La participación del clero en la política generó enfrentamientos: presidente de la SCJN

Azuela vs. Azuela... es un libro que invita a reflexionar sobre la fe en Dios

JESUS ARANDA

En México, la vinculación del "clero oficial" con movimientos políticos y sociales de corte conservador produjo, en católicos y no católicos, condicionamientos y prejuicios que se distanciaron de la objetividad y propiciaron "fantasmas" de enfrentamientos, desprecios y diálogos interrumpidos, afirma el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Mariano Azuela Güitrón.

Compilador del libro Azuela vs Azuela. Misteriosos caminos de Dios, el actual presidente del máximo tribunal de justicia establece que la obra tiene el propósito de "invitar a la reflexión sobre los misteriosos caminos de Dios, para entender cómo es posible que dentro de la pluralidad humana derivada de la libertad, hombres que se pensaron tan distantes por el ambiente sociocultural en el que vivieron estaban unidos sustancialmente por su fe en el creador".

Azuela Güitrón explica en la introducción del libro -editado por el Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana (Imdosoc) en octubre de 2001, que tuvo reducida circulación y que incluso no se encuentra en la biblioteca de la SCJN- que su padre escribió una carta cuestionadora a su abuelo con motivo de su reciente conversión al catolicismo que, "de acuerdo con la ideología de la época, lo hace pensar que su padre debe encontrar la misma experiencia, pues sin ella su felicidad se ve disminuida", razón por la que hasta le envió un sacerdote para que lo confesara. En respuesta, su abuelo le pidió a su padre "no penetrar en el corazón de los demás", al tiempo que aceptó el dolor que sufrió al haber sido considerado "el mito diabólico de la familia", pidiéndole además "vivir en paz y dejar a los demás que vivan en paz".

Azuela Güitrón destaca que el intercambio epistolar -que tuvo lugar alrededor de 1948- "defendió por encima de todo la libertad", y sustenta la postura de que "la fe no puede imponerse por razonamientos", tal como lo corroboró en su momento el Concilio Vaticano II (1965), que estableció que "el católico de nuestros días considera uno de los suyos, o un hermano, a todo hombre honesto y sincero, aunque no sea católico, aunque no sea cristiano". El ministro indica que "la profundidad y sinceridad de ambas cartas constituye una enseñanza para creyentes y no creyentes".

Azuela -quien presentó el libro el 24 de octubre de 2001 en el auditorio León XIII del Imdosoc- fue hasta hace unos meses profesor de la Universidad Iberoamericana, impartió clases en la Universidad Panamericana y en el Centro Universitario México, todas estas instituciones con vínculos religiosos.

Tomaron parte en esta obra "de reflexión" los ministros Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Juan Díaz Romero, José de Jesús Gudiño Pelayo y Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Aun cuando los textos de los ministros se circunscriben al intercambio epistolar entre los Azuela, Sergio Salvador Aguirre Anguiano dice en su texto que para él es claro que "Dios es irracional, no se puede llegar a él y menos a Cristo con el ejercicio de la razón, sino a través de los caminos de la fe con caritativa esperanza".

José de Jesús Gudiño Pelayo cuestiona: "Ƒpor qué la religión para recuperar al padre?, Ƒpor qué el cristianismo es la religión del amor sin condición de Dios a los hombres y justamente este amor sin condición es el que se busca en el padre?"

Juan Díaz Romero indica en su escrito que "la religión se acepta por caminos interiores e individuales o no vale nada, y lo maravilloso es que cada camino es diferente".

En tanto, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia pone énfasis en que Mariano Azuela -crea-dor de la novela Los de abajo- revela la virtud de la tolerancia, pues reconoce la diferencia que en la intimidad existe, sin tratar de imponer su credo civil, "con lo cual gana el legítimo derecho a ser respetado en sus convicciones".

El padre Manuel Olimón Velasco escribe: "estas páginas que Mariano Azuela nieto ha querido hacer públicas dibujan una historia comprimida de reconciliación en el misterio, pues sólo cuando se descubre que la máxima dignidad humana y el reflejo vivo de la imagen divina está en la libertad, se puede 'vivir en paz', como lo escribió el abuelo".

La edición del Imodosoc concluye la obra señalando que "el actual ministro de la SCJN se dio a la tarea de compilar en esta obra junto con las cartas, comentarios de intelectuales, en su mayoría católicos, que aportan tal cantidad de consideraciones que convierten el libro en una larga meditación sobre el lugar de la conciencia cristiana en un punto determinado del tiempo y de la historia".