Alba Rojo dejó ''en imprenta'' dos nuevas
entregas de su serie más célebre
Circularán en breve iconografías de Pellicer
y García Terrés
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
La colección de iconografías que Alba Cama
de Rojo realizó para el Fondo de Cultura Económica se ampliará
próximamente con la publicación de la de Carlos Pellicer
y la de Jaime García Terrés. La ''inventora de libros'',
quien se mantuvo activa hasta poco antes de su muerte, dejó preparadas
y prácticamente listas para su publicación ambas iconografías.
La de Pellicer, con prólogo de Carlos Monsiváis, se encuentra
en imprenta y verá la luz dentro de tres semanas aproximadamente;
a la de García Terrés, con prólogo de José
Emilio Pacheco, sólo queda afinarle algunos detalles de diseño
y será publicada en marzo.
Cada
una contiene poco más de 100 fotos, inéditas en su mayoría,
que fueron seleccionadas y meticulosamente organizadas por la propia Alba
Cama de Rojo. Además de éstas, quedaron sin concluir la del
poeta y novelista guatemalteco Luis Cardoza y Aragón -prologada
por David Huerta- y la del escritor español Max Aub. Cabe recordar
que ambos residieron en México la mayor parte de su vida y aquí
consolidaron o desarrollaron su labor intelectual.
En la cuarta de forros de la iconografía de Pellicer
se lee: "El cuidadoso trabajo de Alba C. de Rojo, al reunir las prácticas
de un vuelo renovador y luminoso del poeta Carlos Pellicer, mediante la
recuperación, la evaluación y la selección de fotografías
y expresiones pictóricas, con la oportuna colaboración de
Carlos Pellicer López y las reflexiones concisas y lúdicas
de Carlos Monsiváis, es una invitación a la añoranza
y el ofrecimiento del panorama, armado por la sensibilidad y la audacia
de la luz; destaca no sólo la arquitectura que conmovió al
poeta o los parajes más sugerentes para el sosiego y la divagación,
otorga también temperamento de la juventud soñadora, el ceño
de los años de formación y los atisbos de la madurez; sugiere
las claves del tiempo histórico de Carlos Pellicer paralelo a los
impulsos de su obra poética notable".
Tradiciones pellicerianas
Las tradiciones de Carlos Pellicer, es el título
del prólogo donde Monsiváis recorre las estancias literarias
que habitó el poeta tabasqueño.
Monsiváis distingue y desglosa seis tradiciones
pellicerianas:
Las tradiciones de la fe: "En la obra pelliceriana, un
equivalente de la fe es la belleza y, también, el placer de lo bello
requiere de generosidad. De no ser así, la ética y la estética
se fragmentarán en cabal oposición. En su teología
muy personal no hay divisiones tajantes y el personaje poético atestigua
el ciclo espiritual que lo antecede y lo sucede (...)"
Las
tradiciones de la mirada: "Con frecuencia Pellicer le otorga un valor supremo
a la vista: 'En el mar de los ojos hay plantíos/ de peces luminosos...',
o bien: 'Ya no tengo en los ojos sino un día/ con la vegetación
apuñalada'. La mirada es la sensación perenne: ningún
paisaje, ninguna circunstancia se repiten, porque la mirada nunca es la
misma. De acuerdo con su obra, Pellicer asocia lo trascendente con la jerarquía
más alta de la vista, y si observa tan estricta y profundamente
es con tal de acercarse al Misterio (...)"
Las tradiciones literarias: "Pellicer es reverente -el
término puede resultar desmesurado, pero es exacto--ante sus tradiciones
formativas, en primer lugar las de Latinoamérica, y muy especial
y comprensiblemente, las de México (...)"
Las tradiciones amorosas: "En 6,7 poemas (1924),
ya se define e incluso se encumbra el personaje que se jacta de sus asedios
a la humildad, y se integra a la naturaleza con tal de humanizar la relación
entre los seres humanos y los paisajes. Todo se desprende de la organización
metafórica que mezcla colores, etapas del día, paisajes,
estados de ánimo, divagaciones (...) En vida de Pellicer, la discreción
sobre la orientación sexual es obligada y las alusiones a la heterodoxia
amorosa son escasas ('De callar este amor que es de otro modo'). Desde
la perspectiva actual, se entiende ya desde un modo más abierto
el otro amor, que todavía hace unas décadas dice su nombre
como puede (...)"
Las tradiciones de la amistad: "Desde muy joven, Pellicer
busca tratar a la gente que admira, y su criterio selectivo es óptimo
(...). Los frecuenta (a sus amigos cercanos), le entusiasman sus vidas
y sus obras, y, en el caso de algunos, le da forma poética a sus
admiraciones (...)"
Y, las tradiciones del arte y la enseñanza: "La
vertiente cívica de Pellicer es constante y es amplia. Es muy genuino
su compromiso con la educación, y por eso durante muchos años
da clases en la Secundaria 4, y por eso también funda y organiza
museos (el de Tepoztlán, el Museo de la Venta, el Anahuacalli),
y es muy vigorosa su fe en los héroes y en lo que estos transmiten
a las naciones (...)"