Hay que "volver a explotar todos los géneros periodísticos", señala

Homenaje Nacional de Periodismo Cultural a Armando Ponce

ARTURO GARCIA HERNANDEZ ENVIADO

Guadalajara, Jal., 7 de diciembre. Por primera vez un reportero cultural recibe el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez que desde 1992 se entrega anualmente en el conexto de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. Se trata de Armando Ponce y Padilla -editor cultural de la revista Proceso- cuya trayectoria en el oficio supera las tres décadas.

La vida de Armando Ponce ha estado estrechamente ligada al periodismo: el día que nació (Distrito Federal, 1947), su padre entraba a trabajar a Excélsior. Veinte años después, él mismo daría en ese diario sus primeros pasos dentro del oficio. En 1976 formó parte del grupo de periodistas que salió del diario, después de la maniobra gubernamental que despojó de la dirección a Julio Scherer García.

-Eres el primer reportero cultural que recibe este reconocimiento, Ƒqué lectura le das?

-Que el periodismo cultural informativo ha abierto muchos espacios, se ha impuesto en los diarios, en las revistas, en la televisión mucho menos, lamentablemente, pero también en la radio. Ha conquistado espacios que no tenía. Normalmente el periodismo cultural ha estado identificado con los suplementos más que con el aspecto informativo, pero no es lo mismo el periodismo cultural de un suplemento que el reportero que sale a buscar la noticia alrededor del hecho cultural. En ese sentido es un premio, es un reconocimiento inédito, a una de las vertientes del periodismo cultural, para mí la más genuina, que es el reporteo.

-ƑCuál es tu perspectiva de la evolución del periodismo cultural informativo en diarios y revistas?

-Cuantitativamente es extraordinaria, cualitativamente es muy relativa. Ha habido épocas mejores del periodismo cultural impreso. La aparición de unomásuno, el surgimiento de La Jornada, fueron periodos muy fecundos. Ahora hay que verlo de otra manera, por ejemplo en la repercusión que ha tenido a raíz de la presencia cubana en la FIL. Desde la muerte de Juan Rulfo no se veía un despliegue de la prensa cultural como ahora. Es un fenómeno. A lo mejor la mayoría de los reporteros no están tan bien informados como antes, pero si hay un interés y una repercusión inmediata es porque existen los foros y existen reporteros. Además, los académicos, intelectuales, le tenían desconfianza y ahora tienen prácticamente la necesidad de conseguir voz en los medios.

-ƑEn el desarrollo de tu trayectoria te sientes en deuda con alguien en particular?

-No en deuda, pero sí tuve la suerte de no avanzar solo, sino pertenecer a dos medios, Excélsior y Proceso, que se dieron continuamente. Que fueron libres e independientes. Sin esos medios, el reportero cultural hubiera estado muy desamparado. Esa suerte tuve.

-ƑCuál es el reto tiene por delante el periodismo cultural que se ejerce informativamente?

-Tiene que volver a explotar todos lo géneros periodísticos. Siento que en general hemos abandonado el reportaje. Si consideramos Los indios de México, de Fernando Benítez, que es un reportaje, no ha habido nada después de eso. Estamos muy sobre la noticia, buenas entrevistas, pero falta siempre lo insólito y lo de gran aliento, a veces hay que volver a las grandes entrevistas, a esos grandes reportajes sabrosos, interesantes, oportunos y manejados con todos los recursos que tenemos del periodismo. Se había hecho en algunos momentos y se ha dejado de hacer.