalgia, que la extinta Imevisión ponía
en pantalla cada sábado hasta que Canal 13 fue vendido. Lo acompañaron
Ana Libia, cancionera veracruzana, quien cobrara fama en los programas
de la W. Azucena, vocalista regiomontana, también dada a
las interpretaciones del ayer. Erick, cantante que por ahí anda,
y como parte medular de la velada fue presentado el trío de Cascada
de Flores, de componentes binacionales, ya que está conformado por
dos damas californianas, Sabra Weber y Anwen Lawrence, y el mexicano Jorge
Liceaga; y habrá que hacer la salvedad de que los tres son bastante
jóvenes pero su repertorio está básicamente compuesto
de temas de añoranzas mexicanas y también latinoamericanas.
Son, además, el último descubrimiento de Saldaña,
hecho que ocurrió hace apenas 10 días en la capital veracruzana
cuando el conductor escuchó uno de los discos de este trío
que radica en San Francisco, California, y por esas tierras ameniza reuniones
y cuanto festejo al que son invitados. En la llamada Atenas mexicana, el
trío hallábase en un curso de son jarocho.
"Estamos nerviosas", aceptó Anwen antes de subir
al foro, "pero queremos darle un agradecimiento al pueblo que nos alimenta
el alma". Frase que repitió ya instalada frente a la multitud y
que les redituó una buena carretada de palmadas para enseguida arrancarse
con temas como Perfume de gardenias (que casualmente fue el nombre
dado al acto) o Las Isabeles, que eran delgaditas de cintura y de
corazón alegre.
Y ya luego, el anfitrión Saldaña se soltó
con sus interpretaciones a las que les pone más sentimiento que
voz pues de esto último, no tiene, pero al igual que su paisano
el Flaco Lara lo compensa con feeling, aunque es de reconocerse
que su voz tiene un cierto dejo a la del Jefe Daniel Santos
Los miles de congregados lo vitorearon, así como
también vociferaron sus loas a la neblinosa Banderilla, al tiempo
que el sexteto de Chava Dávila se lucía en los acompañamientos
de clásicas como aquella de En el tronco de un árbol una
niña... o esa otra de Cuando se apartan dos corazones...
y aquella que dice Pensamiento, dile a fragancia que yo la quiero, que
no la puedo olvidar.
El ambiente fue meramente informal, algunos mayorcitos
de renombre que sobresalían entre la masa eran Armando Rascón
Salmón, a quien sus colegas locutores de la 620 AM incrementan la
cacofonía de sus sustantivos y le agregan un merecido cabecita
de algodón. Y para seguir con la rima, por ahí también
andaba El Abulón, que por nombre tiene el de Ramón
pero que se apellida Hernández.
Al ex pelotero lo escoltaban su esposa y su hija Sara,
nacida durante aquella valiente gesta en que los beisbolistas desafiaron,
hace poco más de dos décadas, a la soberbia de los dueños
de los equipos y sentó un precedente de dignidad para los deportistas
profesionales.
El momento, acortado por el frío, resultó
del agrado y Saldaña señaló que está dispuesto
a presentarlo, como a veces lo hace, en cualquier escenario