Lucas Rincón, nuevo ministro del Interior
en Venezuela
Signos de agotamiento entre los antichavistas, según
encuesta
AFP, REUTERS, DPA Y PL
Caracas, 19 de enero. Con cambios en el alto mando
castrense y el gabinete del gobierno de Hugo Chávez, el paro impulsado
por la oposición en Venezuela se prepara a cumplir este lunes 50
días, y pese a que ha estrangulado a la vital industria petrolera
del país sudamericano, no ha logrado la renuncia del mandatario
y, según reciente sondeo, la protesta muestra algunos signos de
agotamiento.
Mientras, entre las actividades opositoras convocadas
este domingo por la empresarial Fedecámaras y su aliado la Central
de Trabajadores de Venezuela, figuró una multitudinaria marcha en
Caracas de inmigrantes con residencia. Con banderas venezolanas y de otros
países, en su mayoría de España, Italia, Portugal,
Colombia y Perú, miles de manifestantes hicieron sonar cacerolas
en su recorrido por calles capitalinas hasta llegar a una plaza en el exclusivo
sector este de la ciudad.
Una
manifestación del opositor Movimiento al Socialismo acabó
a pedradas, al enfrentarse con simpatizantes del gobierno en la Plaza Bolívar.
En cambio, unos 40 colombianos que llegaron a Caracas
en una caravana por tierra asisitieron al programa radial de Chávez,
donde lo aclamaron. Precisamente en Aló Presidente, Chávez
anunció el nombramiento del general Jorge García Carneiro
como comandante general del ejército, y como ministro del Interior
al general Lucas Rincón, quien era Inspector General de las Fuerzas
Armadas cuando el golpe de abril de 2002 separó brevemente al presidente
del poder.
El anuncio en abril de la renuncia de Chávez por
parte de Lucas Rincón, ante la televisión, dio paso al golpe
que instaló en la presidencia al líder de los empresarios
Pedro Carmona, pero al mismo tiempo, Rincón se negó a ser
cabeza del alto mando militar de ese gobierno de facto. Entonces, el mandatario
agradeció a Rincón públicamente su actuación
y lo designó ministro de Defensa.
Chávez reiteró que los "enemigos de la patria",
los "terroristas y los golpistas", tratan de repetir el golpe de abril,
pero aseguró que "no van a poder con nosotros".
Dijo además que una "élite inmoral" con
mucho poder y dinero está "tratando de rendir por hambre y sed al
pueblo venezolano", en referencia al paro que la oposición inició
el 2 de diciembre con carácter de "huelga general", y que se hace
sentir fuertemente en la escasez de combustibles, mientras permanecen cerradas
las principales industrias y grandes centros comerciales.
Una encuesta telefónica de la firma Consultores
21, divulgada por el vespertino Tal Cual, arrojó que 76 por
ciento de los venezolanos cree que el paro no logró sus objetivos,
frente a 19 por ciento que afirmó que sí, y 5 por ciento
no supo contestar. El 49 por ciento respondió que el paro debe suspenderse,
frente a 46 por ciento que opinó que debe continuar.
El director de Tal Cual, el ex ministro Teodoro
Petkoff, escribió que "está visto que ninguna de las partes
puede ganar por la fuerza. O negocian... o negocian".
Chávez advirtió además en su programa
que podría haber sanciones para los bancos si no abren en horario
completo, y que continuarán las requistas contra empresas que acaparen
bienes de primera necesidad, como los allanamientos militares del viernes
a las plantas de la Coca Cola y la cervecería Polar en Valencia,
rechazados por el embajador de Estados Unidos, Charles Shapiro.
En cuanto a la mesa de negociación auspiciada por
la Organización de Estados Americanos, la cual hasta ahora no ha
dado resultados, retieró que el gobierno estudia la posibilidad
de retirarse de la misma, "porque estos señores que dicen que quieren
diálogo se la pasan saboteando y diciendo que hay que sacar a Chávez.
Así no se dialoga: con terroristas no se dialoga".
El gobernante había advertido que se retiraría
de la mesa la víspera, en entrevista telefónica con la prensa
de Brasil, país que impulsó la creación del Grupo
de Países Amigos de Venezuela, integrado también por Estados
Unidos, España, Portugal, Chile y México.