Isaac Broid propone realizar concursos para revitalizar la profesión
Sin soslayar influencias externas, la arquitectura nacional tiene su contexto
Presentan hoy libro del especialista publicado en edición bilingüe
Hay trabajo de sobra para los egresados de esa carrera en México, señala
MERRY MAC MASTERS
Contrario a lo que se piensa, desarrollar el ''megaproyecto'' del sexenio no es ''lo único'' que importa a los arquitectos, pues en realidad ''nos puede interesar cualquier pequeñísima biblioteca, plaza pública, mercado o proyecto de tipo social en cualquier pueblo de México", afirma Isaac Broid (DF, 1952). Y con ese propósito el especialista pide que se hagan concursos, ''algunos abiertos, otros por invitación y otros para arquitectos jóvenes que ayuden a revitalizar la profesión".
Recién egresado de la escuela, Broid elaboró -con Agustín Landa y Alberto Rimoch- un proyecto para el concurso de la Opera de la Bastille, en París, Francia. La propuesta ganadora no fue la suya, pero significó una experiencia que ''lo empapa a uno para desarrollar otros proyectos".
Más de dos décadas después, se acaba de publicar Isaac Broid. Arquitectura urbana, libro bilingüe (español-inglés) que reúne ocho proyectos de su autoría, ''organizados desde la ciudad densa, construida, hasta la periferia": Biblioteca de la Escuela Nacional de Antropología e Historia; Centro de Atención a Distribuidores Telcel; casa Vázquez; condominio Amsterdam; edificio Tamaulipas; Museo de la Fotografía (para Pachuca, que aún está sin construir) y casa Fuentes.
El volumen, cuya edición estuvo a cargo de Arquine y el Taller de Comunicación Gráfica, incluye textos de Humberto Ricalde, Ernesto Betancourt y Felipe Leal, y se presenta hoy a las 19:30 horas en el Museo Tamayo, por Leal, Ricalde y el autor.
Perspectiva hacia el futuro
Por medio de los ocho proyectos se pretende demostrar la ''relación que inevitablemente establece la arquitectura con su contexto, y cómo en cada situación la respuesta es diferente". Si hay proyectos que ''contrastan drásticamente con sus alrededores" fue porque se ubican en zonas que se han deteriorado de manera acelerada.
Por otra parte, hay áreas que tienen ''una gran calidad urbana y arquitectónica, que quisimos respetar y reinterpretar con un lenguaje contemporáneo, siempre viendo hacia el futuro". Los proyectos tratan de mostrar que con ''muy poco" aquellas zonas deterioradas vuelven a ser de gran calidad, apunta el entrevistado.
Broid ha procurado utilizar materiales ''siempre aparentes, sin recubrimientos, sin máscaras, en los que el proceso constructivo sea la imagen final de edificio, sin importar qué material estemos trabajando. Igual puede ser tabique, ladrillo, concreto, acero, cristal. Son materiales que así vienen y así se dejan. No hay aplanados que oculten algo, sino que el mismo proceso es la obra terminada".
Ese modo de trabajar no es exclusivo de México: ''Habemos arquitectos que no creemos que debamos cerrar los ojos hacia el exterior. Eso no quiere decir que tengamos que olvidar lo existente aquí''. De hecho, insistió, la tesis del libro es mostrar cómo la arquitectura aquí presentada, aunque posiblemente parezca que tiene un lenguaje con influencia de otras arquitecturas, de otras regiones del mundo, está inmersa en un contexto particular. Esas partes de México son analizadas para convertirse en el punto de partida para que la obra sea lo que es. Por eso, esa arquitectura es tan mexicana como cualquier otra pintada de colores".
De lo unitario a la diversidad
Si antes las sociedades eran ''mucho más unitarias", circunstancia que se reflejaba en sus ciudades y su arquitectura, hoy día existe gran diversidad de formas de pensar y de sentir, incluso una falta de "convergencia" que, por lógica, afecta el espacio habitable, señala Broid.
Respecto de la gran cantidad de jóvenes arquitectos que cada año egresan de las escuelas en México, Broid asegura que ''trabajo hay para ellos, y de sobra. Lo que no hay es la voluntad de la sociedad de que los arquitectos, con sus ideas, participen en el crecimiento".