Los revendedores despachaban a cuentagotas, porque los espectadores esperan el último momento

Jugadores del América conminan a sus aficionados a asistir al Azteca

Las entradas se ofrecieron al doble de su costo, pero hoy los precios se dispararán

ABRIL DEL RIO

De cara a la versión 120 del clásico del futbol mexicano, las Aguilas del América realizaron una práctica más que ligera, casi de meditación en el estadio Azteca, en cuyas inmediaciones los revendedores esperaban pacientes la escasa llegada de compradores y sorteaban a las patrullas que aparecían de vez en cuando.

A unas horas de recibir a Chivas en su cancha, los jugadores fueron aún más cautelosos de no emitir frases que calentaran los ánimos, aunque la mayoría manifestó sus deseos de que inicie el encuentro de mayor expectativa en la segunda jornada del torneo Clausura 2003.

Para el chileno Ricardo Rojas, "cada clásico tiene su sabor, cada uno es distinto y esperamos que mañana (hoy) el sabor dulce nos lo quedemos nosotros, y nada más. Será un partido duro, como los que se han dado, pero esperamos quedarnos con los tres puntos. Confiamos que ahora sí obtengamos el triunfo en casa", señaló el defensa en referencia a las dos derrotas previas que sufrió América como local ante Chivas en los torneos de Invierno 2000 y Verano 2002.

A ese respecto, tanto Rojas como el atacante Christian Patiño hicieron una especie de llamado a contar con el respaldo de la afición americanista, que como recordó Patiño, el pasado 6 de enero dio una buena prueba de solidaridad al asistir en masa al partido de preparación frente al Necaxa, en homenaje y a beneficio del legendario Horacio Casarín.

Sólo que para aquel encuentro el rival de América era un equipo hermano, cuya camiseta rojiblanca no significa lo mismo y, sobre todo, que los boletos no costarán por igual 50 pesos en cualquier zona.

Hacia el mediodía de ayer, por tratarse del día de preventa dentro de la reventa, las entradas más económicas de zona general, que en taquilla tienen un valor real de 80 pesos, se ofrecieron en 150, y así hasta los de 200, en platea baja, casi doblaban el costo. "Y cómprelos ya hoy, porque mañana ya ni sé cuánto le puedan costar", advirtió una mujer que despachaba bajo el túnel de la puerta principal que da a Tlalpan, una de los alrededor de 80 vendedores distribuidos en las inmediaciones del estadio.

Frente a algunos uniformados en la explanada, los revendedores pregonaban con discreción bajo esa banqueta y las de calles aledañas, mientras que una patrulla y una grúa se daban sus vueltas sólo para alertar por el altavoz: "¡avance, avance!"

En tanto que la venta se realizaba con calma, pues muchos aficionados prefieren negociar hasta el último momento, los jugadores se concentraron en un hotel cercano al estadio. Todos se reportaron en condiciones óptimas, tras la integración de Duilio Davino y José Antonio Castro. No obstante, la única baja casi segura será la de Hugo El Misionero Castillo, quien no realizó la prueba física conforme a lo planeado. Según explicó el médico de la escuadra, Alfonso Díaz, el volante argentino ya estaría recuperado de la lesión en el muslo izquierdo, pero se le presentó un cuadro gripal.