Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 6 de enero de 2003
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Desde temprano comenzaron los recorridos de los niños por la Alameda Central

Angustia a los padres el gasto de Reyes

Algunos pequeños se quejaron de que Santa no les trajo lo que querían

JOSEFINA QUINTERO MORALES

compras_reyes_rg1El trajín empezó temprano en la Alameda Central. Esta vez Melchor, Gaspar y Baltazar duplicaron sus ganancias, pues las placas de los fotógrafos se fueron al doble por la demanda de los niños.

A diferencia de la Nochebuena, desde muy temprano empezaron los recorridos de los pequeños, en compañía de sus padres, por la Alameda Central. Antes de mediodía la avenida Juárez estaba ya abarrotada de globeros, quienes no tardaron en aprovechar la ansiedad de los pequeños para aumentar sus precios.

Los Reyes Magos ayer se desvelaron y aparecieron muy temprano. Incluso hubo quienes auguraron un buen día y decidieron pasar la noche en el stand, lo cual les benefició, pues cerca de las 4 de la tarde Hugo Ramírez, fotógrafo, ya rebasaba las 100 placas tomadas.

La entrada al corredor de la avenida donde se apostaban los Reyes Magos se identificaba por los puestos ambulantes; el olor a manteca se combinaba con el caramelo de las nueces garapiñadas. Sin embargo, pocos lo percibían y desgustaron un algodón de dulce.

Juan González, de 28 años, recuerda el 6 de enero como el día más esperado de su vida. A pesar de que sus padres lo llevaban a darle la carta a los reyes de la alameda, "nunca me traían lo que yo pedía, pero es algo que me daba mucha ilusión".

Su hijo Juanito, de cinco años, entregó la carta a Melchor, y le dijo: "por favor tú no me hagas lo mismo que Santaclós, porque no me gusta la ropa; en lugar del suéter que me trajo yo prefiero a Megazor".

Para aumentar las ganancias, los reyes también vendían globos, y cada carta que entregaban los niños significaban 10 pesos más, así que en total pagaban 60 por un globo, un calendario de 2003 y la fotografía con Melchor, Gaspar y Baltazar.

Arturo Hernández, de seis años, miraba y miraba a los reyes, pues el pequeño no podía entender cómo Santaclós les había prestado su trineo. "Dicen que sólo Santa viaja en el trineo, entonces ¿por qué se los prestó a los reyes y cómo se regresó al Polo Norte?". De inmediato imaginó que uno de los tres se lo transeó.

Para Martha Vázquez, quien hace poco intentó pasar de mojada a Estados Unidos, su preocupación era la enorme lista que Armando, su hijo de siete años, escribió a los reyes. "Todo lo que tenía se lo pagué al pollero que me iba a pasar al otro lado, pero me quitó el dinero y me abandonó en el desierto. Con trabajos me regresé. Espero que con ver a los Reyes y un carrito que le compre se conforme", platicaba angustiada.

Esta vez no habrá reclamos, comentó Francisco, quien cambió el traje rojo de Santaclós por el atuendo de Melchor. "Después del 26 de diciembre los niños llegan a quejarse de Santaclós porque no les trajo lo que ellos pidieron. Son enojos y reclamos hasta que pasa el Año Nuevo".

Así, a partir de mañana nuevamente podrán circular por los dos carriles de avenida Juárez los automovilistas de la ciudad, pues los Reyes Magos desalojan hoy la Alameda Central. 

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