Atentado en una plaza de toros de Meta; 11 heridos
Entra en operación nueva fuerza de elite contra
la guerrilla en Bogotá
DPA Y AFP
Santafe de Bogota, 15 de diciembre. Una fuerza
de elite empezó a operar hoy en la capital colombiana como parte
de las medidas que adoptó el gobierno del presidente Alvaro Uribe
para neutralizar a la guerrilla, las cuales incluyen el pago de millonarias
recompensas y restricciones a la movilidad de las personas dentro de la
ciudad, informaron las autoridades.
Horas después, al menos 11 personas resultaron
heridas al estallar una granada lanzada por presuntos rebeldes de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) contra la concurrida plaza de
toros de la localidad de El Castillo, en el suroriental departamento de
Meta, informó el jefe policial de la región, José
Oliveros.
"Hemos creado una estructura de apoyo, que es una fuerza
de tarea permanente", dijo el presidente Uribe a la salida de un consejo
de seguridad encabezado por él y al que también asistieron
la ministra de Defensa, Marta Lucía Ramírez; el alcalde capitalino,
Antanas Mockus; el fiscal, Luis Osorio, y varios jefes militares.
Asimismo,
el mandatario indicó que "esta estructura de apoyo ya comenzó
a trabajar. La determinación es derrotar al terrorismo que está
golpeando a la capital".
El nuevo comando de elite estará integrado por
miembros de la policía, el ejército y la fiscalía,
quienes se encargarán de prevenir ataques dinamiteros, realizar
allanamientos y capturar a sospechosos dentro de la capital.
Por su lado, la ministra Ramírez sostuvo que las
autoridades incrementaron las medidas de seguridad en Santafé de
Bogotá como respuesta a los ataques de las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC) a la ciudad.
"Se recompensará con 80 millones de pesos (unos
30 mil dólares) a quienes brinden información que permita
la captura de los responsables de actos terroristas como el del viernes",
señaló, en alusión al ataque con paquete explosivo
contra el legislador oficialista Hugo Vargas, quien perdió un dedo,
y la explosión de una bomba en céntrico hotel, con saldo
de una treintena de heridos.
Ramírez confirmó la creación de un
fondo de recompensas de mil millones de pesos (360 mil dólares)
con los que se pagará a las ciudades que colaboren, y además
anunció que solicitará a las autoridades de España
y Gran Bretaña su cooperación en la lucha antiterrorista.
El alcalde de Santafé de Bogotá, Antanas
Mockus, precisó a su vez que se aplicaron nuevas medidas de seguridad,
entre ellas la prohibición de portar armas, transporte de cilindros
de gas, las mudanzas durante la noche y a la circulación en motocicletas
con acompañante.
Las autoridades colombianas también afirmaron haber
frustrado atentados que las FARC pretendían cometer en diversos
pueblos campesinos de los departamentos de Cundinamarca (centro, con capital
Bogotá), Casanare, Santander (noreste) y Nariño (suroeste,
fronterizo con Ecuador), al desactivar campos minados e incautarse gran
cantidad de explosivos.
Por otro lado, los testimonios de 13 menores que formaron
parte de un grupo paramilitar (extrema derecha), evidencian la crueldad
con que son entrenados estos niños combatientes, según un
informe publicado este domingo por el diario El Tiempo.
"A mí me dieron una mano de (el cadáver
de) un hombre para que me acostumbrara al olor de la muerte. Nos tocaba
cargarla en el morral hasta que se pudriera", señaló uno
de los menores, de 17 años, de los que fueron entregados por las
paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) a las autoridades como
gesto de buena voluntad. Otro menor, de la misma edad, dijo que tenían
clases donde los adoctrinaban: las "autodefensas son un grupo político,
antisubversivo, que busca la paz del país. Las autodefensas no matan
gente inocente, sólo guerrilleros", le decían.
Según testimonio de otro de los menores, una vez
como castigo le tocó descuartizar a un compañero muerto.
"Esa noche me bañé una y otra vez, pero no podía quitarme
el olor de la sangre".
Los menores fueron acogidos por el estatal Instituto Colombiano
de Bienestar Familiar, donde se unen a otros que desertaron de la guerrilla.
El diario entrevistó igualmente a una joven que perteneció
a las FARC, quien contó que nunca la obligaron a matar, aunque no
sabe si mató a alguien. "Uno no ve qué pasa cuando dispara,
sólo mira las balitas rojas pasar por la cabeza, pero nunca tuve
que matar a nadie con un machete", explicó.
Un estudio presentado recientemente por la Defensoría
del Pueblo, precisó que 85 por ciento de los 7 mil menores combatientes
que existen en el país ingresó de forma voluntaria a los
grupos armados, en el cual ven una oportunidad de vida o de ser valorados,
y sólo 15 por ciento es reclutado forzosamente.