El público insultó y abucheó
a Mario Carrillo; el Loco Abreu se quejó del arbitraje
La Máquina arrancó mal en casa: 1-3 ante
Tigres
MARLENE SANTOS A.
Mario Carrillo debutó con el pie izquierdo en el
estadio Azul, donde los cementeros incurrieron en errores defensivos y
cayeron 3-1 ante unos Tigres que hilaron su segunda victoria. La rechifla
generalizada estalló al final del encuentro con algunos gritos de
repudio hacia el ex estratega americanista.
La
Máquina, que tiene un punto de seis posibles, arrancó con
una propuesta ofensiva pero escasa coordinación. Tuvo llegadas por
conducto de Miguel Zepeda, Julio César Pinheiro y Francisco Palencia,
quienes dieron escasos balones al centro delantero Juan Carlos Cacho. Al
minuto 25, Joaquín del Olmo fue amonestado por falta sobre Julio
César Pinheiro; el enojo del Tuca Ferreti, técnico
visitante, fue desmesurado y de inmediato lo relevó por Omar Briseño.
Tigres se asentó y al 30 el argentino Walter Gaitán
puso en ventaja a los norteños al incursionar por el centro, tras
superar a Gilberto Jiménez y a Melvin Brown. Cruz Azul no se reponía
aún cuando recibió el segundo tanto por conducto de Juan
Montano, cuyo disparo pegó en Aarón Galindo, quien con la
espalda desvió el esférico hasta dejarlo fuera del alcance
de Oscar Conejo Pérez. Pese a la gran reacción del
portero, fue inevitable la anotación a los 34 minutos de acción.
Preocupado, Carrillo apostó por el oficio del chileno
Pablo Galdames para ganar el mediocampo, pero la impaciencia del público
se hizo evidente y lo presionó con el grito de "Loco, Loco".
Sebastián Abreu entró al minuto 57 en lugar de Cacho, 10
minutos más tarde anotó el tanto del honor.
Jiménez dio excelente servicio, Abreu acomodó
el esférico con la cabeza, su larga zancada le bastó para
superar a sus marcadores y conectar potente riflazo. Los celestes se motivaron,
Palencia, Abreu, Pinheiro, Zepeda y Ortiz avasallaron a su rival, que apeló
a diversas faltas para contener el embate; sin embargo, la racha de entusiasmo
se cortó con la expulsión de Melvin Brown.
El brasileño Kléber, que había ingresado
en la recta final del juego, hizo gala de su poderoso sprint, desbordó
por la derecha y su centro se topó con Galdames, quien no pudo despejar
bien y cometió autogol al minuto 89.
Bajo insultos de los últimos aficionados en retirarse,
Carrillo reconoció que hace falta entrenar más, que el equipo
sólo tuvo destellos, pero se dijo tranquilo porque hubo etapas de
buen funcionamiento. "Los autogoles no me gustan, pero voy a buscar que
Cruz Azul sea el mejor del mundo, ¿para cuándo? No lo sé,
no soy mago".
Y mientras el Loco Abreu externó su molestia
con el arbitraje de Armando Archundia, Galdames dijo que el autogol le
dolió. "Sentí que el cielo se me venía encima. Es
la primera vez que me pasa y no se lo deseo ni a mi peor enemigo. Estoy
triste, pero hay que seguir".