El zapatismo, entre los movimientos más importantes del país: Guillermo Almeyra
Grupos sociales rebasaron a partidos
PATRICIA MUÑOZ RIOS
Los movimientos sociales en América Latina se han fortalecido mediante la organización, han revitalizado sus lazos y han logrado en las pasadas décadas causas en su favor más con lucha social que con armas. Incluso han rebasado a algunos partidos políticos, como los zapatistas en México, los Sin Tierra en Brasil -y la llegada de Luiz Inacio Lula a la presidencia de ese país-, los indígenas bolivianos y la lucha de la sociedad civil de Argentina y Chile, plantearon ayer el historiador y editorialista de este periódico Guillermo Almeyra y Raquel Gutiérrez, analista, ex presa política e integrante del Colectivo Libertad.
En un concurrido foro en la Casa Lamm, en el que se analizó la situación de los movimientos sociales en Latinoamérica, se dio una gran polémica sobre las declaraciones que hizo el subcomandante Marcos la semana pasada. Almeyra expuso que el zapatismo es uno de los movimientos más importantes del país, por lo que es necesario una mayor profundidad por parte de Marcos, lo que provocó un gran revuelo entre los asistentes, quienes en diversos tonos sostuvieron que este grupo se ha caracterizado por ser innovador, irreverente; el antipoder.
Sobre los movimientos de la región, Almeyra expresó que es importante analizar qué tipo de conciencia social están generando. Al hacer una radiografía de la zona, apuntó que en Venezuela, más que cuestiones políticas, lo que le reprocha la sociedad a Hugo Chávez es su condición de haber surgido de una familia pobre, porque hay un fuerte problema de racismo político en ese país. En Bolivia la lucha de los indígenas también se da por la amplia desigualdad social y el racismo, no sólo por conquistas o por la legalidad. En Brasil, ante los 62 millones de votos que logró Lula, la burguesía paolista se acomodó al hecho de que era mejor estar bien con este presidente. En Argentina la sociedad civil reaccionó cuando se descubrió pobre, resaltó.
Las masas son más inteligentes de lo que se quiere creer. No se les engaña, se abusa de ellas, pero no se les confunde, dijo. Sin embargo, expuso que definitivamente tampoco se trata de creer que "los cerdos se pueden matar a besos". Mientras los movimientos sociales no tomen el control del pesero, quien maneje, quien tome el volante, los llevará adonde quiere, agregó.
Sobre la fuerza de los movimientos sociales, puso como ejemplo un caso de la Patagonia, donde una indígena papuchi organizó una región que iba a ser despojada de enormes terrenos porque un grupo de inversionistas quería construir un campo de golf. Ello, dijo, se logró parar con un principio básico que defendieron los lugareños: "la tierra es para comer y no para empujar pelotitas".
Apuntó que, en el caso de México, muchos movimientos sociales están ligados a partidos, la mayoría responde a intereses como la defensa de la soberanía, los bienes nacionales y hasta de la tierra, como en el caso de Atenco.
Raquel Gutiérrez, fundadora del ejército tupak-katari en Bolivia, expuso que en su nación los movimientos sociales han desafiado todo y han ganado diversas luchas importantes, como la de los cocaleros. Incluso han logrado tener representantes parlamentarios surgidos de estas bases. Habló de un código de ética entre los indígenas, que sólo tiene cuatro principios: "no robes, no mientas, no seas ocioso y no seas lambiscón".
Dijo que en Brasil al Movimiento de los Sin Tierra se les ha preguntado qué van a hacer ahora que Lula llegó al poder, y sus representantes han respondido: "seguiremos ocupando tierras". Eso es la mejor muestra de que estas organizaciones no surgen por el poder, sino por la lucha de mejores condiciones de vida, aseveró.