José Antonio Rojas Nieto
El difícil y delicado año de 2003
El año 2003 seguirá siendo difícil y delicado. La desintoxicación productiva y financiera de la economía estadunidense -a la que para bien y para mal ya estamos íntimamente ligados-, no ha concluido. Se estiman no menos de 10 meses más para ello, siempre y cuando la estúpida guerra que ya promueven los petroleros y fabricantes de armas que controlan hoy el gobierno del vecino país no profundice los problemas.
Luego de más de 10 años de crecimiento continuo, se han registrado más de 40 meses de dificultades y casi 20 de paralización del principal índice, el Dow Jones, expresión de las dificultades que atraviesan 30 empresas industriales representativas del movimiento productivo. También, desde hace 20 meses, reflejan dificultades los índices de producción industrial y de capacidad industrial utilizada.
El análisis de sus trayectorias permite pensar que, efectivamente, la recuperación será muy lenta. Se trata de relanzar a una economía que -como hace mucho no lo hacía- arribó a una tasa de desempleo abierto del orden de 6 por ciento que, lamentablemente, también representa pobreza y miseria en el vecino país. Increíble, Ƒno? Bueno, pues en diciembre pasado se cumplieron 30 meses de registrarse un nivel de producción industrial menor al más alto logrado en junio de 2000, 20 meses después de que ya la economía estadunidense había arrojado los primeros signos de dificultades.
A este respecto, por cierto, todavía hoy se debate intensamente si esos signos no sólo fueron ignorados, sino en parte ocultados y manipulados, para abrir una fase de casi 20 meses de crecimiento relativamente artificial, cuyos efectos -por ello mismo, se asegura- hoy son más drásticos y violentos por la gran retracción.
Así lo muestran tanto la baja de 7 por ciento a la que llegó la producción industrial en diciembre de 2001 respecto al máximo de junio de 2000, como también el hecho de que luego de un año de dificultades, esa caída no ha sido superada.
En términos de la capacidad industrial utilizada, el descenso se manifiesta en una tasa negativa de 10 puntos porcentuales en el mismo mes de diciembre de 2001, en relación con el nivel máximo de utilización del orden de 83.9 por ciento, en este caso registrado en noviembre de 1998.
Se trata del comportamiento inmanipulable de tres índices -Dow Jones, producción industrial y capacidad utilizada-, que ha hecho decir a muchos especialistas que el nuevo arribo a esos niveles máximos no se logrará en menos de nueve o 10 meses. Pero también que pudieran ser más, si el proceso de desintoxicación no se completa. Y parte de la desintoxicación es legal y política, como muestran las pesquisas que sobre los movimientos y las contabilidades de Wall Street de los últimos años aún realizan las autoridades regulatorias, las cuales se esfuerzan por salvar a ese importante centro financiero mundial del desprestigio reciente que lo afecta.
En este contexto, Ƒqué podemos esperar del consumo y del precio del petróleo para este 2003? Para responder esto hay que recordar que, no obstante su recesión y sus dificultades para abrir su nuevo ciclo, la economía que proporciona la quinta parte del producto mundial que se contabiliza sigue requiriendo la cuarta parte del consumo mundial de crudo, es decir, un promedio diario cercano a 20 millones de barriles.
Se trata de un alto consumo y una creciente dependencia de importaciones que, salvo coyunturas muy delimitadas de ataque al precio, como la de 1998, que impide que las cotizaciones desciendan. En 2001, por cierto, su demanda de petróleo sólo cayó medio punto y el precio del referente West Texas Intermediate no bajó de los 26 dólares por barril; en 2002 subió medio punto y los precios promedios prácticamente fueron los mismos que en 2001, y si se concreta el crecimiento de dos puntos porcentuales en la demanda de crudo para 2003 (entre 1991 y 2000 su demanda anual creció arriba de esos dos puntos porcentuales) no se prevé baja sustantiva de precios este año. Tampoco, por cierto, que permanezcan en los alto niveles de hoy, más vinculados con los problemas de Venezuela que a la amenaza de guerra, cuyo sobreprecio se prevé en unas semanas más.
Para imaginar un poco más qué puede pasar con los precio del crudo este año, no hay que olvidar que en diciembre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) aceptó elevar sus cuotas a partir del primer día de este año; y que, además, ratificó su mecanismo de ajuste de producción: elevar su producción en 500 mil barriles cuando durante 20 días comerciales el precio promedio de su canasta (Arabe Ligero, Bonny ligero, Dubai, Istmo, Minas, Mezcla del Sáhara, Ligero Tía Juana) sobrepase los 28 dólares y disminuirla en ese mismo volumen cuando descienda por debajo de los 22 dólares por barril, también 20 días comerciales. En estos momentos, por cierto, la canasta OPEP lleva 13 días (comerciales) por encima de los 28 dólares.
Todo hace pensar, pues, en un año muy difícil pero con precios de crudo relativamente estables, a pesar de los vaivenes que ya se registran por el conflicto en Venezuela y la esperada guerra contra Irak. Ya lo veremos.
NB. Mi solidaridad con la lucha de los trabajadores de CNI Canal 40 para que, efectivamente, se haga justicia. Necesitamos sus esfuerzos periodísticos críticos, como el del programa Sinergia, orientado al análisis de las cuestiones energéticas tan importantes para México.
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