Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 6 de enero de 2003
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Cultura
El estudio de su obra, más emocional que científico

Giordano Bruno, autor despreciado: expertos

Un libro editado por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM recupera las ideas del pensador italiano

MONICA MATEOS-VEGA

Acerca de la filosofía de Giordano Bruno (1548-1600) existen diversos puntos de vista. Hay quienes reclaman la falta generalizada de reconocimiento al pensador italiano que inquietó a sus contemporáneos con sus ideas, y quienes consideran que el estudio de su obra está impregnado más por un tono emocional que científico.

Todas las opiniones en torno al autor de Los heroicos furores que convergieron en el simposio Giordano Bruno 1600-2000, organizado hace dos años por el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM con motivo del cuarto centenario de la ejecución del filósofo italiano, conforman ahora un libro que incluye trabajos que acuden a fuentes renacentistas.

El volumen fue coordinado por Laura Benítez y José Antonio Robles, quienes señalan en el prólogo que el texto de Bruno más citado por los investigadores compilados es el De la causa, principio y uno, "y el menos familiar, tal vez por encontrarse en su obra latina, es el De triplici minimo. Esta situación es indicativa de que hace falta una importante labor de rescate e indagación que nos permita entender mejor las propuestas brunianas y la índole del rechazo de sus detractores".

En las páginas de Giordano Bruno. 1600-2000 (editado este año por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM) se presenta un ensayo de Ramón G. Mendoza que buscan desentrañar el concepto de intellectus universalis de Bruno, además, se contrasta el pensamiento del filósofo nacido en Nola con el de Spinoza, Leibniz, los atomistas de inicios del siglo XVII y Descartes.

Junto a los temas de filosofía natural, añaden Benítez y Robles, no puede faltar el de la magia en Bruno, "aspecto tan característico como debatido del pensamiento renacentista".

En el texto Frantasía, imaginación y vínculos mágicos en Giordano Bruno, el académico Ernesto Priani Saisó anota que Bruno consideraba: "todos los poderes mágicos, activos y pasivos, y sus especies, dependen de los vínculos mágicos".

En esta afirmación, añade Priani, "el énfasis no está puesto en el control de los poderes de la magia, los instrumentos que los magos utilizan para hacer sus encantamientos, sino en los vínculos.

"Los vínculos se presentan como momentos específicos dentro del flujo del tiempo, que hacen de la magia no un dominio sobre las fuerzas físicas, espirituales o divinas, sino la capacidad de percibir y reconocer la naturaleza de esas conjunciones".

Al respecto, Bruno escrine en De vinculiis in genere: "Incluso un estúpido y romo de pensamiento puede ver la belleza de las cosas naturales y artificiales, aunque no pueda, al mismo tiempo, asir y admirar el talento que ha generado todas las cosas. Para él, 'las estrellas no hablan de la gloria de dos'".

Giordano Bruno nació en plena etapa de madurez del Renacimiento. Diversos filósofos afirman que ningún otro pensador de la época expresó realidades contrapuestas como Bruno. "En algunos aspectos (sus ideas) conservan todavía rasgos medievales, mientras que en otros es plenamente moderno, más aún, revolucionario".

En Bruno, agregan, "estamos ya ante un nuevo sistema filosófico con fuertes bases argumentativas y empíricas, capaces de sustituir, como en efecto ocurrirá, las concepciones aristotélicas y aristotélico-tomista como sustento filosófico general, como estructura de soporte de la filosofía y la ciencia modernas".

Pero la libertad de pensamiento que Bruno expresó tuvo un precio. Su independencia de criterio y su franqueza de palabra, aunadas a su fama de mago, "se convirtieron en una fórmula explosiva que no pudo controlar la disciplina concentual".

Después de haberse doctorado (1572) y de dos procesos dentro del convento, bruno huyó a Roma (1576) y luego al norte de Italia, comenzando así un largo peregrinaje que no paró hasta su encarcelamiento (1592) en Venecia y luego de nuevo en Roma.

Giordano Bruno fue ejecutado el 17 de febrero de 1600 en la plaza romana de Campo di Fiori.

Mauricio Schoijet concluye: "Bruno fue un personaje de gran audacia intelectual y política, que mostró un gran valor al desafiar a los poderes dominantes en su época, y una gran entereza frente a la persecución.

"La recuperación de las dimensiones de su figura debemos hacerla fundamentalmente dentro del contexto de los discursos, las preocupaciones y las luchas de su tiempo y no como parte de una visión teleológica centrada en el presente.''

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