CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
El campo ya no aguanta
DEJEME EMPEZAR OFRECIENDOLE una disculpa por no iniciar este espacio con algún comentario referente a la ciudad -cuando menos en apariencia-. Pero es que el campo no aguanta más.
Hasta donde sé, el próximo día 18, en la capital de Estados Unidos, gente de todas las religiones, de todas las ideologías, de la más diversa forma de pensar, se reunirán en la sede del neoliberalismo, es decir, en el mismísimo Washington, para protestar contra las atrocidades que este orden nos ha impuesto.
DE ENTRE TODOS los manifestantes habrá cuando menos un contingente de mexicanos que, por el tamaño de la injusticia cometida en su contra, sea particularmente beligerante en sus demandas, que aquí no son escuchadas.
HASTA ALLA, DONDE residen los patrones de los gerentes de México, irá la gente de la tierra para gritar la situación del campo mexicano: desolación, abandono, hambre, miseria e indiferencia de las autoridades panistas y del PAN en su conjunto.
EL ASUNTO NO es nuevo. Quienes querían que el PRI se fuera de la Presidencia de la República, sin importar el precio que debía pagarse, ahora se dan cuenta de que el tricolor y el blanquiazul son lo mismo y el costo de haber respaldado a Acción Nacional es más alto del que se pensaba.
PERO QUIENES YA no quieren seguir en la misma necedad, ni están dispuestos a seguir pagando los costos de la ineptitud y la forma de mirar al país desde la perspectiva de la derecha, son los campesinos del Distrito Federal.
PARA ELLOS, SEGUIR montados en el PRI o acercarse al PAN de alguna manera es vivir en el engaño y por eso han roto con la CNC y están dispuestos a intentar la construcción de una alternativa independiente que les permita resolver los problemas que los agobian.
LA DECISION HA venido madurando desde hace buen tiempo. La corrupción y los abusos de la gente del PRI minaron no solamente la militancia, sino que también destrozaron la confianza en las instituciones federales.
POR ESO LOS 40 núcleos agrarios en el Distrito Federal, reunidos en la Alianza de Comisariados Ejidales, buscan un espacio político que les ofrezca el respeto necesario a su quehacer y a sus ideas.
NO VOLVERAN A ser el voto duro, el voto verde, de ningún partido; serán campesinos en lucha por mejorar sus condiciones de vida desde el trabajo político. Es decir, su militancia ahora, como debió haber sido siempre, estará fundamentalmente en el campo y sus problemas.
POR ESO HOY, aunque alguno de los núcleos de la Alianza de Comisariados Ejidales se ha negado a declarar al PAN "enemigo histórico del campesino", la inmensa mayoría sabe que sí, que la derecha que representa Acción Nacional, que dirige a este país, es definitivamente su enemigo.
Y ES QUE en Washington, o en el DF o en cualquier parte de aquello que alguna vez se llamó tercer mundo, los destrozos del neoliberalismo a los más pobres son cada vez menos soportables. Por lo pronto, el campo mexicano ya no aguanta más.
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