En Encrucijadas chiapanecas, Juan Pedro Viqueira analiza los cambios en esa entidad
Agotado, el modelo regional de Chiapas
ARTURO JIMENEZ
Chiapas ha sido siempre un nombre en plural y no es una casualidad que termine con "s", comenta el historiador Juan Pedro Viqueira, y agrega: "lo más característico de ese estado es su enorme diversidad y complejidad. Entonces, Chiapas quiere decir que en realidad hay muchos Chiapas".
Viqueira acaba de publicar Encrucijadas chiapanecas (Tusquets Editores-El Colegio de México), libro centrado en los "largos y muy lentos" periodos de cambios en esa entidad, "que suelen pasar desapercibidos a ojos de la gente que los está viviendo", desde la Conquista hasta nuestros días.
Pero además, este investigador y autor de otros volúmenes como María Candelaria, india natural de Cancuc e Indios rebeldes e idólatras, cuestiona la utilización en la vida cotidiana de ciertas categorías que "ya no sirven para entender la realidad en la que estamos inmersos".
Entre esas categorías destaca la de "indígena", sobre la que muestra cómo mediante ese "nombre colectivo" no se puede aprehender la diversidad enorme que esconde detrás: de lenguas, de condición económica y social, de inclinación política o de preferencia religiosa.
Otra categoría que Viqueira cuestiona es "etnia", que tiende, según él, a identificar a los indígenas sólo por su lengua: tzotziles, tzeltales, choles, tojolabales. "Eso ya no es muy operativo para entender la historia regional de Chiapas porque, por ejemplo, los tzotziles de Venustiano Carranza no tienen nada que ver con los de Simojovel. En cambio, los tzotziles de los Altos tienen mucho que ver con los tzeltales de esa misma región''.
-ƑQué lo llevó a realizar esta mirada de largo aliento sobre la historia de Chiapas?
-Fue sobre todo vivir en Chiapas. Me fui a residir a San Cristóbal de las Casas en 1986. Mi especialidad era historia colonial, pero viviendo ahí me fui interesando en lo que pasaba en ese momento en el estado, los cambios de las últimas décadas y, poco a poco, mi interés por el presente acabó juntándose con el interés por el pasado.
"De pronto vi que era posible hilar una continuidad desde el siglo XVI hasta el XX y, de alguna manera, el libro es el resultado de esa confluencia entre dos intereses míos. El presente no lo podemos comprender bien si no nos damos cuenta qué es lo que tiene de original con respecto al pasado."
-Por ejemplo, Ƒqué hay de original en este presente de la historia de Chiapas?
-Algo totalmente nuevo es el San Cristóbal de hoy. Esta ciudad fue durante siglos un enclave español en una región indígena y luego fue un enclave mestizo o ladino. Pero ahora la mitad de la población es indígena. Eso está cambiando totalmente las reglas del juego. Incluso, las últimas elecciones en San Cristóbal se han definido por la votación en los barrios periféricos, que en buena medida son barrios indígenas.
-Dentro de los planteamientos de su libro, Ƒcómo puede ubicarse el levantamiento zapatista de 1994?
-Hay muchas cosas que intervienen en el levantamiento zapatista, pero en el marco de los movimientos de larga duración es sobre todo la crisis de un modelo regional. Desde finales del siglo XVII hasta mediados del XX la zona indígena, sobre todo los Altos y el norte, funcionaba como reserva de mano de obra barata para otras regiones de Chiapas.
"Y lo que ha pasado en las últimas décadas es que las otras regiones del estado han tenido un crecimiento demográfico muy importante y ya no necesitan de esa mano de obra indígena. Y eso, en el mismo momento en que la población indígena viene creciendo mucho y que las tierras que tiene ya no le son suficientes para sobrevivir. Ese es uno de los problemas fundamentales en el presente chiapaneco y ayuda a comprender por qué ciertos indígenas tomaron la decisión de levantarse en armas.''