Ofrece disculpas por la invasión de 1990 al emirato

Hussein insta a kuwaitíes a luchar contra cualquier ejército de ocupación

REUTERS Y AFP

Bagdad, 7 de diciembre. El presidente iraquí, Saddam Hussein, pidió este sábado perdón al pueblo kuwaití por la invasión y ocupación del emirato en 1990, y lo instó a luchar contra cualquier ejército de ocupación extranjero.

"Pedimos perdón a Dios por cualquier acto que les haya enojado en el pasado, que nosotros podamos desconocer y sea culpa nuestra, y sobre esta base también les pedimos perdón a ustedes", indicó Hussein en una carta al pueblo kuwaití que fue leída en la televisión estatal iraquí por el ministro de Información, Mohammed Saeed al Sahaf.

"ƑPor qué no se unen los fieles, los devotos y los sagrados guerreros en Kuwait con sus pares de Irak bajo la protección de su creador, en lugar de la protección de Londres o Washington y la entidad sionista, para discutir sus asuntos empezando por la jihad (guerra santa) contra la ocupación de ejércitos infieles?", señaló el comunicado.

Hussein afirmó también que la invasión de Kuwait fue un acto de "legítima defensa" en respuesta a un complot tramado contra Irak, según él, por Estados Unidos con la complicidad de los dirigentes kuwaitíes.

Asimismo, el presidente iraquí acusó a Kuwait de haber robado el petróleo iraquí de los campos fronterizos y de haber inundado el mercado de crudo para provocar una baja en los precios de petróleo, que llegaron a siete dólares por barril. La consecuencia de esto, aseguró Hussein, fue que Irak no tuvo forma de obtener los ingresos que tanto necesitaba para recuperarse de ocho años de guerra con Irán.

En lo que fue la primera reacción oficial del gobierno kuwaití, el ministro de Información, jeque Ahmad al-Fahd al-Sabá, rechazó las disculpas de Hussein y sostuvo: "El mensaje es un intento claro de crear una ruptura entre el pueblo kuwaití y sus dirigentes, que están unidos", en declaraciones a la agencia oficial, Kuna.

El ejército iraquí invadió Kuwait el 2 de agosto de 1990 y ocupó ese territorio durante siete meses antes de ser expulsado a finales de febrero de 1991 por una coalición internacional liderada por Estados Unidos. Desde la invasión, Irak es objeto de un embargo impuesto por Naciones Unidas.