Concluye gira de trabajo; visita región
en la que mineras destruyeron manantiales
En zonas pobres de Brasil se definirán las prioridades
oficiales, anuncia Lula
Entra en vigor nuevo Código Civil del país;
fueron abolidas varias prácticas sexistas
AFP, DPA Y REUTERS
Itinga, 11 de enero. Con la visita al valle de
Jequitinhonha, también conocido como Valle de la Miseria,
el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, concluyó
hoy una gira de dos días por las regiones más pobres del
país, tras lo cual afirmó que a partir la situación
en esas zonas definirá sus prioridades de gobierno.
Acompañado por miembros de su gabinete, a quienes
instó a "sensibilizarse" de ese Brasil, el mandatario visitó
en primer término el pueblo de Araguai, estado de Minas Gerais,
donde anunció: "esto no será más conocido como el
Valle de la Miseria. No habrá en todo el valle ningún
niño fuera de la escuela".
En ese contexto, volvió a defender la legitimidad
y necesidad de su programa Hambre Cero, que será puesto en marcha
en febrero. "Como político, como cristiano, tengo la convicción
de que todo ser tiene que tener un desayuno, un almuerzo y una cena, todos
los santos días."
Unas
2 mil personas se concentraron en Araguai para recibir a la comitiva, y
sorpresivamente cayó una llovizna en esta región azotada
por la sequía y la pobreza. El gobernador de Minas Gerais, Aicio
Neves, del ex gobernante y hoy opositor Partido de la Social Democracia
Brasileña (PSDB), figuraba entre los acompañantes de Lula.
El gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) no tiene
mayoría en el Congreso. En ese contexto, el mandatario subrayó:
"más importantes que las divergencias del PT y el PSDB son las necesidades
del pueblo de Minas Gerais".
Tras su estancia en Araguai, Lula y su comitiva cruzaron
el río Jequitinhonha para llegar a Itinga, otra de las localidades
más pobres de la región y del mismo estado del sudeste del
país. El cruce fue hecho en lancha, por lo que el presidente lamentó
que todavía no tengan puente y se comprometió a construir
uno.
La visita a Itinga fue la más simbólica,
ya que es un pueblo literalmente dividido por el río y separado
de la carretera. En 1993 Lula estuvo allí con una caravana para
levantar un mapa sobre el hambre y la miseria del país. Prometió
regresar, y ahora que lo hizo dijo que a casi 10 años de distancia
siguen sin puente.
"En las zonas más pobres de Brasil es donde nosotros
definiremos las prioridades" del gobierno, aseguró ante unas 7 mil
personas que lo aclamaban en Itinga.
Los asistentes exhibieron pancartas. En unas pedían
no seguir siendo zona de miseria crónica y en otras agradecían
que por primera vez en la historia un presidente los visitara y se sensibilizara
con su situación. Las calles estaban llenas de banderines del PT
y banderas brasileñas.
La visita concluyó en terrenos entregados por el
poder público a los habitantes sin recursos, quienes construyeron
sus casas de adobe, mal camuflado con una alicaída pintura. Lula
comentó que esta es una zona donde sólo llueve tres meses
al año, y que el periodo restante el paisaje se observa desfigurado.
En estas regiones la gente come arroz y alubias, y 28
por ciento de los hogares carece de ingresos, mientras 55.8 por ciento
recibe menos de un salario mínimo por mes (poco más de 60
dólares).
En Itinga, de hecho, las únicas fuentes económicas
son los organismos públicos y los subsidios. Aquí viven 14
mil personas y apenas 17 por ciento cuenta con saneamiento adecuado.
Pero el valle de Jequitinhonha, el más pobre del
sudeste de Brasil, enfrenta una sequía que se ha agudizado en los
últimos 27 años debido a la deforestación y la destrucción
de manantiales perpetradas por compañías mineras, mientras
la producción agropecuaria se redujo 90 por ciento.
Informes de Visao Mundial señalan que las ciudades
en la región casi no tienen hospitales, agua tratada o alcantarillado.
A ello se suman el alcoholismo, la ausencia de actividades económicas
remuneradas y la alta incidencia de enfermedades como parasitosis, desnutrición,
neumonía o anemia. El viernes el presidente y sus 26 ministros visitaron
otras dos favelas del noreste del país.
Por otra parte, este sábado entró en vigor
el nuevo Código Civil brasileño tras un trámite en
el Congreso que se venía arrastrando desde hace 27 años.
Se modifica el cuerpo de normas que data de 1917 en relación con
la vida civil y empresarial.
Con el nuevo código se pone fin a muchas prácticas
sexistas o machistas, que en el pasado han permitido a los hombres llevar
la batuta en el gobierno, los negocios y el hogar. Quedaron abolidas ciertas
prácticas cotidianas, por ejemplo, que para trabajar fuera de casa
la mujer debe pedir autorización al marido, o que el novio podía
repudiar a la novia si descubría que no era virgen. En general se
conceden a la mujer derechos iguales que los del hombre en el matrimonio.
Ahora se espera que también los jueces cambien.
En otro orden, se reportó que al menos 16 personas
murieron y otras 15 estarían desaparecidas debido a deslaves e inundaciones
ocurridos este sábado tras una tormenta en Petrópolis, cerca
de Río de Janeiro. Casas y automóviles también resultaron
afectados ante avalanchas de lodo de las faldas de los cerros de la zona.