El Papa, sin "información actualizada" sobre los campesinos brasileños: MST

Lula pide "paciencia" a líderes sindicales

En la política "aprendí que nada se consigue mediante la fuerza", afirma el presidente electo

DPA Y AFP

Sao Paulo, 26 de noviembre. El presidente electo de Brasil, el ex obrero metalúrgico Luiz Inacio Lula da Silva, pidió hoy paciencia a los líderes sindicales, y advirtió que los cambios que prometió realizar en Brasil no se concretarán en el corto plazo.

"Las reformas se realizarán en forma sana y tranquila. Siempre hay una manera de hacer las cosas sin agresión a nadie. En la política aprendí que nada se consigue me-diante la fuerza. Hay que crear un proceso de convencimiento", dijo el líder izquierdista ante unos 500 líderes sindicales.

En su discurso de casi una hora a sus ex colegas, Lula da Silva dijo que debatirá con la sociedad los proyectos de reforma previsional, laboral, tributaria y política.

Según el futuro presidente, que asumirá el primero de enero, cada una de esas reformas será debatida en foros que reunirán a empresarios, trabajadores y jubilados.

Sobre el debate abierto en torno al reajuste que será concedido en mayo para el salario mínimo, hoy equivalente a 55 dólares mensuales, lo consideró "prematuro".

Se negó a comprometerse con un aumento de 20 por ciento, aunque dijo que lo concederá "si es posible", y cumplirá su promesa de duplicar el poder adquisitivo del salario mínimo hasta el final de su mandato de cuatro años, en diciembre de 2007.

Por otro lado, dijo que busca que su elección "despierte en millones de brasileños que no tuvieron acceso a los bienes materiales, a la escolaridad que deberían tener, y por más humildes que sean, que ellos también pueden llegar a donde yo llegué".

Lula conoció la pobreza desde su infancia en el marginado nordeste brasileño; no pudo terminar la escuela y se formó como tornero mecánico en Sao Paulo.

Los dirigentes de la Central Unica de Trabajadores y de Fuerza Sindical -las dos principales centrales del país- elogiaron el resultado del encuentro, el primero entre un presidente electo y los sindicalistas.

Entre tanto, Lula va logrando ampliar su base aliada en sus diálogos con partidos políticos, empresarios y movimientos sociales, en un esfuerzo por lograr un pacto en torno a su programa de gobierno.

Hasta ahora ese esfuerzo ha logrado algunos éxitos importantes, el principal de los cuales fue el compromiso de cooperación asumido anoche por los gobernadores del Partido de la Social Democracia Brasileña, del presidente Fernando Henrique Cardoso.

Los siete gobernadores electos de ese partido, que desde enero administrarán estados que concentran la mitad de la población y del producto interno bruto de Brasil, prometieron pedir a sus bancadas en el Congreso que apoyen los proyectos de reforma tributaria, laboral, previsional y política que serán presentados por el futuro mandatario.

Un entendimiento similar logró Lula la semana pasada con el centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño.

"Esa 'luna de miel' no durará para siempre, pero ya le asegura al presidente electo la tregua esencial para los primeros meses", expresó hoy la analista Tereza Cruvinel.

En otro orden, uno de los coordinadores nacionales del Movimiento de trabajadores rurales sin Tierra (MST), Joao Rodrigues, dijo que Juan Pablo II no posee "información actualizada" y correcta sobre la situación de los campesinos brasileños, en referencia a la crítica que el pontífice hizo a las invasiones de tierras en la zona rural.

En una reunión en Roma con obispos del sur de Brasil, el Papa condenó la toma de tierras no trabajadas, porque "en una verdadera democracia debe haber espacio legal para que en vez de recurrir a la violencia, grupos de personas puedan hacer valer procesos de justa presión".

Para Rodrigues, si el Papa estuviera informado sabría que la propia Confederación Nacional de Obispos de Brasil "interpreta las invasiones de tierras como una forma de llamar la atención" ante el grave problema de la propiedad agraria en el país.