Pastorela extraterrestre
resume el ejercicio político de 2002
En El Hábito, un Jesús que no evangeliza
y cuestiona la religión
CESAR GÜEMES
Durante este diciembre nace Jesús todos los viernes
y sábados en El Hábito. Un Jesús distinto que es más
bien Jesusa, que viene a ser Jesusa Rodríguez y cuya venida al mundo
ocurre por obra y gracia de la relación amorosa de dos entes femeninos
extraterrestres que la conciben. Entre alusiones hilarantes de personajes
llamados Elba Esther, Roberto y el Jefe, que bien puede llamarse Diego,
da a luz la mujer alienígena cuyo producto, un niño verde,
es entregado a las fuerzas del Padre Amargo con fines nada claros.
En la antipastorela número 15 realizada por la
dramaturga y actriz Jesusa Rodríguez, titulada Pastorela extraterrestre,
hay hora y media de risa, música e improvisación, pero sobre
todo un repaso al flagelo que la Iglesia católica padece y que se
ha hecho público en reciente fecha: la pederastia.
La
crítica hacia los manejos del clero es directa. Uno de los personajes
que encarna Jesusa, antes de entregar el producto del nacimiento, negocia
con cierto párroco: "A ver, a ver, padre, un momento, ¿verdad?
Mire usted, no le voy a pedir que me pague mi demanda de la Reforma Agraria,
pero sí le voy a pedir por lo menos lo que nos prometió.
Va a nacer un niño tiernito, como les gustan a ustedes, así
que dígame: ¿cómo van a saber en el más allá
que tenemos indulgencia plenaria?" A lo cual responde el personaje aludido:
"No te preocupes, las puertas del más allá se abren con tan
sólo pronunciar el nombre del elegido". Retruca Jesusa: "¿Y
con eso tenemos impunidad en la vida eterna?" El personaje que representa
los beneficios de la vida eterna dice que sí, que cómo no
y la transacción se lleva a cabo.
En el escenario, Nora Huerta, Cecilia Sotres, Marisol
Gasé, Tizoc Arroyo, la propia Jesusa y Liliana Felipe en el piano
van desgranando poco a poco la historia de los padecimientos políticos
y económicos del país. Nadie escapa. A mitad de la función
Jesús-Jesusa realiza una consulta con el público en torno
al tema del segundo piso a la vialidad citadina. Responden los asistentes,
revira Jesusa y luego de recoger al menos una docena de opiniones queda
claro que noventa por ciento de los presentes se niegan a tal iniciativa.
En un aparte, Jesusa Rodríguez habla para La
Jornada con motivo de la puesta en escena y aclara: "Partimos de que
la pastorela desde su origen fue un método coercitivo de evangelización
tramposa. Es decir, lo considero un género teatral que ha sido engañoso
de origen. Y lo mismo pienso de toda la evangelización católica
en los países que recorrió. En ese sentido, veo a la pastorela
como un género terrible. Por ejemplo, cuando los españoles
llegan a la Huasteca, tal como relata Américo Vespucio, les preguntaban
su procedencia, y ellos sin ningún pudor afirmaban venir del cielo".
La adaptación del género tiene una amplia
historia en el trabajo de Jesusa Rodríguez, y a la luz de los acontecimientos
actuales su propuesta resulta de completa actualidad: "Desde hace quince
años venimos trabajando con la antipastorela, es decir, utilizamos
el formato de la pastorela, que es de sobra conocido, para hacer un resumen
anual de los acontecimientos políticos y muchas veces religiosos
ocurridos a lo largo del año. En este caso por supuesto uno de los
temas centrales de nuestra propuesta es la pederastia, que tiene en gran
crisis a la iglesia católica. Así que podemos llamar a este
tipo de espectáculo antipastorela, una obra anticlerical con crítica
al sistema de gobierno y a la economía imperante".
-Dentro de las críticas que aparecen a lo largo
de esta Pastorela extraterrestre está la del uso excesivo
del automóvil.
-Por su lado, el fanatismo religioso está cobrando
cada día más vidas, como lo que acaba de ocurrir en Nigeria.
Nosotros vemos que las religiones, contrariamente al deber de evitar el
asesinato, lo provocan en todo el mundo. Tal parece que estuviéramos
viviendo una guerra santa. Por eso hablamos del terrible crecimiento
del fanatismo religioso y en efecto terminamos analizando a esta especie
de religión laica que por su lado devasta el medio ambiente: la
del automóvil. Es un dios moderno que mata más gente que
todas las religiones.
Vienes y sábado de diciembre, en El Hábito,
continuará naciendo por la noche Jesús-Jesusa, para, en sus
palabras "No evangelizar, sino cuestionar la increíble inutilidad
del fanatismo religioso".