NOVENO ANIVERSARIO DEL ALZAMIENTO ZAPATISTA
La ONG internacional critica la falta de acción oficial para resolver el conflicto
Alerta Sipaz sobre repercusión del TLCAN en Chiapas
ALMA E. MUÑOZ
Los conflictos en Chiapas persisten a nueve años del levantamiento zapatista, sostiene el Servicio Internacional para la Paz (Sipaz). En su informe más reciente sobre esa entidad, la coalición de agrupaciones defensoras de derechos humanos de todo el mundo critica la falta de acción oficial para detener las ofensivas, se refiere a la lista de asesinatos de dirigentes civiles e indígenas y a los enfrentamientos entre fieles religiosos, así como a la pretensión gubernamental de desalojar Montes Azules y la puesta en marcha del Plan Puebla-Panamá (PPP).
Considera que el conflicto "entró en una nueva etapa" después de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación validó la reforma constitucional en materia indígena, y alerta sobre las repercusiones que traerá a este escenario la entrada en vigor del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Para Sipaz la violencia en Chiapas es recurrente. Lo mismo cita la impunidad de los autores intelectuales de la matanza de Acteal, ocurrida hace cinco años, que el asesinato de varios dirigentes civiles, hace sólo cuatro meses, sin que hasta el momento las investigaciones hayan "arrojado ninguna luz sobre los hechos" y los acusados sigan prófugos.
Relata en su informe que en este caso como en el de la existencia de paramilitares las versiones son contradictorias, aunque permean las interpretaciones de analistas cercanos al gobierno -no menciona nombres- respecto a que "se trataría de acciones del priísmo local (en el asunto de los paramilitares) que buscan desestabilizar al gobierno de Pablo Salazar Mendiguchía para recuperar espacio político en este año electoral".
En un principio, "las organizaciones sociales y de oposición se inclinaron por explicar los hechos en el marco de la estrategia federal para desalojar a las comunidades asentadas en la codiciada y rica zona de la biosfera de Montes Azules. Posteriormente, muchos coincidieron en interpretar las agresiones hacia los zapatistas, así como el incremento de la presencia militar pocos días antes, como una forma de probar la intención de respuesta militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, poco antes del fallo de la SCJN".
El organismo alerta que más allá de la existencia o no de una estrategia política planificada, lo indiscutible es que en el estado persiste un "contexto de alta tensión, en un conflicto que no se procesa ni se resuelve y que lleva a interpretar las acciones de los actores (tanto gobierno como zapatistas) desde una lógica de guerra".
La lista de Sipaz sobre la violencia registrada en Chiapas es amplia. Lo mismo habla de los enfrentamientos entre evangélicos y católicos tradicionalistas en San Juan Chamula y la insistencia judicial de atribuirlos más a disputas por el control político entre caciques que a intolerancia religiosa.
Más aún, lamenta que, pese al ofrecimiento de campaña del presidente Vicente Fox Quesada de resolver el conflicto chiapaneco, hable -como lo hizo en su más reciente gira por Europa- de una supuesta paz en la entidad.