Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 6 de enero de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Deportes

šQué belleza en los tendidos!

Micrófonos afónicos y toros ciegos

LUMBRERA CHICO

De acuerdo con el Reglamento Taurino del Distrito Federal, ningún matador podrá anunciar un toro de regalo una vez que haya concluido el segundo tercio del último del encierro. Hace tres domingos, a petición del público, Jorge Gutiérrez observó esa disposición para obsequiar un séptimo cajón en la octava corrida y lo mismo hizo ayer Manolo Mejía en el límite previsto por la ley. Pero cuando el gordo ex maestrito alborotó a los tendidos lanceando a su tercer enemigo de la tarde, Marcial Herce corrió a los medios, alzó el dedito y violando la norma vigente informó que pagaría otro bovino, hecho que al instante emuló el albaceteño Antón Cortés, desatando una ovación generalizada.

Tomado por sorpresa, el juez Eduardo Delgado se puso de pie, empuñó el micrófono y dijo que los toros de Herce y Cortés no saldrían debido a la prohibición reglamentaria. Sin embargo, el micrófono estaba apagado y nadie escuchó su sentencia. Mientras sus ayudantes encendían el equipo, Mejía culminó su grotesca faena y se dispuso a matar. Ya se había perfilado con la toledana cuando un técnico dijo: "ƑBueno? ƑBueno?" Y esto sí se oyó hasta en las taquerías aledañas, acarreando una rechifla contra el "magistrado", porque además el gordo ex maestrito pinchó en hueso por la supuesta distracción.

Dos mejiístas coléricos subieron al palco de la autoridad e insultaron a Delgado hasta desgañitarse. El juez, que no había tenido la culpa, soportó la andanada sin alterarse, pero reparó en que muchos periodistas lo acosaban con una sola pregunta: "ƑPermitirá los dos regalos aunque se viole el reglamento?". Digno, su señoría respondió: "Voy a emitir un comunicado". Y cuando Mejía terminó de dar su pueblerina vuelta al ruedo, el togado cogió el micrófono por segunda vez y expresó todo lo contrario de lo que había determinado, inaudiblemente, la primera.

En esta nueva oportunidad, por desgracia, tampoco se le entendió media palabra. La pésima acústica de la Monumental Plaza Muerta desnaturalizó su veredicto. Sólo fue captada su última frase: "Los toros saldrán, pero debo asentar que es contra el reglamento". Un minuto después el octavo de la tarde -ya era noche- saltó a la arena con graves problemas de ceguera a corta distancia y le dio una aterradora paliza a Herce, prendiéndolo por el abdomen y azotándolo contra el piso, mientras en barrera de primera fila de sombra la mujer más maja que haya pisado la Monumental Plaza Muerta en 2003, una morena de abundante melena trigueña, vestida con una primorosa camisa de torera, gritaba de espanto y lucía dispuesta a saltar al redondel para auxiliar a su vapuleado hermano, a quien el marrajo de Rancho Seco no abrió en canal debido a que estaba despuntado, que si no...

ƑPara qué sirve el reglamento? Quién sabe. El miércoles pasado, en la Monumental Plaza Mérida, el juez Eduardo Alvarez se emborrachó en el biombo y concedió nueve orejas y cuatro rabos a Pablo Hermoso de Mendoza y Rodrigo Santos, en una corrida en la que no hubo un ápice de seriedad pero las entradas costaban como en Las Ventas.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año