De no corregirse esta situación habrá
más retraso económico, advierten expertos
México requiere negociar cooperación
tecnológica, no sólo comercial: OCDE
El gobierno debe buscar alianzas con la iniciativa
privada y las universidades, aconsejan
CLAUDIA HERRERA BELTRAN ENVIADA
Puerto Vallarta, Jal, 3 de diciembre. Las principales
"debilidades" de México en materia de ciencia y tecnología
son los escasos recursos que el país destina al sector -0.4 por
ciento de su producto interno bruto (PIB)- y que los empresarios aportan
apenas 2 de cada diez pesos invertidos en él, informaron directivos
de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE).
El subdirector del organismo, Herwig Schlogl, consideró
que es un "paso acertado" la decisión del Congreso de la Unión
de que al final del sexenio se invierta 1 por ciento del PIB en ciencia
y tecnología, pero advirtió que este esfuerzo tendrá
que ser compartido tanto por el gobierno como por las universidades y la
iniciativa privada. La mejor estrategia que debe instrumentar un gobierno
para atraer la inversión de las empresas a ciencia y tecnología
-dijo- es otorgando créditos fiscales y promoviendo la creación
de asociaciones entre empresas, universidades y entidades gubernamentales.
Schlogl explicó que la OCDE recomienda al gobierno
mexicano que no solamente negocie acuerdos comerciales, sino también
acuerdos de cooperación con organismos internacionales y con otros
países avanzados para que pueda crear un marco de política
de cooperación entre entidades públicas y privadas que garantice
beneficios mutuos en materia de ciencia y tecnología.
Entrevistado durante un foro internacional que promueve
la cooperación empresa-universidad por conducto de asociaciones
conocidas en inglés como Public and Private Partnership (PPP), Schlogl
dijo que la otra "debilidad" de México es que los empresarios invierten
poco en ciencia y tecnología, por lo que calificó positivo
que el gobierno se haya propuesto incrementar la inversión privada
otorgando incentivos fiscales.
Para cumplir esta meta, indicó, se deberán
crear políticas públicas para que se asocien empresas y universidades
y se hagan acuerdos con entidades internacionales. También es necesario
que se haga uso más eficiente de los recursos públicos para
que haya una "transferencia de tecnología más productiva"
para México.
Señaló que la meta del director del Consejo
Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Jaime Parada, de duplicar
el gasto privado en ciencia y tecnología para que éste represente
40 por ciento del total nacional es buena, aunque no quiso opinar si es
factible que se cumpla en los próximos cuatro años.
Refirió que hace 20 años había países
miembros de la OCDE -como España- que estaban en una situación
similar a la de México en cuanto a la baja inversión empresarial
en proyectos de innovación científica, pero finalmente consiguieron
aumentarla y equilibrar las aportaciones públicas y privadas.
México, el que menos destina a ciencia y tecnología
Daniel Malkin, responsable de la división de ciencia
y tecnología de la OCDE, expuso que el gasto nacional de México
es el más bajo de los 30 países que integran esa organización,
que en promedio dedican más de 2 por ciento de su PIB a estos sectores.
Para el experto, el futuro que enfrentará nuestro
país si no se corrigen estos problemas es que tendrá mayor
retraso económico y perderá competitividad. "Si esta situación
no se resuelve todos van a perder en México."
Al preguntarle a Malkin sobre las críticas que
hacen algunos investigadores mexicanos a las políticas públicas
en el sentido de que están haciendo a un lado la ciencia básica
para promover el desarrollo tecnológico, señaló que
las fronteras entre una y otra actividad se están borrando. Refirió
que en el caso de la biotecnología es cada vez más difícil
distinguir la diferencia entre ciencia pura y aplicación tecnológica.
Lo mismo ocurre con las ciencias de materiales que tienen aplicaciones
en varias industrias y que están a cargo de físicos de alto
nivel.
Aclaró que no es que la OCDE desprecie la ciencia
básica o proponga que sea desmantelada, sino que considera que es
cada vez más difícil definir la división entre los
científicos y los tecnólogos. Indicó que en varios
países de la OCDE está en aumento el financiamiento de las
empresas a las universidades no sólo para que desarrollen tecnología
en beneficio de las industrias, sino también para que cuenten con
centros de excelencia que formen recursos humanos de alto nivel.
Consideró que en países como México
y Brasil se tiene que superar la desconfianza que hay entre empresarios
y científicos para poner en marcha proyectos conjuntos de innovación
tecnológica.
Sin embargo, la tendencia en la mayoría de las
naciones que integran este organismo es que el financiamiento gubernamental
está decreciendo, mientras que los recursos que se someten a concurso
se están incrementando. Además, los países dan incentivos
a aquellas instituciones y empresas que colaboran en proyectos de investigación.