Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 31 de diciembre de 2002
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Política
Si el gobierno no hace nada, la porcicultura desaparecerá en 10 meses, dice empresario

Productores pecuarios abandonarían la actividad si el foxismo no los apoya

Los avicultores, decididos a "pelear por su pedazo de pastel, interna y externamente"

MATILDE PEREZ U.

A partir de 2003 la historia comercial para el sector agropecuario dará un vuelco inclusive para los productores pecuarios, considerados puntal económico en el ámbito rural. "Hay que tomar decisiones drásticas en nuestra casa, aun la de salirnos del negocio, porque la competencia es en serio y si no tenemos capacidad para ganar, mejor hay que poner término a la actividad", asume César de Anda, presidente de la Unión Nacional de Avicultores (UNA).

Las decisiones tienen que tomarse a tiempo, porque el entorno para los agroempresarios es complicado y difícil, pero no hay que dejar de voltear al exterior, asienta el líder de esa industria que nació en 1920, cuando las granjas contaban con parvadas de apenas 3 mil aves. Los nietos de esos granjeros, convertidos hoy en empresarios, están decididos a "pelear por su pedazo de pastel, interna y externamente". Por eso cabildearon ampliamente con los empresarios avícolas de Estados Unidos dentro de la NAFTA Egg and Poultry Partnership (Asociación de PPolló y Huevo del TLCAN) para convencerlos de los beneficios que a ambas partes traerá una salvaguarda bilateral y que analiza la Secretaría de Economía.

pastores_ganadoMientras, los porcicultores fincan su esperanza de sobrevivencia y crecimiento en una enmienda del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), porque "el esquema de desgravación no se llevó en 10 años sino en nueve, y si el gobierno mexicano no hace nada, la porcicultura desaparecerá en un plazo de entre ocho y 10 meses", explica Enrique Domínguez Lucero, director de la Confederación de Porcicultores Mexicanos.

La porcicultura moderna o intensiva, iniciada en la década de los 60, cuando contaba con una piara de 6 millones, y que en la década de los 80 sorteó las crisis económicas nacionales mediante la integración -producen su material genético, elaboran sus alimentos balanceados, poseen rastros y plantas para producir carne de canal, cortes y embutidos-, y los cambios en las formas de producir, está hoy en el patíbulo del TLCAN.

"Apostamos a que la administración foxista actúe, establezca los mecanismos de apoyo internos y ponga una tapadera sanitaria a las importaciones de productos y subproductos que, consideramos, en 35 por ciento no cumplen con las normas de calidad del país de origen y por eso llegan al mercado mexicano a precios depredatorios", abunda Domínguez Lucero.

Pero -advierte- si "por descuido no fluyen esos apoyos, los porcicultores llegaremos a las actuaciones de tipo legal y judicial, y si no queda otro recurso, en su momento se decidirán las acciones. No queremos ser problema ni que nos vean como tal; aspiramos y demandamos que nos vean como acervo del desarrollo del campo; las 315 mil toneladas que se importan las podemos producir aquí; tenemos un programa de inversión para producir en 10 años la calidad de carne que demandan los consumidores".

El panorama no es mejor para los productores de carne de bovino. Juan Barrio, presidente de la Asociación Mexicana de Engordadores de Bovinos, asegura que los ganaderos y engordadores luchan por recuperar terreno en el mercado interno, de donde han sido desplazados por el incremento de las importaciones de productos cárnicos a precios de dumping. "No tememos a la competencia externa, inclusive estamos conscientes de que nuestra oportunidad está en la calidad que ofrece el producto nacional."

Desde 1996, las importaciones de carne de bovino (en canal) se incrementaron en 300 por ciento; en 2001 llegaron a 539 mil 823
toneladas; durante ese periodo tuvieron un crecimiento anual de 34 por ciento. Durante los mismos años las importaciones de carne deshuesada mostraron un ritmo de crecimiento más acelerado, con 475 por ciento, para llegar a 469 mil 950 toneladas; las operaciones de compras externas de carne sin deshuesar subieron 130 por ciento y llegaron en 2001 a 27 mil 524 toneladas. "La cifra es alarmante, sobre todo si se toma en cuenta que el volumen total de importaciones de ganado y carne durante 1999 fue de apenas 413 mil toneladas", señala Barrio.

En 1994 -puntualiza-, al comenzar el TLCAN, 17 por ciento del consumo nacional de la carne de bovino (16.9 kilogramos per cápita anual) provenía del exterior, pero entre 1996 y 2001 las importaciones se incrementaron en 295 por ciento, llegando a representar 37 por ciento del total de la carne que se consume en el país (21 kilogramos per cápita).

César de Anda, presidente de la UNA, sostiene que los industriales de la avicultura -31 empresas principales, de las cuales tres tienen 52 por ciento de la producción de pollo y siete participan con 40 por ciento de la producción de huevo- "no buscamos cerrar la cortina (del TLCAN) ni detener las importaciones; queremos que el mercado siga evolucionando y que México continúe insertándose en la economía globalizada, pero que sea en forma ordenada, y por eso la búsqueda de una salvaguarda bilateral para las importaciones de piernas y muslos de pollo".

Según la UNA, hay 946 granjas de pollo de engorda, y entre ellas destacan las ubicadas en Jalisco, Veracruz, Querétaro y Puebla; de las 24 empresas que participan con 91.8 por ciento de la producción nacional de pollo, 23 tienen centros de sacrificio de aves.

El 21 de noviembre de 2002, la Secretaría de Economía publicó en el Diario Oficial el inicio de la investigación para esa salvaguarda, que durante 60 días estará sometida a consulta y opinión; después, durante 45 días el comité técnico de normalización considerará las opiniones, dará a conocer un extracto de ellas y, posteriormente, publicará la norma que será de carácter obligatorio. El proceso podría llevar de seis a 10 meses.

"Vamos a dar el paso para tecnificar desde las granjas de producción hasta el producto final que está en el anaquel, pasando por las plantas TIF (Tipo Inspección Federal) y las de procesamiento de la materia prima; serán productos con mayor valor agregado, diferenciados, con marca y con una promoción dirigida al consumidor; son parte de las 72 acciones que se comprometieron a aplicar los avicultores si se aprueba la salvaguarda, aunque ello implicará mayor concentración", abunda el responsable de la UNA.

Habrá un profundo ajuste competitivo para enfrentar la competencia del exterior, "pero requerimos medidas suficientes para asegurar la sobrevivencia temporal, recuperarnos, reinvertir y reposicionarnos", destaca el presidente de la UNA.

Insiste en que de no aprobarse esa salvaguarda, no habrá futuro para la mayoría de las empresas, y la situación será muy problemática para Bachoco, Interpec, Patsa, Ayvi y Buenaventura, las cinco que constituyen una proporción importante de la producción de pierna y muslo de pollo. La alerta no es banal: la oferta exportable de pierna y muslo de pollo de Estados Unidos en 2001 fue de 2 millones 560 mil 651 toneladas, 37.5 veces superior a la producción mexicana, e incluso superior a la total de pollo entero, que en dicho año fue de 2 millones 66 mil 510 toneladas.

Enrique Robinson Bours, empresario desde hace cinco décadas y fundador de Bachoco, dice que la apertura total en 2003 "es una incertidumbre, son escenarios que tenemos que vivir". Comenta que si es necesario importar pierna y muslo para mantener el balance de la empresa se hará, aunque, acepta, eso repercutirá en la permanencia del productor. "En esta competencia feroz, los industriales no debemos espantarnos sino producir con costos competitivos a escala internacional, los escenarios dependen del mercado."

Bachoco se prepara para crecer 5 por ciento anualmente; no hay comparación con el ritmo de 20 por ciento que sostuvo desde la década de los años 70 hasta mediados de los 80, y que se ajustó a 15 o 20 por ciento entre 1990 y 2000. "El reto de la empresa es desarrollar más el mercado interno ofreciendo productos de mayor valor agregado, porque las amas de casa ya no quieren pasar tanto tiempo en la cocina", sostiene.

Para el director general de Pilgrims México, Alejandro Mann, en 2003 aumentará el consumo. "La demanda crecerá en 5 por ciento anual, es decir, un kilo per cápita anual, pero todavía estaremos alejados de los 40 kilos de los estadunidenses." Para esa subsidiaria de la firma de Estados Unidos, la perspectiva de apertura no le preocupa, ya que el valor de venta en 2001 fue de 270 millones de dólares, con un volumen de 50 mil toneladas, y sostiene sus planes de expansión, por lo que buscará posicionarse en Puebla y otros estados.

Habla de la posibilidad de que Pilgrims importe pierna y muslo, pero considera que la sustitución de la producción nacional de éstos no superará 30 por ciento durante los próximos años. "El beneficio de la importación es para el consumidor final, porque hay mayor disponibilidad de producto, y en el caso de la industria, puede ofertarlo entre 20 o 30 por ciento más barato."

Pilgrims México llega a 80 por ciento de la población, y a la fecha no está presente en Baja California, Baja California Sur, Sonora, Sinaloa y Durango. Es la segunda industria después de Bachoco, la cual -de acuerdo con Mann- tiene 36 por ciento del mercado mexicano, mientras que Pilgrims apenas llega a 14 por ciento, aunque tiene sólo 15 años en el país.

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