Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 5 de enero de 2003
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Cultura
Luis Cabrera escribió un libro sobre la relación entre ellos

''Puede haber filosofía alienada y cine pensante''

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

La separación tajante entre cine y filosofía, y la concepción del primero sólo como materia de diversión y de la segunda como actividad racional, debe ser reconsiderada, afirma el filósofo argentino Luis Cabrera, quien en su libro Cine: cien años de filosofía (Gedisa) analiza las películas con base en categorías filosóficas, sin importar el director, la calidad o el género de los filmes.

Autor de Proyecto de ética negativa y Crítica de la moral afirmativa, Cabrera señala: "la filosofía puede ser entretenida, inclusive alienada, y el cine puede pensar. Hay filósofos que transmiten visiones empobrecedoras de la realidad y cineastas que transmiten una imagen crítica y renovadora de lo real", aunque reconoce que "el cine puede ser tomado también sólo como entretenimiento y como una manera de ganar dinero, como el de Hollywood".

La propuesta es leer las películas, aun las más comerciales, "de una manera filosófica, con lo cual uno les proyecta categorías que no están intencionalmente colocadas en la película: cuando Eastwood filma Unforgiven no se plantea de manera intencional todo lo que yo digo en el libro sobre esa película.

''Creo que las películas, inclusive la más aparentemente triviales o comerciales, pueden ser leídas filosóficamente; no quiere decir que se puedan tomar como un objeto de diversión y leerlas y aprovecharlas en ese nivel también, pero debemos ser críticos respecto de esa distinción tajante de que la filosofía es racional y crítica y de que el cine es sólo diversión".

Explica que la presencia de diálogos filosóficos no significa que la cinta tenga ese carácter; éste se da a través de las imágenes: "No importa el diálogo o los efectos, sino todo lo que la cámara muestra, la manera de dirigir a los actores, los enfoques, los trucos, el montaje y los efectos; también la luz, la iluminación, la música. Todo eso es lo hace filosófica una película, y creo que si un cineasta, un director, puede ser profundo, lo va a ser visualmente''.

Sin embargo, precisa, para que un filme pueda ser analizado a partir de categorías filosóficas es necesario no dejar a un lado el aspecto afectivo. Para ello emplea el concepto logopatía: ''una racionalidad que es lógica y afectiva al mismo tiempo", de acuerdo con la definición que aparece en el prefacio.

''Uno podría pensar por ejemplo en Tarkovski o Ingmar Bergman como directores muy filosóficos, y en Spielberg y Clint Eastwood como directores comerciales, pero creo que la filosofía puede estar presente en cualquier película. Esto diluye un poco la idea de directores filosóficos o de directores menos filosóficos", aunque sí plantea la existencia de filósofos cinematográficos como pueden serlo Schopenhauer, Kierkegaard, Heidegger o Nietzsche.

Un aspecto importante, añade, es que aun cuando la intención sea interpretar una película filosóficamente, el espectador debe tener una dimensión de su sensibilidad que se entregue totalmente al filme. "Porque si se queda distanciado de la película tomándola sólo como un objeto, no va a salir nada. Ese es precisamente la importancia de la noción de logopatía, que exige que al mismo tiempo se reciba el impacto emocional de la película y a través de él se vea la significación filosófica que tiene, no la vas a transformar en un objeto muerto que no va a decir nada.''

Cabrera subraya: "no hago un análisis estético de las películas, no digo si son buenas o malas, no me interesa la crítica estética, pero claro que para que el impacto logopático se produzca tiene que ser una película bien hecha, sea por un gran director con gran experiencia o con alguno que hace su primera cinta. Cualquier género también puede dar ideas filosóficas".

Un ejemplo de esto es el trabajo de Steven Spielberg La lista de Schindler, considerada su cinta más lograda desde el punto de vista intelectual. Pero "si Spielberg es profundo es a través de las imágenes y no a través de los personajes". Filmes como Tiburón o Jurassic Park tienen más categorías filosóficas, por ejemplo la relación del hombre con la naturaleza y con el peligro, que La lista de Schindler.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año