CHIAPAS: NECESIDAD DE PAZ Y DE CAMBIO EN LA COCOPA
Los
hechos son tozudos. Es evidente que subsisten el problema planteado por
la existencia de un grupo guerrillero con vasto apoyo civil, y el de los
municipios chiapanecos que no reconocen otra autoridad que la del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Es más, la decisión
de los zapatistas de desconocer al senador Luis H. Alvarez, del Partido
Acción Nacional, como mediador en la búsqueda de la paz en
el estado, vacía de sentido y de contenido las gestiones del parlamentario
político, ya que, obviamente, para poder mediar hay que contar con
la aceptación de ambas partes en conflicto.
Este hecho, y la decisión indígena de practicar
directamente la autonomía rechazada por el gobierno de Ernesto Zedillo
y por el de Vicente Fox, plantean nuevas condiciones para el trabajo de
la Cocopa (Comisión para la Conciliación y la Paz en Chiapas),
que debe renovar sus propuestas al EZLN, sus métodos de negociación
y sus fines mismos.
Es obvio, para quien sepa ver, que el EZLN descarta ahora
una negociación encabezada por Luis H. Alvarez y por el gobierno
foxista y que la decisión de practicar la autonomía que la
ley antindígena aprobada recientemente por las cámaras y
por la Suprema Corte de Justicia les niega es un paso más en la
construcción de órganos de autogestión y de la autodeterminación
de los indígenas de todo el país frente al gobierno estatal
y federal. Es decir, es una disputa en los hechos de cuáles deben
ser las bases de la democracia y de la ciudadanía, y se opone a
la visión formal de ambos conceptos que tienen muchos políticos
y leguleyos, los cuales rechazan la democracia directa a pesar de que,
por ejemplo, figura en la legislación canadiense sobre los pueblos
originarios.
No se puede fingir que el EZLN no existe y que todo sigue
como hace unos meses. La manifestación de 20 mil indígenas
en San Cristóbal, armados simbólicamente con machetes, demuestra
un apoyo importante a la organización zapatista y, al mismo tiempo,
una gran capacidad logística que le permitió concentrar tanta
gente, proveniente de municipios y comunidades diferentes, en un lapso
muy breve, así como también un alto grado de disciplina,
ya que dicha manifestación fue una sorpresa para todos menos para
sus organizadores.
Si los partidos quieren recuperar algo de la credibilidad
perdida ante los indígenas de Chiapas y de todo el país,
y las instituciones parlamentarias desean desempañar un papel propio,
diferenciado del Poder Ejecutivo, en la búsqueda de la paz en Chiapas,
es urgente que renueven y actualicen políticamente la Cocopa y que
hagan comprender al gobierno federal que no es buena política presentar
como mediador a una persona a quien sólo reconoce una de las partes.