El gobierno venezolano anuncia probable cierre
de oficinas de PDVSA por ausentismo
Excesos de policías bajo el mando opositor,
dice la Defensoría del Pueblo
La oposición llama a participar en el "referéndum"
sobre Chávez el próximo 2 de febrero
DPA, AFP, PL Y REUTERS
Caracas, 6 de enero. Opositores y partidarios del
presidente de Venezuela, Hugo Chávez, volvieron a manifestarse este
lunes, mientras el gobierno anunció la reorganización de
la industria petrolera, casi detenida debido a un paro general de 36 días
contra el mandatario.
El gobierno y los líderes de la oposición
libran una lucha por el control de la estatal Petróleos de Venezuela
(PDVSA), motor económico del quinto exportador mundial de crudo
y afectada por el paro que busca la renuncia del mandatario y elecciones
anticipadas.
Nuevos choques ocurrieron este día entre chavistas
y opositores en la ciudad de Barquisimeto, donde se lanzaron piedras durante
una marcha opositora.
En Caracas y sus cercanías también hubo
manifestaciones. Cientos de chavistas marcharon hasta la Fiscalía
General para exigir justicia por las muertes de dos jóvenes simpatizantes
del presidente el viernes pasado. Mientras, miles de adversarios del presidente
marcharon al grito de "¡elecciones ya!" en la localidad de San Antonio
de los Altos, unos 20 kilómetros al sur de Caracas.
En un informe elaborado a partir de testimonios y denuncias,
la Defensoría del Pueblo de Venezuela denunció ante la Fiscalía
que en los confusos choques callejeros del viernes hubo abuso de poder
y excesos de los organismos de seguridad pública, especialmente
la Policía Metropolitana, bajo control del opositor Alfredo Peña,
alcalde mayor de Caracas.
La versión de la Defensoría coincide con
las acusaciones de altos funcionarios del gobierno que responsabilizaron
también a la Policía Metropolitana de estar implicada en
la violencia callejera.
"Vamos a continuar en las calles, más de cuatro
millones de venezolanos vamos a tomar Caracas, iremos a Miraflores (sede
del gobierno) para que Chávez se vaya", sostuvo en Caracas el dirigente
sindical Alfredo Ramos. "Vamos a vencer por la vía del voto a este
gobierno", agregó.
Los líderes empresariales y sindicales de la huelga
llamaron a la población a "dirigir su energía" hacia el referéndum
consultivo sobre el mandato del presidente Hugo Chávez para el 2
de febrero. "Debemos participar en el referéndum como miembros de
mesa, testigos, promotores, observadores, hay que convocar a los vecinos,
edificios y barrios para que vayamos a votar", expresó el líder
de los gerentes petroleros huelguistas, Juan Fernández.
Por su parte, Carlos Ortega, presidente de la Confederación
de Trabajadores de Venezuela (CTV), señaló que el país
"siente la maniobra del régimen de Chávez para que el proceso
no se realice".
Chávez afirma que un referéndum sobre su
mandato sólo puede realizarse a partir de la mitad de su actual
administración, en agosto de 2003.
Seguirán las movilizaciones
La
oposición venezolana convocó a sus partidarios a marchar
el martes a la sede del organismo de recaudación (Seniat), para
auspiciar la "desobediencia tributaria", pero aún no tienen claro
cómo ejecutar esta medida y efectúan polémicos talleres
para debatir sus modalidades y posibles consecuencias.
Por su lado, el secretario general de la Organización
de Estados Americanos, César Gaviria, mediador en la negociación
por una salida a la crisis, condenó hoy los hechos violentos y pidió
que no queden impunes. "En el país ha venido prosperando cierta
impunidad que yo creo que le hace mucho daño a las instituciones
democráticas", declaró, tras señalar que es urgente
el establecimiento de una comisión de la verdad que investigue la
violencia política. "Estamos en un momento crítico", aseguró.
En cuanto a una salida electoral, Gaviria dijo que ambas
partes acordaron dar el jueves propuestas concretas. "Yo creo que esta
puede ser una etapa importante de este proceso", comentó.
El temor a que se agudice la violencia causó alarma
a escala internacional, en especial en Estados Unidos, que ha visto interrumpidas
sus importaciones petroleras desde Venezuela.
El Departamento de Estado exhortó hoy a ambos lados
a evitar la violencia y buscar una solución negociada a la crisis.
Canadá y Alemania, por su parte, pidieron a sus
ciudadanos no viajar a Venezuela debido al deterioro político y
la situación de inseguridad.
En tanto, los principales sindicatos bancarios amenazaron
hoy con reforzar la protesta con una paralización total de la banca
por 48 horas. Desde los primeros días del paro, las instituciones
financieras han trabajado a media jornada.
El banco de inversión Merrill Lynch, que el lunes
recortó la posición en bonos de Venezuela en su cartera modelo,
mencionó que el paro ya le ha costado a la economía del país
de 2 mil millones a 3 mil millones de dólares, incluso calculó
una contracción económica de 9.2 por ciento en 2002, en parte
debido a la prolongada protesta.
El "paro cívico nacional" promovido por empresarios
y sindicalistas redujo a índices mínimos la producción
y exportación de crudo, y golpeó el abastecimiento interno.
No obstante, el ministro de Energía, Rafael Ramírez,
declaró a la estatal Venezolana de Televisión que "tenemos
control de la industria. Estamos restableciendo la normalidad rápidamente
porque esos ingresos petroleros los necesita toda la sociedad".
Ramírez agregó que hay progresos para romper
el "bloqueo" en las exportaciones de crudo del país.
Chávez reiteró ayer que está tomando
y tomará todas las medidas necesarias para reactivar las operaciones
de PDVSA, de la que ha despedido a más de un centenar de gerentes
adheridos a la protesta.
El mandatario también ha militarizado instalaciones
y buques cisternas de la petrolera afectados por el paro.
La "transición" de PDVSA se enfocará en
las operaciones y en la simplificación de la "excesiva" burocracia,
con el probable cierre de algunas oficinas donde el ausentismo por el paro
promedia 80 por ciento, explicó Ramírez.
A su vez, el presidente de PDVSA, Alí Rodríguez,
acusó a "un grupo importante de dirigentes" de haber "saboteado"
la empresa estatal y de haber obligado a la mayoría de los empleados
a sumarse al paro "mediante el chantaje", en una entrevista que publicará
el martes el diario francés La Croix.
"No se puede calificar de huelga la crisis actual", declaró
Rodríguez. "Una huelga es un paro motivado por reivindicaciones
salariales. En el caso de Petróleos de Venezuela, se trata más
bien de acciones llevadas a cabo por un grupo importante de dirigentes
de la empresa para sabotearla", aseguró.
Rodríguez afirmó, sin embargo, que la situación
se está normalizando en la empresa. "Producimos actualmente 600
mil barriles diarios. Cuando termine la semana, alcanzaremos el millón",
estimó el funcionario.
Empero, el líder de la huelga petrolera, Juan Fernández,
desmintió hoy afirmaciones de Chávez sobre la situación
petrolera del país, según las cuales se están exportando
1.5 millones de barriles diarios desde el inicio del conflicto, sobre una
producción normal de 3 millones 280 mil barriles al día.
El líder del movimiento Gente Petróleo señaló
que el país dejó de producir 3 millones de barriles diarios
desde el inicio del conflicto, mientras que las exportaciones alcanzaron
cerca de 10 por ciento.
En tanto, el jefe del ejército venezolano, Julio
García Montoya, consideró que la crisis política debe
ser resuelta por los políticos y que la institución no intervendrá
para orquestar un golpe contra el presidente Chávez.
El problema "es eminentemente político y dentro
de un sistema democrático como el venezolano hay siempre salidas
políticas, no veo por qué hay necesidad de estar pensando
en la posibilidad de que tengan que intervenir las fuerzas armadas", señaló.